RUBÉN EXPÓSITO
En septiembre de 2005 declararon BIC (Bien de Interés Cultural) en la modalidad de Bien Mueble a esta singular embarcación. El balandro denominado Tirma fue construido en el año 1910 por el carpintero José González, en el varadero de San Telmo, plasmado en base al diseño del ingeniero inglés Mr. George, aunque se le introdujeron pequeños cambios a lo largo de su construcción para un mejor comportamiento a las condiciones del Atlántico.
Casco y palo en pino americano, cubierta en vitacola y cámara en caoba, con una eslora total de 12,50 m y una eslora de flotación de 8,20 m, con una manga de 2,30 m, puntal de 2,22 y calado de 1,50 m con una capacidad de desplazamiento de 5,50 toneladas, aparejado con un botalón como soporte de foque y trinquete y mayor cangreja, su orza pesó 2.660 kilos, siendo su primer velamen de diseño trapezoidal construido en los talleres de Dave y Cía., en Inglaterra, con una superficie de mayor de 49,20 m2. Fue bautizado el 23 de junio de 1910, por el sacerdote D. Alejandro Ponce, siendo la madrina la señorita Luisa del Castillo.
En 1927 se le forra el casco de cobre para evitar su deterioro, siendo robado y embarrancado en 1933, por lo que hubo de ser completamente reparado. En 1940 se le coloca una nueva vela por el carpintero de ribera Juan Suárez.

A lo largo de su historia se le realizaron algunos cambios según aporta Félix Bordes Martín, que supusieron la pérdida del botalón utilizándose solamente un foque, trinquete y vela mayor marconi. Se disminuyó la longitud de la botavara. Posteriormente sufre una nueva modificación con la supresión del trinquete y disminución de la longitud del palo, y nuevamente de la botavara.
Durante su vida consigue un importante número de triunfos, convirtiéndose en el buque representante de la navegación canaria, escuela de varias generaciones de canarios en el aprendizaje de la navegación y en su cubierta se han fabricado excelentes marinos de categoría mundial.
Desde sus inicios, el Tirma dejó constancia de barco nacido para la competición. La primera regata que ganó data del 25 de octubre de 1911 con Luis del Castillo Matienzo como patrón. La tripulación estaba formada por José Cabrera, Felipe González, Germán Betancor, Enrique del Castillo y Antonio Marrero.
Entre sus regatas más destacadas figura la que durante las fiestas en honor a San Ginés se celebraba cada año entre varias islas: Gran Canaria, Tenerife, Lanzarote, ampliándose a La Palma en 1965 con motivo de la celebración de sus Fiestas Lustrales en honor a la Virgen de Las Nieves. La regata de San Ginés se consideraba como una de las más duras de España, una prueba internacional ideada originariamente en 1947 como una competición entre Las Palmas de Gran Canaria y Arrecife de Lanzarote.
Entre los de su clase, es el más antiguo de Europa, en él se combina la belleza formal más clásica con el mejor exponente de la arquitectura naval inglesa de principios de siglo.
El Tirma fue comprado por el Real Club Náutico de Gran Canaria por un total de 4.000 pesetas. Posteriormente se intentó vender en una rifa que se acordó realizar el 15 de agosto de 1914, sorteo éste que no se llegó a celebrar por motivo de la interrupción de la guerra europea, razón ésta que terminó de unir íntimamente al balandro Tirma con la historia del Real Club Náutico de Gran Canaria.
Antonio Cabrera Socorro y Francisco Henríquez Juez, junto a la colaboración de José Castro a finales del año 2000, lo repararon, además se restauraron sus cuadernas con pino americano, mástil tambucho de caoba y cubierta en vitacola, encontrándose actualmente expuesto junto a la entrada del edificio del Club Náutico de Gran Canaria.
El Tirma es un referente de la navegación deportiva canaria, un icono como embarcación, orgullo y parte de la esencia del Real Club Naútico de Gran Canaria y de todos cuantos aprendieron en sus tablas, además de ser un referente único en la historia marítima canaria.