VICENTE PÉREZ
Jennifer Amada Guerra Hernández es doctora en Historia por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) con una tesis doctoral titulada El impacto de la Guerra de Marruecos en Canarias: 1909-1927. Basada en esa investigación académica elaboró el trabajo Canarias ante la Guerra de Marruecos (1909-1927). Miradas desde el Atlántico, por el que el Cabildo grancanario le concedió en 2018 el Premio de Investigación Viera y Clavijo, y que esta corporación ha publicado en un libro de igual título.
Ha trabajado como documentalista para el Cabildo de Gran Canaria en la Casa de Colón y el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM). Ha sido secretaria de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y del Municipio de San Lorenzo y del Aula de Estudios Eufemiano Jurado Domínguez, perteneciente al Vicerrectorado de Cultura y Deportes de la ULPGC.
Ganó el Premio de Periodismo en los XVIII Premios de Poesía, Fotografía y Periodismo General Gutiérrez promovidos por el Instituto de Historia Militar de Canarias.
La autora indaga en la repercusión social que tuvo aquella guerra colonial con Marruecos en la sociedad canaria, analizando las situaciones que vivieron los soldados y sus familias, que apenas tenían noticias de su suerte en el frente. La historiadora ha puesto rostro a los canarios que lucharon en la zona norte del entonces protectorado español.
PLANETA CANARIO la ha entrevistado para abordar este tema, ocasión que la entrevistada ha aprovechado para solicitar a los lectores que tengan información sobre alguno de los soldados que estuvieron en la Guerra de Marruecos o sobre las señoritas de la Cruz Roja o madrinas de guerra que recabaran ayuda para el conflicto, que se pongan en contacto con ella y faciliten la documentación que estimen pertinente al email: estudioguerramarruecos@gmail.com
¿De qué manera influyó en Canarias el colonialismo español en Africa, y, en concreto, la guerra de Marruecos? En la economía, en la sociedad, en la cultura… ¿Cómo influyó esa guerra en la política española? ¿Y en la canaria?
«El planteamiento del Gobierno en aquel tiempo se escudaba en cumplir con lo pactado en la Conferencia de Algeciras en 1906. Si España no se hubiera hecho cargo de su protectorado en Marruecos hubiera significado una nueva derrota para el país tras el Desastre del 98. Una de las obsesiones de Fernando León y Castillo era el que “las espaldas del archipiélago” quedaran protegidas gracias al establecimiento del protectorado.
A principios del siglo XX se crearon múltiples intereses internacionales debido a la situación geoestratégica de Canarias. En este periodo estaba muy reciente la Guerra de Cuba y existía una suspicacia respecto a Estados Unidos y sus intereses, además de los ingleses y alemanes, que establecían sus puntos de avituallamiento y reparación en los puertos canarios además de establecer relaciones comerciales en el archipiélago, en su natural avance hacia África y las colonias que allí tenían.
Sobre como influyó este conflicto en la sociedad canaria, ha de pensarse que el sistema defensivo de las islas era muy endeble y por ello se quería preservar con los militares que había aquí la situación de las Islas. Sólo se permitió la salida de soldados canarios de forma excepcional. A partir de lo que ocurrió en Annual fue cuando salieron en forma de baterías de artillería a partir de 1921 y en 1924 en forma de batallones de infantería».
¿Cuántos canarios fueron reclutados para esa guerra y cuál fue el coste en vidas y heridos?
«El total de hombres enviados al frente fue de unos 2.400 aproximadamente, entre los efectivos de artillería e infantería que fueron destinados en las unidades expedicionarias tras Annual. Centré mi investigación en estas unidades. Sin embargo hubo militares que fueron destinados a distintos cuerpos presentes en el territorio, ya fueran de forma voluntaria o obligatoria porque le tocara en destino, y sus historiales son más difíciles de rastrear. En cuanto a los muertos aún no cuento con datos definitivos, aunque puedo adelantar que la información recabada pone de manifiesto que los canarios tuvieron más suerte que otras unidades con las que combatían».
¿Por qué cree usted que ha existido un vacío historiográfico sobre este tema desde la perspectiva de la participación canaria en esa guerra?
«Creo que en la memoria colectiva quedó una señal más nítida de la pérdida de Cuba que de la guerra de Marruecos. Tal vez porque teníamos una relación comercial y migratoria mayor con la isla antillana que con África, además de una lengua común, que no compartíamos con los rifeños».
¿Cuáles han sido las fuentes documentales a las que has recurrido?
«Por supuesto he acudido a los archivos canarios, destacando entre ellos los provinciales, además de consultar los diferentes archivos locales a los que pude acceder. Fue fundamental consultar el Archivo Intermedio Militar de Canarias, el que se encuentra en Almeyda, para encontrar información sobre los embarques, contingentes y envío de material. Sin embargo he de decir que la mayor parte de mi investigación se basa en la documentación que encontré en diversos archivos militares, como los de Segovia y Guadalajara. También resultó de extraordinaria utilidad el Archivo de la Cruz Roja de Tenerife entre otros.
El tema se había tratado a nivel nacional pero hay nuevos investigadores que están analizando el conflicto desde una perspectiva regional. Por eso titulé mi trabajo “Canarias anta la Guerra de Marruecos (1909-1927). Miradas desde el Atlántico”, porque es una mirada o una perspectiva, si se prefiere, del conflicto desde el Archipiélago. Me ha costado encontrar documentación inédita en las islas. He tenido mucha más facilidad para encontrar información en la provincia de Santa Cruz de Tenerife que en Las Palmas, tanto en la documentación escrita como en las fotos, mucho más atractivas para el público».
Francisco Franco se granjeó fama como militar en esa guerra, y de algún modo lo catapultó al generalato y una década después se acabada la Guerra del Rif dio el golpe de Estado contra la República. ¿Mencionas de algún modo al ex dictador en tu investigación?
«Creo que la fama de Francisco Franco en Marruecos se confeccionó después, en la dictadura. Durante el protectorado, a mi juicio, su prestigio estaba a la par con otros oficiales iguales a él en rango. Sin embargo, siempre estuvo en el momento oportuno para aprovechar las oportunidades. Por ejemplo, tal y como comenta en su obra “Diario de una bandera”, Franco comandaba la bandera que por sorteo fue la encargada de socorrer a Melilla tras el desastre de Annual. Aumentó su prestigio a ojos de la opinión pública, pero si miramos de forma crítica su historial, ¿era real? Tengo mis dudas, un ejemplo de ello es que estuvo mano a mano organizando con Millan Astray los comienzos de la legión, y tras ser apartado el primero del mando de la misma por la investigación Picasso, ofrecieron a Valenzuela y no a Franco el mando de la Legión. Sólo tras la muerte de Valenzuela, Franco será ascendido a Teniente Coronel y asumirá el mando de la Legión.
Sólo menciono a Franco en tanto en cuanto tuvo algún contacto con los canarios. En realidad menciono más a su hermano, Ramón que protagonizó un raid en 1924 dirigiendo hasta Canarias un hidroavión en compañía de tres aeroplanos que el Archipiélago sufragó para el conflicto. Estuvieron en las islas durante unos días y la prensa informó sobre ello y yo lo recojo en mi investigación».
Fueron casi 20 años de guerra, de rebelión rifeña contra la colonización europea y francesa. ¿Qué queda hoy de aquel episodio en la memoria colectiva canaria?
«Mi investigación se ha centrado en la zona norte del Protectorado Español en Marruecos y no en el sur. Creo que en la memoria colectiva canaria no queda mucho de este conflicto, puesto que es habitual que se confunda con la Guerra de Ifni o el Sáhara. Al menos no conscientemente, puesto que es habitual que me digan, en las charlas que he impartido, que mirando los uniformes de las fotos que expongo creen que su abuelo pudo estar en ese conflicto puesto que se parecen a las imágenes que conservan. También encontré testimonios de personas que migraron, en su mayoría a Cuba, por el “miedo al moro” además de encontrar algún romance o canción popular si se prefiere, que aún recordaba gente mayor y que alude a las escenas de embarque vividas en los puertos de las islas de aquella época».
¿Cómo se reflejó el conflicto en la prensa canaria de esa época?
«A pesar de que hubo periódicos a favor y en contra del conflicto, al efectuarse el envío de tropas canarias la prensa de la época cubrió en mayor o menor medida, todos los acontecimientos que se llevaron a cabo en relación con los soldados isleños: embarques, eventos de despedida, desfiles, colectas, publicar noticias sobre las actividades de los mismos…
Hoy nos creemos muy modernos porque hemos inventado el crowfunding que organizamos a través de una web. Pero a principios del siglo pasado se hacía lo mismo a través de los periódicos para hacer colectas de dinero para comprar aviones y donarlos al ejército, conseguir víveres y enviarlo a las tropas, cigarrillos, vestimenta…»
¿Quiénes fueron las madrinas de guerra y qué papel desempeñaron? ¿Y las voluntarias de la Cruz Roja?
«Esta es una parte de la historia muy desconocida hasta hace poco y muy interesante. Las madrinas de guerra eran señoritas, generalmente solteras, que se prestaban a mantener correspondencia con soldados que estuvieran en el frente. Esta figura se había analizado en el periodo de la Guerra Civil pero ya existían en la Guerra de Marruecos.
Y las señoritas de la Cruz Roja es lo que hemos podido ver recientemente en la serie de “Tiempos de Guerra” donde señoritas de la burguesía ocupaban su tiempo en organizar actividades y asistir a los soldados en lo que necesitaran. Las de Canarias se dedicaron a organizar todo tipo de víveres, curas, envíos de dinero, correspondencia… a los soldados en Marruecos.
Ellas son la parte femenina del conflicto que siempre ha quedado relegada a un segundo plano, puesto que lo más importante en ese momento eran las operaciones que se realizaban sobre el terreno».
¿Qué queda de la presencia española en Marruecos?
«Ambas naciones, tanto España como Marruecos, deben trabajar en recuperar la memoria del protectorado. Me consta que ha habido varias iniciativas a este respecto pero deben hacerse más. Sin ir más lejos creo que el patrimonio histórico-artístico de este periodo que quedó allí es una pena que se pierda. Evidentemente no es cuestión de hacer museos del protectorado en los acuartelamientos que subsisten, pero es una lástima que estas infraestructuras que aún quedan, no se aprovechen y, respetando su estructura, sean rehabilitadas para darles otro uso. También subsiste mucha obra civil y no sólo militar. Este es el sentir de muchas personas que se encuentran en Marruecos o que vivieron allí y que conocen mucha de la historia del protectorado y de estas instituciones, y humildemente quiero hacerme eco de esta petición en esta entrevista. Por ejemplo, en 2018 se cumplieron cien años de la creación de la Estación de Ferrocarril de Tetuán (1918-2018) que hoy en día alberga el Centro de Arte Moderno de Tetuán.
Aunque abordas en tu investigación esa guerra, y, por tanto, la participación de los canarios en ese conflicto como ‘mano de obra militar’, ¿cuál era la participación canaria en la colonización del África Occidental hasta el momento en que se produjo esa rebelión rifeña?, ¿cómo les afectó esa guerra a los colonos canarios allí?
«No cuento con datos sobre la existencia de colonos canarios en el Norte de Marruecos durante este periodo. Sin embargo en estos años destaca por ejemplo la actividad de los ingenieros militares, que no sólo prestan sus habilidades para que avance la colonización sino también para favorecer a la población en sus necesidades. Uno de ellos fue el tinerfeño José Pinto de la Rosa que participó en la construcción de la línea de tracto-carril entre Tistutin y Kandussi, los puentes sobre el río Igan, otro sobre el río Kert, y además redactó el proyecto de reparación de varios pabellones, hospitales, carreteras… además de hacerse cargo del enterramiento de las víctimas de Monte Arruit y realizar diferentes monumentos funerarios en honor a las víctimas en varias localidades del territorio marroquí».
De todos los personajes y personas que has descubierto o cuya historia has abordado en este trabajo, ¿cuáles son los testimonios que más te han impresionado?
«Me han sorprendido los testimonios que he encontrado de soldados, que a la vez fueron cronistas de guerra, en los periódicos del Archipiélago. Siempre había leído que esta figura así como el uso de la fotografía para mostrar la guerra había surgido con la guerra civil pero, a mi juicio, no es cierto. Es más, muchos fotógrafos que plasmaron la guerra civil comenzaron su carrera, o desarrollaron gran parte de la misma, en Marruecos.
También ha resultado interesantísimo que hubiera periodistas canarios que estuvieran en contra de la guerra y que fueran capaces incluso de ir a la cárcel por sus convicciones como fue el caso de Domingo Pérez Trujillo que denunciaba en su periódico el Desastre de Annual y las complicidades del ejército y la Corona en la masacre.
Además me ha llamado la atención que muchos oficiales que estuvieron en la Guerra de Cuba también participaron en sucesivas campañas en Marruecos como fue el caso, por ejemplo, de Salvador Acha Caamaño o el propio Valeriano Weyler que era muy crítico con las operaciones que se estaban desarrollando sobre el terreno».
En la provincia occidental las relaciones históricamente han sido menores, ¿fueron también muchos soldados de las islas occidentales o sobre todo de las orientales?
«En las diferentes unidades que fueron enviadas al conflicto aparecen canarios de todas las islas, aunque es normal que tanto Gran Canaria como Tenerife al concentrar más población, sean las islas que aporten más hombres al conflicto».
Y una última pregunta: ¿cómo ve la situación sociopolítica y económica en la actualidad en la región que has estudiado? En la medida en que lo que ocurra en el Africa Occidental lo tenemos a las puertas de casa, y sus conflictos (Sahara Occidental, yihadismo, etc) nos deben interesar mucho, como nos interesan las relaciones comerciales con esa región…
«He estudiado el pasado de esta zona, no el presente. Al abandonar Marruecos por producirse su independencia en 1956, abandonamos también parte de nuestra historia y como he dicho toda una riqueza patrimonial arquitectónica. En la zona sur, se encontraba el Sáhara y evidentemente es un hecho que España, debido a sus problemas internos, no abandonó ese territorio de la mejor forma posible, creando un problema internacional que aún persiste.
Centenares de miles de personas se manifestaron durante meses en 2011 en el contexto de la Primavera Árabe. En particular el Movimiento 20 de febrero hizo un llamamiento a la ciudadanía marroquí para manifestarse en las calles y reclamar cambios políticos. Desde entonces ha crecido el interés por desentrañar las causas de las tensiones políticas y las formas de protesta en el Magreb. Sin embargo este proceso aún no ha culminado y para desentrañarlo es necesario ir más allá de la historia reciente de Marruecos y analizar, en profundidad, la evolución de la movilización social desde la época colonial hasta la actualidad.
Y en cuanto a las relaciones comerciales con Marruecos, no es lo mismo la situación económica de Canarias que la de España (me refiero a la Península). En el pasado, en la I Guerra Mundial, España se benefició muchísimo de no participar en ese conflicto pero Canarias, por el contrario, se le perjudicó económicamente por no poder seguir operando con Inglaterra como lo hacía anteriormente. Extrapolando este ejemplo, hoy ocurre lo mismo con Marruecos, por lo que debería analizarse con lupa los beneficios y perjuicios de los acuerdos que se firman para las islas».