VICENTE PÉREZ
El candidato socialista a revalidar la presidencia del Gobierno estatal, Pedro Sánchez, tendrá que someterse a un segundo intento el jueves de ser proclamado presidente, después de que este martes no haya logrado los votos necesarios, como cierre a 13 horas de debate durante dos jornadas en el Congreso de los Diputado.
Es más, en realidad solo consiguió el apoyo, aparte de los 123 diputados de su partido, de uno que no es de sus filas: el líder del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), José María Mazón. Le han faltado 52 apoyos. Por tanto, votaron en contra de su investidura 170 diputados. A saber: los de PP, Ciudadanos (Cs), Vox, Esquerra Republicana (ERC), Junts, Coalición Canaria (CC), Unión del Pueblo Navarro (UPN) y la portavoz de Unidas Podemos, Irene Montero, que ejerció el voto telemático, lo que obligó a emitirlo antes de la sesión plenaria.
Se han abstenido 52 parlamentarios, es decir, los demás representantes de Unidas Podemos, así como los de Partido Nacionalista Vasco (PNV), EH Bildu y Compromis.
Podemos seguirá negociando con el PSOE
Podemos se ha mostrado dispuesto a seguir negociando un pacto con el PSOE, que pasaría no solo por programa sino por la presencia de ministros de la formación morada en el futuro Gobierno estatal.
En vistas de lo sucedido, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha convocado de nuevo al Pleno para el próximo jueves a las 13.30 horas, para someterse a una segunda votación en la que Sánchez ya no necesitará mayoría absoluta para ser presidente, pues le bastará con tener mayoría simple. En caso de que tampoco lo consiguiera, y si pasaran dos meses más sin que ningún candidato fuera investido jefe del Ejecutivo, el rey disolverá las Cortes y convocará nuevas elecciones, con el refrendo del presidente del Congreso.
Oramas afea la «soberbia» de Sánchez

Durante el maratoniano debate, Sánchez respondió a una intervención de la diputada tinerfeña de CC-PNC Ana Oramas, que le reprochó su «soberbia», le anunció el voto negativo a su investidura pero que, si gobierna, está dispuesta, con su compañera de formación política, Guadalupe González Taño, a apoyar al futuro Gobierno siempre que «se comprometa a trabajar a favor de Canarias.
Al respecto, las palabras del líder socialista fueron que recogía el guante y se mostró «encantado de cumplir los compromisos con Canarias». Pese a que en el Archipiélago el PSOE, en alianza con otros partidos, ha desalojado a CC de la mayoría de las instituciones donde gobernaba, Sánchez les hizo un guiño en el Congreso de los Diputados: «Me quedo con el tono de su intervención y con el papel que siempre ha ocupado CC; pues hay que reconocer la aportación tan positiva que siempre ha hecho CC a la gobernabilidad de España, y, no obvio decirlo, con el PSOE cuando hemos tenido la ocasión de gobernar el país».
Oramas le endilgó que fue el propio Sánchez el que sentó «el precedente de la intolerancia» cuando defendió «el no es no al PP» en su día, y le afeó que «está muy despistado y no ha entendido de qué va eso de la nueva política, que no es un reparto de sillones ni de cargos», que es lo que, a su juicio, quiere Podemos.
Pública y notoria es la aversión que siente la diputada tinerfeña por Podemos, al igual que CC-PNC, que no quiere cuentas con el partido morado. Oramas recordó que CC-PNC apoyó la investidura de Sánchez en junio de 2018, cuando la negociación la llevó el luego fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba. «Llegamos a un acuerdo con negociaciones de verdad con el PSOE, y lo hicimos por Canarias y por España», apostilló la exalcaldesa de La Laguna.