VICENTE PÉREZ
La comisión ciudadana que organiza las fiestas patronales del barrio de Buen Paso, en el municipio tinerfeño de Icod de los Vinos, ha decidido suprimir del programa de actos las exhibiciones de fuegos artificiales así como el lanzamiento de voladores.
La decisión se ha tomado de manera unánime, y aunque se trata de una tradición tan ruidosa como arraigada en muchas fiestas populares, «por la grandeza y vistosidad» de la pirotecnia, este grupo de ciudadanos alega que tiene motivos éticos más que justificados para dar este paso.

«Sabemos que [los ruidos de los fuegos artificiales] generan inconvenientes tales como episodios de ansiedad en niñas y niños con autismo, trastornos en personas con hiperacusia, estrés en personas mayores, contaminación acústica, riesgo de incendios y las ya sabidas molestias a los animales», expone la comisión de fiestas.
Aseguran sus miembros que han preferido «ponerse del lado» de estas personas y animales que sufren con la explotación de estos artefactos, y están convencidos de que «se pueden realizar unas fiestas en las que todas y todos podamos disfrutar sin miedo alguno».
Apelación a la responsabilidad de los vecinos

Pero la comisión organizadora de los festejos reconoce que no puede impedir que los vecinos lancen fuegos artificiales por su cuenta, pues son «libres» de hacerlo, solicitando, eso sí, los permisos pertinentes, por lo que aclara que «no se hace responsable de ningún incidente o percance que pudiera ocurrir».
Dicho esto, los integrantes de la comisión manifiestan que son «conscientes que las pirotecnias también están formadas por trabajadoras y trabajadores que quieren sacar a sus familias adelante, por lo que para no perjudicarles y crearles un perjuicio económico, los elementos necesarios para decorar las calles, como papeles, cintas de colores, banderas y otros elementos, serán adquiridos en una de estas empresas».

Daños del ruido pirotécnico a la salud de personas…
Cada vez son más los lugares del mundo cuyos gobiernos han optado por normativas que obligan a reducir el impacto sonoro de este tipo de espectáculos, bien mediante los llamados fuegos silenciosos o incluso empleando drones luminosos, o, simplemente, prohibiendo la pirotecnia convencional.
Estudios científicos y asociaciones de afectados han comprobado que en la mayoría de las exhibiciones de fuegos artificiales habituales se supera el umbral máximo acústico a partir del cual se pueden generar daños al oído.
Los trastornos de audición en especial afectan a los bebés, porque tienen un sistema auditivo en fase de desarrollo, pero también a las personas con autismo.

…Y también a los animales
A su vez, las organizaciones de defensa y cuidado de animales (incluida la asociación nacional de veterinarios AVATMA) denuncian desde hace años los efectos nocivos que producen los fuegos artificiales estruendosos en estos seres vivos, entre los que destacan extravíos debido al pánico, atropellamientos, lesiones corporales, lesiones auditivas, estrés, ataques al corazón, muertes por impacto, perdida de orientación…
En 2020, durante un pleno en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, familiares de personas con autismo intervinieron en apoyo de una moción sobre este tema, y dejaron claro que «el ruido de los fuegos artificiales hace sufrir mucho a nuestros hijos», como denunció Delia Rosa Díaz, con un hijo autista y presidenta de la Asociación Canaria del Trastorno del Espectro del Autismo (Apanate).
En esa sesión plenaria se aprobó fomentar la pirotecnia sin estruendos y crear tramos y horarios sin ruido en cabalgatas y ferias, de modo que puedan disfrutar de estos actos festivos también los afectados por este trastorno.