VICENTE PÉREZ
Aunque lo importante para un paciente en un hospital es recibir la atención médica que necesita, y a tiempo, para salvar su vida, curarse de una dolencia o poder mejorar su calidad de vida al ser dado de alta, la realidad es que otras atenciones añadidas pueden hacer más confortable y llevadera la estancia hospitalaria. Es el caso del servicio de televisión, que en dos grandes hospitales públicos canarios es de pago: el de Nuestra Señora de la Candelaria, en Tenerife, y el Doctor Negrín, de Gran Canaria, donde los usuarios deben pagar para poder ver la televisión.
El diputado del Común, Rafael Yanes, ha recomendado a la Consejería de Sanidad del Gobierno canario que acabe con tras reunirse con un colectivo vecinal que presentó una queja por entender «injusto» que se haya privatizado la señal de TV en estos centros sanitarios públicos.
Si bien existe «predisposición » de la Consejería a esta demanda, el problema es que el contrato con sendas empresas adjudicatarias del servicio vence en 2026, por lo que Yanes ha sugerido en el Parlamento de Canarias, donde ha presentado el informe anual de su institución correspondiente a 2018, que se estudie rescatar estos contratos «si se considera que es un derecho básico de personas, muchas de ellas mayores que pasan muchísimas horas solas en una habitación hospitalaria».

Al respecto, el Diputado del Común deja clara cuál es su postura al respecto sobre la reflexión que plantea, pues sostiene cree que «se trata de un entretenimiento necesario» y, por tanto, debería ser gratuito.
El caso de Canarias no es raro. En otras comunidades autónomas también se privatizó la gestión de este servicio, aunque se trata de una medida que ha tenido rechazo social. Tal es así que en comunidades como la Comunidad Valenciana o Andalucía ya han reculado y devuelto la gratuidad de la TV.