VICENTE PÉREZ
El drama de la arquitectura popular canaria se extiende por todo el paisaje de las islas, con miles de viviendas, muchas de ellas campesinas, en los que la piedra, el barro, la madera y la cal resisten a duras penas ya el embate del abandono y, a veces, la ignorancia sobre su verdaderlo valor histórico y etnográfico. Una tragedia que el artista Luis Fierro lleva denunciando años, y que ahora ha ejemplificado en Igueste de Candelaria, con más de 60 casas abandonadas, algunas en la ruina.
«En este barrio de Candelaria la situación es realmente caótica», afirma este pintor artístico impulsor de un grupo en Facebook denominado Salvemos las Casas Terreras Canarias, donde tanto él como cientos los seguidores van exponiendo un descorazonador reguero de ruinas de esta arquitectura a menudo humilde, pero tremendamente bella en el paisaje cuando se conserva.
“Igueste de Candelaria parece El Toscal de Santa Cruz de Tenerife, con muchísimas casas terreras en estado de completa ruina y abandono que requieren una urgente reparación, pues la inacción y desidia administrativas están haciendo desaparecer tan bello patrimonio antiguo, el más desprotegido y frágil, que son las casas típicas que forman parte de la identidad isleña», alerta el artista, haciendo un paralelismo entre este barrio del sur y el casco histórico de la capital tinerfeña. Tal para cual.
Ante tal panorama, Fierro advierte de que «si no se actúa pronto (y no de cualquier manera, sino con estrictos planteamientos de conservación), se perderá para siempre este tesoro patrimonial».
El «colmo» para este activista del patrimonio es que «el Ayuntamiento que preside María Concepción Brito promueve turísticamente, y en varios idiomas, ir a ver estas casas terreras (con un folleto titulado Rural Candelaria), pero lo que allí hay deja perplejo al turista y es la triste imagen que luego llevan a sus países”.
Igueste, encaramado en las laderas de la cordillera dorsal tinerfeña, tiene un interesante conjunto de viviendas antiguas, pero solo una parte ha sido restaurada, otra porción ha quedado encajada entre viviendas de autoconstrucción que las descontextualizan y un tercer grupo muy numeroso se halla en el estado que denuncia Fierro.
El patrimonio eclesiástico, «la, prioridad política»

“Aquí sólo se arreglan iglesias por evidente rédito político electoral, y además con millones de euros continuos y públicos para el mismo dueño particular y privado, el Obispado, que ni siquiera paga el IBI, y sin embargo (y ocurre en toda Canarias), para las casas terreras antiguas la excusa administrativa y política es que no hay dinero y que son propiedades de dueños particulares, a los cuales niegan ayudas reales y ponen todo tipo de obstáculos y licencias de costes imposibles», manifiesta el artista, dolido por las miles de viviendas tradicionales descuidadas que han pasado por los post de su grupo de Facebook, en un auténtico holacausto etnográfico.
Desde su punto de vista, a lo largo y ancho del territorio insular puede observarse cómo «la especulación está planificada políticamente, pues los dueños sin recursos abandonan las casas, éstas se deterioran del todo y entonces se declaran en ruina para así poderlas derribar, vender los solares y volver a construir, generalmente adosados y más pisos de mayor altura y nula apariencia canaria, con lo cual se va perdiendo la identidad de arquitectura tradicional». En algunos casos, señala el dibujante, ni siquiera la declaración como Bienes de Interés Cultural (BIC) funciona, «debido a la pésima gestión política”.
Medidas legales insuficientes
A su juicio, es necesario un giro a las políticas que hasta ahora se han aplicado con estas viviendas, muchas de ellas en entornos rurales, y para ello «ayuntamientos, cabildos y Gobierno autóctono deberían estar realmente obligados a velar por que se conserve y restaure este patrimonio de las casas terreras antiguas».
La vía, señala, es que «los dueños con recursos deberían estar obligados a restaurar y conservar sus propiedades patrimoniales, y si no disponen de medios, las Administraciones deberían estar obligadas a proporcionárselos y a facilitarles ayudas y exenciones fiscales».
Para avalar su reflexión, Fierro subraya que «las casas terreras antiguas son un patrimonio de todos, del pueblo canario, aunque la propiedad sea particular, y por ello está justificada la intervención de las administraciones públicas y las ayudas a los propietarios.
«Si un propietario se niega a conservarla, aún teniendo recursos, las Administraciones deberían, en última instancia, expropiar o acordar con los dueños un préstamo de años para uso social a cambio de restaurarla con dinero público», reivindica el artista, quien defiende que se promulgue «una ley de obligado cumplimiento en este sentido, pues lo que no se puede permitir en ningún caso es la pérdida de más patrimonio.
Restauraciones que desvirtúan el patrimonio
También debería evitarse que, al arreglar estos bienes, «se conviertan en otra cosa, que es lo que suelen pasar con las mal llamadas restauraciones (lamentablemente hechas con diferentes materiales a los originales y con modificaciones inaceptables de estructura y apariencia)». En este sentido, propugna Fierro que «restaurar una casa antigua no significa reconvertirla en un chalet».
Critica también este activista cultural que los ayuntamientos pongan los contenedores de basura precisamente en las fachadas de las casas terreras antiguas abandonadas, «todo un insulto y desprestigio» a este patrimonio.
Fierro, que va en el puesto de 19 en la candidatura de Izquierda Unida Canaria (IUC) a las próximas elecciones, informa de que esta formación política ha incluido en su programa electoral una propuesta para salvar las casas terreras históricas.
El Ayuntamiento presentó en marzo un plan para el patrimonio cultural

La alcaldesa de Candelaria, María Concepción Brito, del PSOE (partido que gobierna desde hace numerosas legislaturas en Candelaria) presentó en marzo pasado un diagnóstico del estado actual del patrimonio histórico del municipio y plan para su gestión, con una estrategia de actuaciones, ya que asume que su protección «debe ser una cuestión estratégica para el desarrollo sostenible de municipio».
De acuerdo con la información que divulgó entonces el Ayuntamiento, este plan de gestión elaborado por la empresa Cultania- «propone una hoja de ruta que seguir a corto-medio plazo para la mejora de la situación del patrimonio en lo que respecta a su gestión, conservación, protección y puesta en valor».
El objetivo principal, para el consistorio, «es evitar el deterioro y la desprotección de los bienes patrimoniales, definir una estrategia pública para su gestión y generar sentimientos de pertenencia en la comunidad hacia nuestra herencia del pasado». Se proponen cinco ejes de actuación: «marco institucional; protección y conservación; turismo cultural; investigación; divulgación y educación patrimonial; y Candelaria, sede de la identidad canaria y del diálogo cultura»
Pero Fierro asegura que es muy escéptico con los políticos que han gobernado el Ayuntamiento candelariero, en este caso no por el prolongado y acérrimo litigio que mantiene con el consistorio por los derechos de su ‘cómic guanche’, sino porque la respuesta a si el PSOE ha hecho buena o mala gestión en la villa con este patrimonio cultural la puede ver cualquiera que, por ejemplo, visite Igueste.