VICENTE PÉREZ
La construcción de trenes en Canarias durante años ha parecido cosa de ciencia ficción y no ha estado exenta de polémica por el alto coste previsto y la percepción por usuarios del transporte público de que todavía se podría mejorar mucho la red de guaguas en horarios, frecuencias, trasbordos y carriles bus.
Pero la realidad es que la implantación de trenes en Tenerife y Gran Canaria continúa en la agenda de negociaciones entre el Gobierno de Canarias, junto a los cabildos de las dos islas capitalinas -que ya han invertido muchos millones en planificarlos y proyectarlos- con el Ejecutivo estatal.
Y las conversaciones para el apoyo financiero del Estado, a juzgar por lo dicho por unos y otros, avanzan, aunque para captar fondos europeos harán falta más estudios de viabilidad.
Serán las mayores inversiones en obras públicas llevadas a cabo en el Archipiélago, con un coste que superará los 4.000 millones entre ambas islas.
En el caso de Tenerife, el primer tramo que el Cabildo quiere ejecutar es el previsto entre San Isidro (Granadilla de Abona) y Adeje, pasando por el aeropuerto Reina Sofía. Y en Gran Canaria se comenzará por el tramo Vecindario-Aeropuerto de Gando.
PROTOCOLO A LA VISTA
Con este protocolo, en palabras del Ministerio de Transportes, «se un paso más hacia el impulso del ferrocarril en las islas tras las diferentes reuniones técnicas mantenidas a lo largo de 2024 para avanzar en el desarrollo de una red ferroviaria en Gran Canaria y Tenerife».
El secretario de Estado considera que Gran Canaria cuenta con proyectos más avanzados, por lo que mostró su disposición a abordar el tramo entre Las Palmas de Gran Canaria y el aeropuerto de Gando, «lo que exige adaptar los estudios de rentabilidad para poder solicitar financiación europea».
TENERIFE: ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL EN ACTUALIZACIÓN

En el caso de Tenerife, el Cabildo espera que este protocolo permita obtener la financiación para el tramo San Isidro – Adeje, con una inversión de 800 millones de euros y una extensión de 30 kilómetros.
Para no perder el tren de la financiación a la que se abre el Gobierno estatal, el Cabildo de Tenerife adjudicó en septiembre pasado la actualización del estudio de impacto ambiental del proyecto del Tren del Sur.
El recorrido ferroviario entre San Isidro y Adeje se estima en 25 minutos, en un tramo donde se producen importantes colas de tráfico para el vehículo privado en las horas punta.

El Cabildo parte del hecho de que el tren permitirá evitar medio millón de desplazamientos diarios en coche, aliviando la presión sobre la TF-1 en uno de los tramos más congestionados de Tenerife, donde existe la friolera cifra de 900.000 vehículos y se realizan 3,2 millones de desplazamientos diarios.
Cuando se construya toda la línea del Tren del Sur de Tenerife, que permitirá recorrer en 39 minutos la distancia entre Santa Cruz y Costa Adeje, se convertirá en «la tercera red de cercanías más utilizada de España, solo superada por Madrid y Barcelona».

Al menos esas son las previsiones anunciadas en nota de prensa por la presidenta del Cabildo, Rosa Dávila, quien califica esta infraestructura ferroviaria como “irrenunciable”.
Con una estimación de 175.000 pasajeros por kilómetro, la » intensidad de uso» del tren sureño de Tenerife «será seis veces superior a la del cercanías de Sevilla y hasta 47 veces mayor que la de Cantabria», según la comparativa mencionada por la presidenta insular.
GRAN CANARIA: ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL EN TRÁMITE
Por lo que respecta a Gran Canaria, el presidente del Cabildo de esta isla, Antonio Morales, aseguró en un comunicado que se dispone de proyectos redactados y, con un estudio de impacto probablemente definitivo en el primer trimestre de este año, lo que va a posibilitar tener realizadas las expropiaciones para el tren a lo largo de 2025.
En este sentido, recordó que la institución insular que preside “cuenta con financiación suficiente”, en concreto con 16,7 millones de euros para este fin incluidos en el Plan Extraordinario de Inversiones con Remanentes.
“Resulta crucial la consideración de interés general del proyecto ferroviario dado que Canarias tiene una de las densidades de vehículos más altas de Europa y ya no podemos seguir avanzando en nuevos sistemas viarios, por lo que el futuro pasa por menos carreteras y más redes de ferrocarriles», manifestó Morales.
VOCES CRÍTICAS CON EL TREN
Persisten opiniones contrarias a la implantación de trenes, como es el caso del partido Sí Se Puede Canarias, cuya coportavoz, Vanesa Martín, ha reiterado el rechazo a este modelo de transporte por “su impacto ambiental insostenible y su altísimo coste”, dado que se trataría de «obras faraónicas, que además suponen un enorme derroche económico”, pues ya se ha empleado más de veinte millones de euros de los presupuestos insulares, solo para la redacción de proyectos y planes territoriales.

Señala Martín que los trenes en los tramos ya planificados «resultarán lesivos para el interés público, con un coste que según los cálculos realizados hace más de diez años suponían unos 2.447 millones de euros, aunque con la inflación actual podría ser muy superior» y, según los propios cálculos del Cabildo de Tenerife, el sistema ferroviario sólo captará el 9,7% de los viajeros que se desplazan del área metropolitana de Tenerife al Sur.
>Desde Sí se puede aseguran que a esta oposición a los trenes sumarán sus fuerzas «a las entidades sociales, ambientales y vecinales que plantean alternativas al modelo de movilidad sostenido en más cemento».