PLANETA CANARIO
El Cabildo de Tenerife ha puesto en marcha la elevación de agua desalada desde el depósito de Las Majaditas en las inmediaciones de la TF-1 a la altura de San Isidro, a 313 metros de altitud (salvando un desnivel de 155 metros), lo que permite el transporte de agua potable producida en la desaladora de Granadilla.
Esta actuación, cuya planificación ha sido ejecutada por el nuevo equipo de gobierno «en tiempo récord», permite abastecer a los núcleos urbanos de San Isidro, San Miguel de Abona y el Cabildo refuerza el suministro de agua desalada en la comarca de Abona y Arona, con un caudal diario inicial de 3.000 metros cúbicos, pudiendo llegar a 4.800, lo que permite la consecución de tres objetivos: garantizar los consumos de abastecimiento urbano, mejorar la calidad del agua suministrada y liberar las aguas de origen subterráneo para otros usos como el agrícola, informa la corporación en una nota.
Para el consejero Insular de Sostenibilidad y Lucha contra el Cambio Climático, Javier Rodríguez Medina, «esta actuación forma parte de la estrategia insular para combatir la sequía que viene sufriendo la isla los últimos años y que es una de las grandes preocupaciones de la corporación, que se comparte con el sector agrícola». De ahí, señala, la importancia dada a la puesta en marcha de la desaladora de Granadilla y la de Fonsalía, cuya producción ha aumentado recientemente, para abastecer de agua a los núcleos urbanos que estén por debajo de la cota de los 400 metros.