VICENTE PÉREZ
Un estudio de la Universidad de La Laguna (ULL) realizado a finales de 2018 puso de relieve que en playa Grande (municipio de Arico, sur de Tenerife) el índice de microplásticos era muy alto (frente a otras zonas de baño en la isla, en que era relativamente bajo), con 3.000 fragmentos por metro cuadrado, que equivalen a 99 gramos por metro cuadrado.
El motivo es que esta costa está orientada al noreste y los microplásticos llegan precisamente desde el nor-noreste. Además, tiene una forma de “U” y unas corrientes en vórtice que hacen que este tipo de residuos entren en ella pero no puedan salir.
La playa la limpia el Ayuntamiento, a veces con la colaboración de voluntariado, cuando llegan grandes oleadas de estos microrresiduos, pero la realidad es que la limpieza nunca es suficiente.
Este 2 de enero de 2020 PLANETA CANARIO ha querido hacer una especie de prueba del algodón para comprobar hasta qué punto la arena contiene estos granos multicolores indeseables. Y el resultado es que esta playa no pasó el examen: suspenso. Un sencillo cribado con una malla permite comprobar que, tras cernir la arena y devolver a la playa el material que es natural, queda todo tipo de microrresiduos plásticos, como puede comprobarse en el video que ilustra esta noticia.
El profesor de Química de la Universidad de La Laguna (ULL), Javier Hernández Borges, uno de los participantes en un estudio sobre los microplásticos en playas de Tenerife, puso de relieve en la Universidad de Verano de Adeje (UVA) este problema a escala mundial, y, en el caso de la Isla, se constató que afecta de manera significativa a este litoral de Arico.
La investigación fue un trabajo fin de grado, en el que se analizaron seis playas, dos en el norte y cuatro en el sur. Se hizo un muestreo puntual entre octubre y diciembre de 2018 y se vio que en cinco de ellas los índices de microplásticos era relativamente bajo. La sexta, Playa Grande en el Porís, registró un contenido de microplásticos muy elevado. PLANETA CANARIO ha confirmado que esta situación se mantiene dos años después.
Una vez fragmentado, los científicos hablan de macroplásticos cuando superan los 25 milímetros; mesoplásticos cuando son de 5 a 25 milímetros; y de ese tamaño hasta una micra, de microplásticos. Incluso se puede hablar de nanoplástico para el que es menor de una micra.
Hernández Borgues subrayó que se está todavía estudiando sus efectos en la salud. Lo que ya se sabe es que si son de tamaño muy pequeño, podrían atravesar las paredes celulares de los microrganismos. También se sabe que retienen en su superficie contaminantes orgánicos, como plaguicidas o hidrocarburos aromáticos, por lo que si se ingiere el microplástico, podría haber alguna liberación de esos contaminantes, pero eso todavía está en estudios preliminares, según este científico.