RUBÉN EXPÓSITO
Mamá y papá es una comedia negra, muy negra, no apta para aquellos a los que no les guste este tipo de humor. Brian Taylor es el director de esta película tan peculiar que ha encantado a los amantes de este tipo de historias. Brent (Nicolas Cage) es un gris oficinista atrapado en el tedio de su rutina. Kendall (Selma Blair), su mujer, es una enfermera que intenta negar su edad y pérdida de belleza a ritmo de ejercicio y maquillaje, incapaz de aceptar que ya no es el objeto de deseo que era entes. Su hijo pequeño es un niño tímido pero un tanto gamberro. Su hija mayor es una adolescente millenial que no aguanta a sus padres y los trata como si fueran un cajero automático. Ambos hermanos tendrán que unirse frente a la adversidad porque durante la tarde de un soleado día en que un extraño virus se propaga, todos los padres corren a los colegios para asesinar a sus hijos.
La idea de la que parte esta cinta es muy buena; el agobio al que someten los hijos a los padres de manera natural, tengan la edad que tengan hasta la etapa adulta, su esfuerzo por convertirse en mayores está lleno de etapas que no son nada fáciles. De esa presión surge esta comedia sádica y sangrienta, de un renacido instinto por la supervivencia frente a una prole que trata de minar tu estado de ánimo y tu salud física 24 horas al día. Las críticas a esta película son muy variadas, generalmente de confusión, muchos no la entienden, le ven huecos al guión, no ven que se sostenga la historia y mil cosas más, y están en lo cierto, su estructura y personajes no dejan de ser un cliché y ciertas situaciones están sacadas de contexto para que el hecho de tener familia parezca irracional y peor que vivir en casa de Belcebú.
La mirada hacia este trabajo debe ser muy simple, es el grito de auxilio del sector de la sociedad en los paises desarrollados que vive en esta situación, en este caso concreto, el foco se pone en la clase media acomodada. La subjetiva imposición de tener que aguantar y aguantar sin explotar todo lo que te ocurra en la vida no es una opción en Mamá y papá, la obligada aceptación de una existencia que no sabes quien te ha marcado y que agobia hasta el punto de cometer actos desesperados es la esencia de esta singular película que no deja indiferente a nadie.