El catedrático de Arqueología de la Universidad de La Laguna Antonio Tejera Gaspar ha lanzado el «reto» de que Tenerife cree un parque arqueológico que «reproduzca» la cultura de los aborígenes canarios, un objetivo que juzga «necesario» y que «podría ser muy enriquecedor».
En una entrevista publicada en BIC, la revista de patrimonio histórico del Cabildo recién presentada, el también Premio Canarias 2011 propone además recuperar yacimientos arqueológicos «singulares» a modo de «actuaciones estrella y prioritarias» – tal cual se ha hecho ya con la Cueva de Bencomo y la Uchova en San Miguel de Abona- como las manifestaciones rupestres del Valle de Arona, «donde hay un conjunto de lugares relevantes que merecería la pena» revalorizar, aunque es consciente de que «para abarcar un territorio tan amplio con escasos medios y poco personal no resulta fácil llevarlo a la práctica».
Tejera, que es autor de cerca de una veintena de libros sobre los antiguos pobladores de Canarias, y de cientos artículos de investigación, sostiene que en Tenerife aún están por descubrir el patrimonio de los caminos tradicionales y el industrial.
De las antiguas vías pedestres pone como ejemplo el Camino de Candelaria, el Camino Viejo o el Camino Real, donde se hallan restos de una iglesia del siglo XVII, la de San José, en El Escobonal, así como unas casonas del siglo XVIII, en Fasnia.
Críticas a la falta de prospecciones arqueológicas antes de urbanizar
Quien está considerado una de las máximas autoridades de la arqueología en Canarias, se queja de «algunos tratamientos poco serios» que ha visto en el casco histórico e La Laguna, declarado Patrimonio de la Humanidad, porque, a su juicio, «no se puede hacer un edificio en la plaza del Adelantado sin un estudio arqueológico previo del solar que será objeto de la edificación».
«Y lo mismo se puede decir», añade, » de algunos otros lugares en el entorno de la Villa de Arriba», en La Orotava, «donde han hecho actuaciones sin un estudio arqueológico previo en los solares que han sido objeto de una fabricación posteriores».
En un análisis global, opina que el patrimonio arqueológico en estos momentos «se está tratando mejor que el arquitectónico, y ello porque en este último se inmiscuyen otro tipo de intereses».