RUBÉN EXPÓSITO
Se trata de un pequeño barrio de 0,14 kilómetros cuadrados que forma parte integral del trazado urbano de la ciudad. Está situado a un kilómetro del centro. El Barrio de Los Hoteles-Pino de Oro es un espacio de urbanización relativamente reciente, en términos históricos, se inició en la década de los 80 del siglo XIX por la Sociedad de Edificaciones y Reformas Urbanas (S.E.R.U.) La urbanización abarcó una gran finca entre La Rambla y las calles de Robayna, Méndez Núñez y Numancia, dando pie a un barrio residencial dedicado a clases acomodadas, conocido popularmente como Barrio de Los Hoteles, que tenía como eje central la hoy conocida Avenida 25 de Julio.
El barrio forma prácticamente un cuadrilátero irregular entre la Rambla de Santa Cruz y la calle de Méndez Núñez, por un lado, y las calles de Robayna y Numancia, por otro, con centro en la plaza del Veinticinco de Julio, se añaden a esta demarcación las manzanas entre la Rambla de Santa Cruz y la calle de María Cristina, así como las ubicadas entre la avenida del Veinticinco de Julio, la Rambla de Pulido y la calle de Jesús y María.
Los Hoteles cuenta con los centros educativos Universidad de la Tercera Edad, la Academia de Seguridad Local y el Colegio Hispano Inglés, las iglesias de San Jorge y de Nuestra Señora de la Salud, locales comerciales como farmacias, oficinas bancarias y una oficina de Correos. Aquí se localiza la plaza del Veinticinco de Julio, conocida popularmente como plaza de Los Patos.
En el barrio se localizan además la Subdelegación del Gobierno y el edificio del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, así como la Capitanía General del Gobierno de Canarias, la 5ª Subinspección General del Ejército, la Delegación de Defensa en Canarias, la Subdelegación de Defensa en Santa Cruz de Tenerife y la Consejería de Sanidad y Consumo. También se hallan aquí la sede de la Policía Nacional en Santa Cruz, el Consulado Honorario de la República Eslovaca, el Banco de España y el Hotel Colón Rambla.
Declarado BIC en 2007 y ampliado en 2014
Los sectores en los que se ha ampliado el conjunto histórico respecto a los límites establecidos en su declaración en 2007 reúnen buenos ejemplos de arquitectura contemporánea, junto con interesantes construcciones racionalistas de la década de los 30 del pasado siglo y edificaciones más recientes en estilo regionalista. Son significativos los múltiples testimonios del racionalismo surgido en los años 20 y que en Santa Cruz contó con una presencia importante, destacando la libertad expresiva con la que sus impulsores interpretaron el lenguaje.
Al sureste de la calle Méndez Núñez hasta la calle de Callao de Lima, atravesada por las calles de Viera y Clavijo, Numancia y El Pilar. En esta zona encontramos una serie de inmuebles levantados entre los últimos años del siglo XIX y las primeras décadas del XX. Se trata de un espacio urbano para el que se proponía una tipología arquitectónica en la que se suprimía el jardín en fachada, pero conservaba el espacio libre trasero.
En este ámbito sobresale el edificio de la SERU en la calle de Numancia, obra de Pintor, con su colindante -del mismo autor- o la Casa Marco (1903) con un estilo decorativo muy característico de su época. Del mismo estilo ecléctico son los inmuebles situados en la margen opuesto, así como en la calle de Méndez Núñez.
En esta parte, la delimitación incorpora un compendio de inmuebles en lenguaje ecléctico y racionalista, levantados entre 1920 y mediados de siglo a lo largo de la calle de Callao de Lima, en una fase de expansión urbana posterior, coincidente con la planificación del Parque García Sanabria, entre los que deben ser citados los magníficos ejemplos de la antigua Fábrica La Moderna (1924-1926) y las Casas Amarillas (1932), un fesultado de una de las figuras insignes de la capital chicharrera, el alcalde García Sanabria.
En la margen oriental de la calle de José Naveiras se encuentra un grupo de inmuebles de dos alturas, que marcan la transición hacia el barrio de El Toscal. A mitad de calle aparece un buen ejemplo de arquitectura racionalista en el contexto de la ciudad y alguna fachada en estilo neocanario.
A partir de La Rambla, el Conjunto Histórico se amplía para incluir el Hotel Mencey y Los Lavaderos. El Hotel Mencey. El edificio destila regionalismo a través del patio central o de los balcones que se reparten por sus fachadas, así como por diversos recursos ornamentales en todo el inmueble. Desde su entrada en funcionamiento en 1950 y su reciente renovación, ha sido uno de los establecimientos hoteleros de referencia en el conjunto de Canarias.
Los Lavaderos entraron en funcionamiento en 1842, como alternativa a otras zonas destinadas a este uso y en las que se venían produciendo serios problemas de salubridad, como las charcas formadas en los barrancos que atravesaban la ciudad. Se trataba de un lugar fuera del casco urbano aunque limita con el discurrir del trazado urbano, y con un diseño de planta cuadrada, en cada uno de cuyos lados se disponían las pilas. Se ha reconvertido en centro cultural y sala de exposiciones, pero conserva parte de su perfil original.
La margen occidental de la avenida de 25 de Julio posee una interesante representación de inmuebles más recientes, algunos con una estética racionalista tardía, como los números 53 al 57 de la citada vía. No menos interesante son los ejemplos de arquitectura regionalista, obra de Marrero Regalado en los años 40, correspondientes a los nº 35 y, especialmente, el 37.
La margen noroeste de la Rambla de Santa Cruz, aunque de urbanización más tardía, comparte con el núcleo originario del Barrio de Los Hoteles la tipología arquitectónica y los lenguajes empleados. Entre la intersección con 25 de Julio y Horacio Nelson se sucede una serie de inmuebles de gran volumen y calidad constructiva entre los que hemos de destacar el números 83 y 81 (Casa Santos Díaz), caracterizados por su eclecticismo, con algunos elementos clásicos y modernistas y, posiblemente, obra de A. Pintor en los primeros años del siglo XX.
El edificio de los hermanos Cruz, proyectado por Marrero Regalado en 1935, pone de manifiesto su característico eclecticismo al combinar las formas racionalistas con elementos de la arquitectura regional evidentemente plasmados en los balcones. Le siguen varias viviendas unifamiliares de grandes dimensiones y representativos del eclecticismo pleno de las primeras décadas del siglo XX, entre los que destacan la Casa Hodgson (D. Pisaca, 1925), en el que destaca su gran hall y la escalera imperial de acceso a la planta alta; la Casa Guimerá (con ornamentación modernista); o la magnífica Casa Caulfield (D. Pisaca, 1925), caracterizada por su exuberante decoración no figurativa, guiños al neobarroco francés, que se manifiesta en la doble escalera de acceso y soluciones art-nouveau repartidas por la fachada, junto con aportes regionalistas en las cubiertas de teja. El tramo de la calle General Ramos Serrano incluido en la nueva delimitación se caracteriza por una sucesión de inmuebles en estilo ecléctico, de dos alturas, cubierta de azotea y fachada coronada con balaustrada, con algunos elementos propios del art-nouveau. El nº 8 muestra influencias de la arquitectura inglesa de principios de siglo.
En el siguiente tramo de La Rambla de Santa Cruz se encuentra Villa Petra, un inmueble proyectado por D. Pisaca en 1921 para Cándido García Dorta. A continuación, el gran edificio de Villa Clara, obra de Pintor (1922-23) y de inspiración anglosajona, y el chalet neocanario de Marrero Regalado, el nº 55 de La Rambla. El tramo finaliza con el Instituto de Higiene, obra de Pintor en los años 20, con una clara influencia de la arquitectura del Segundo Imperio francés, ampliado en un edificio exento plenamente funcionalista, obra de T. Machado.
La Plaza de Toros es de A. Pintor y se culminó en 1893, construyéndose en mampostería la fachada, el ruedo de tendidos y los chiqueros; mientras que la cantería, obtenida del propio solar, se empleó para las escaleras y los asientos. La aportación más novedosa, desde el punto de vista de los materiales constructivos, fue la utilización del hierro en la estructura de los palcos.
En el tramo de la Rambla entre la Plaza y la calle Horacio Nelson vuelve a repetirse un lenguaje racionalista, con gran libertad interpretativa en sus diseños.
El depósito de agua es obra de A. Pintor en la segunda década del pasado siglo y se destinó a abastecer a la población ante el fuerte crecimiento demográfico que venía experimentando la ciudad en las últimas décadas. En el sector de la calle Benavides y la calle Pérez de Rozas la ampliación engloba las fachadas de inspiración racionalista de la margen oeste de la primera de las vías y, sobre todo, la antigua Fábrica de Tabacos La Belleza, obra de M. Martín Fernández de la Torre en un exquisito racionalismo, de aspecto sobrio y con la singularidad de constituir el último ejemplo en Tenerife de arquitectura industrial en dicho lenguaje tras la reciente desaparición del edificio Vitabana.
En la margen sur de la calle de Pérez de Rozas se localizan algunas fachadas con elementos neocanarios en los balcones, así como un edificio de dos alturas en el mismo lenguaje (el nº 11), además de los edificios racionalistas representados por la antigua Clínica Bañares, proyectada por D. Pisaca en 1943 y el nº 9, con gran simplicidad de líneas y dentro de los recursos formales de dicho estilo. Otros ejemplos del movimiento moderno, ya en una fase posterior, los encontramos en la calle Jesús y María. Mucho más significativo es el Centro Farmacéutico, señalado como uno de los edificios más carismáticos dentro de la obra de José Blasco Robles, diseñado en 1934, o la Casa Rull, también de estética racionalista.
La ampliación del conjunto histórico se completa con un espacio urbano de gran relevancia en la historia urbanística de Santa Cruz, como es la plaza de Weyler y el conjunto de inmuebles destinados a la administración militar que la flanquean por el Sur. La plaza fue diseñada por V. Armiño en 1873 y constituía la culminación del principal eje urbano de Santa Cruz con la calle Castillo y la Capitanía General de Canarias promovida por el general Weyler. La plaza ha sufrido modificaciones respecto a su diseño original, así como a su ajardinamiento, pero conserva como pieza escultórica destacada la fuente monumental de Achille Canessa en mármol blanco y dentro de la tradición barroca genovesa.
La magnífica sede de la Capitanía General de Canarias ocupa el solar del antiguo Hospital Militar, proyecto de Tomás Clavijo y Castillo en 1878. Una fachada de dos plantas y su estilo clasicista, constituye uno de los hitos patrimoniales de la ciudad, en conexión con la Plaza Weyler y en cuyo interior sobresale la grandiosidad del salón de actos. En su costado sur se alza la Maestranza, diseñada por M. de Oráa en 1858 dentro de un pulcro clasicismo, con portada principal rematada por un frontón clásico. El edificio, de una planta, se articula en torno a un patio central, como fórmula más propia de la arquitectura doméstica canaria. Por último y en la misma manzana, el antiguo Parque de Artillería fue proyectado por Domingo Sicilia hacia 1880 dentro de un esquema clásico inspirado en la obra de Oráa.