VICENTE PÉREZ
El catedrático de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna Alberto Darias, jubilado, se muestra abiertamente en contra de cualquier intento de derribar las edificaciones que quedan en pie en el antiguo barrio chicharrero de Miraflores.
Especial preocupación le ha generado lo que ocurre con la llamada Casa Clavijo, en los números 28 y 30 de la calle Miraflores, obra del arquitecto Antonio Pintor en 1908, y sobre la que la Gerencia de Urbanismo ha dictado una orden de desalojo de las prostitutas que hay en su interior de manera preventiva por desprendimientos en el cuarto de la azotea.
El concejal de Urbanismo, Carlos Tarife (PP) ha aprovechado esta «ruina parcial inminente», que no general ni ya producida, para atacar al Cabildo y reprocharle que «lo que quiere proteger en Miraflores son ruinas que suponen un peligro. La paciencia del Ayuntamiento con esta manzana está llegando a un límite», según publica LA OPINION, en tema que también recoge EL DÍA. Y en este periódico la consejera de Patrimonio Histórico del Cabildo, Josefa Mesa (PSOE) le ha replicado afeándole su «obsesión» de «que todo se derribe y que no quede nada del pasado de esta ciudad», al tiempo que ha anunciado que funcionarios del Cabildo han hecho una inspección y elaborarán un informe sobre el estado de la edificación.
Pues bien, para Darias se trata de una casa «de una categoría excelente, porque su autor, también una figura excelente de la arquitectura, hizo una interpretación del lenguaje modernista muy buena; y tal es así que ha sido admirada y reconocida en congresos internacionales de art nouveau -modernismo- , como los celebrados en Barcelona en 2013 y 2015».

Precisamente a este experto el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife le editó en 2004 un voluminoso libro sobre los edificios más significativos en la historia de la ciudad, en el que destacó varias páginas precisamente a la Casa Clavijo, la misma que un par de años después el propio consistorio, y el equipo redactor de aquel Plan General (entre ellos Juan Manuel Palerm) no quisieron proteger, lo que dio lugar a que el proyecto de urbanización de Miraflores prevea su demolición.
Tras las quejas in extremis de defensores del patrimonio histórico y partidos de la oposición, el gobierno municipal (CC-PP) dio un giro el pasado año para negociar con la promotora, Daltre, la salvación de, cuanto menos, las fachadas, y el propio alcalde, José Miguel Bermúdez, luego de haber tachado de «fundamentalismo» el criterio de los funcionarios del Cabildo, ha terminado por reconocer públicamente que sí merecen preservarse.
Pero independientemente de las medidas cautelares de seguridad que se tomen por el descuido de la Casas Clavijo, el catedrático Darias Príncipe considera que se está «distorsionando» el debate y que esta «crispación» no es buena para solucionarlo. A su juicio, debe distinguirse entre «el problema social» de Miraflores y el otro problema o «vertiente patrimonial» del asunto.
Desde su punto de vista, a los inquilinos de esos inmuebles descuidados se les debe realojar y «si se caen trozos pues es normal que el Ayuntamiento actúe y resuelva esa deficiente conservación quien le corresponda». Pero, por otro lado, el mal estado de una edificación antigua se resuelve «restaurándola», como se hace en otras ciudades.
Se da la circunstancia de que, salvo declaración de ruina, la Casa Clavijo de momento no puede ser demolida porque le afecta la suspensión decretada por el Ayuntamiento sobre los 500 inmuebles que el Cabildo ha propuesto proteger desde 2006, en tanto se decide si se cataloga o no, en el proceso de revisión del Catálogo de Patrimonio Histórico paralelo a la revisión del Plan General de Ordenación tras su anulación judicial.

«Con Miraflores hay que hacer como en el resto de España, restaurar»
«España», afirma, «está llena de edificios que estaban en estado deplorable, y se ha reubicado a sus ocupantes, a veces personas humildes que malviven en esos inmuebles , e inmediatamente se han restaurado, y luego, algunas se han dedicado a un uso cultural o comunitario».
Darias quiere patente su criterio como historiador del arte a favor de catalogar estas construcciones: «Esas casas de Miraflores son de una categoría excelente, porque hacen una interpretación del lenguaje modernista muy bueno, pues Antonio Pintor conjugó una tipología arquitectónica muy buena, a lo que hay que añadir la rareza y primicia que significaron parte de sus materiales: azulejos de principios de siglo, baldosines hidráulicos que luego se repitieron en fórmulas y modelos…»
No le cabe la menor duda a este especialista en Historia del Arte que lo aún en pie en Miraflores deben tener un grado de protección. Y confiesa que desconoce todavía qué argumentos de peso se han podido esgrimir para que no la tengan e incluso se haya planteado ya su demolición, como ha ocurrido con otros tres derribados el pasado año en la calle de Puerta Canseco.
En esos casos hubo suspensión cautelar del derribo por parte del Cabildo, que el Ayuntamiento levantó gracias a un informe de la fundación Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (CICOP) favorable a su demolición. Este informe lo firmaban, entre otros, Juan Manuel Palerm, precisamente el arquitecto que, si bien no lo quiso catalogar en el Plan General, como redactor de este documento, ante la insistencia de los funcionarios del Cabildo lo incluyó en un listado de 500 inmuebles «susceptibles de futura catalogación», categoría que luego se suprimiría porque el Gobierno canario la consideró inviable, pues lo procedente era catalogar o no, pero no dejarlos en un limbo jurídico.

Al catedrático de Historia del Arte de todos modos no le coge por sorpresa la guerra en este mandato en Santa Cruz de Tenerife entre el Cabildo, que quiere proteger muchos más inmuebles como patrimonio histórico, y el Ayuntamiento, que ha seguido la dirección contraria.
Y no le sorprende porque Darias, uno de los especialistas en su materia más prestigiosos de Canarias, ya renunció hace más de una década a elaborar el listado de edificios protegidos en la capital tinerfeña, para el que lo habían contratado, por diferencias con el equipo que redactó el Plan General de Ordenación (los arquitectos Palerm y Tabares de Nava, y el abogado Fernando Senante) porque pretendían que dejase fuera numerosos inmuebles que tenían valores patrimoniales, como reconoció el pasado año entrevistado por EL DíA y ha ratificado a PLANETA CANARIO.
Darias Príncipe nació en San Sebastián de La Gomera en 1945. Ha estado durante más de 40 años vinculado a la Universidad de La Laguna, donde ha ejercido como Catedrático de Historia del Arte. En su haber cuenta con más de un centenar de publicaciones entre revistas y libros.
Ha sido vocal del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo en la comisión provincial de Urbanismo de Santa Cruz de Tenerife, miembro de la Comisión Insular de Patrimonio Histórico-Artístico tanto del Cabildo de Tenerife como del Cabildo de La Gomera así como de la Comisión de Patrimonio del Ayuntamiento de la capital gomera.

En su libro Ciudad, Arquitectura y Memoria Histórica. 1500-1981. Tomo I, publicado por el propio Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Darias explica que con esta obra en Miralfores, «Pintor demuestra su capacidad de renovación en uno de los momentos más brillantes de su carrera, la década que transcurre entre 1900 y 1910. Además aquí se plasma el reto de trabajar con lenguajes no habituales en él, como son los historicismos y el modernismo, ambos conjuntados».
Y añade este especialista sobre este inmueble: «Exquisito el tratamiento que Pintor da al ornamento art nouveau con que enmarca el coronamiento de la fachada que permite apreciar la calidad artesanal de la mano de obra especializada, lo que echa por tierra la tesis de la carencia de operarios conocedores de las técnicas modernistas en Santa Cruz, no solo por el modelado escultórico con el que han elaborado el ornato sino por la consistencia impuesta al trabajo al que ni el tiempo ni el abandona han logrado desfigurar».
Darias destacó además esta construcción en una ponencia en el I Congreso Internacional coupDefouet sobre Art Nouveau-Modernismo, celebrado en Barcelona por la asociación Ruta Europea del Modernismo. Explica que Pintor en esta casa «mezcla armoniosamente la más refinada decoración art nouveau con arcos de herradura» como «fantasías orientales».
El especialista en Historia del Arte recuerda que «hablar del modernismo es hablar del ornamento, sobre todo en Canarias», limitado a la decoración exterior de los inmuebles. «Las Islas son, sin duda, un caso excepcional en este sentido: El resultado será una acumulación de diferentes motivos que forman un totum revolutum, pero nunca exento de elegancia, gracia y delicadeza», concluye este experto.
Los funcionarios del Patrimonio HIstórico del Cabildo tinerfeño coinciden con Darias, y concluyen en sus informes que se trata de un edificio que, «DE FORMA TAXATIVA, DEBIERA ESTAR CATALOGADO, POR SU MAGNÍFICA FACHADA y sin perjuicio de determinar la posible presencia de elementos catalogables en el interior, como pavimentos, carpintería…»

