RUBEN EXPÓSITO
Los Oscar siguen dando que hablar y no por cuestiones cinematográficas. La última idea de la organización para acortar la duración de la gala es la de repartir algunas de las estatuillas durante las pausas publicitarias. Concretamente, maquillaje y peluquería, corto en acción real, montaje y fotografía.
Las reacciones no se han hecho esperar, como era lógico, porque la idea de entregar un Oscar mientras hay gente aprovechando para ir a mear, no es el estilo de glamour que debe imperar en unos premios de este calibre.
Todo aquel con voz de este mundillo con dos dedos de frente ha clamado en todo medio de comunicación que le ha preguntado contra el hecho inequívoco de que la organización ha humillado a varios gremios de un solo escupitajo. El nulo respeto por el trabajo ajeno es clamoroso.
La bajada de audiencia de las últimas ediciones, la idea de no poner presentador después del escándalo con Kevin Hart y ahora esta idea de locos, ha puesto de manifiesto que se necesita una renovación en una academia que muchos consideran arcaica. Y esto ha sido el remate, esperemos que den marcha atrás…(lo harán probablemente)