VICENTE PEREZ
Unas 140.000 personas, según las organizaciones convocantes, y más de 23.000, según la Subdelegación del Gobierno -dato aportado a Europa Press-, se han manifestado este domingo 18 de mayo en todas las islas del Archipiélago canario para pedir un cambio en el actual modelo de desarrollo económico de Canarias.

Entre otras medidas para esta reconversión económica reivindican una moratoria de nuevo hoteles y viviendas vacacionales, una tasa turística para destinar la recaudación a la conservación de los espacios naturales protegidos, una Ley de Residencia, garantizar el acceso a la vivienda, acabar con los vertidos de aguas residuales al mar y paralizar proyectos de iniciativa pública y privada perjudiciales para el medio ambiente.

Las manifestaciones las han convocado y apoyado decenas de asociaciones y colectivos ecologistas, culturales y vecinales, así como organizaciones sindicales, aglutinadas en torno a la plataforma Canarias tiene un límite, que es el lema de estas protestas.
Las movilizaciones son continuación de las que tuvieron lugar en abril y octubre de 2024.

Con la habitual discrepancia en estos casos entre las cifras aportadas por los convocantes y las Administraciones públicas, la manifestación más concurrida es la que ha tenido lugar en Santa Cruz de Tenerife, con 90.000 asistentes, según la plataforma organizadora, y 15.000, según la Subdelegación del Gobierno.

Le sigue la capital grancanaria, donde han participado cerca de 40.000 personas, según los grupos convocantes, y 5.000, según el citado organismo oficial.

Los grupos promotores de estas marchas reivindicativas cifran en 4.000 personas las que han tomado parte en Lanzarote (2.000 es el dato de participación oficial), 2.000 en Fuerteventura (500, para la Subdelegación), 600 en La Palma (500 la estimación oficial) y 100 en La Gomera (según la Subdelegación).

En cuanto a las concentraciones fuera de Canarias, se han celebrado en Madrid (300 participantes), Barcelona (200) Santiago de Compostela (50), Granada, Valencia, Bilbao, Iruña, y Berlín.

En estos actos de protesta han alzado la voz plataformas contrarias a proyectos públicos o privados, como, en el caso del Tenerife, el hotel de La Tejita (Granadilla), el complejo turístico de Cuna del Alma (Adeje), las depuradoras industriales de aguas residuales en la Isla Baja o los futuros parques eólicos en el Sureste de Tenerife (sobre todo en Fasnia, GüÍmar y Arico). También se han visto en la protesta de Santa Cruz de Tenerife activistas contra los campos de golf previstos en La Palma.
Son múltiples las causas reivindicadas, por lo que en la capital tinerfeña se han visto también pancartas alusivas a la necesidad de conservar las casas terreras de arquitectura tradicional campesina, de las que hay infinidad en toda Canarias abandonadas.

En la Isla Bonita, los activistas han exigido la paralización de las excavaciones de áridos en el entorno de El Riachuelo, a las puertas del Parque Nacional de La Caldera de Taburiente, y se mostraron en contra de que la recuperación económica tras la catástrofe provocada en el Valle de Aridane por la erupción de 2021 derive en masificación turística y deterioro del medio ambiente.

En Gran Canaria, siguen en el punto de mira de los grupos ecologistas proyectos como la central hidroeólica de Chira Soria o la planta de biogás de La Atalaya, que los convocantes ven incompatibles con la ecoísla a la que aspira el Cabildo grancanario.
En Fuerteventura los manifestantes han pedido la paralización de proyectos urbanísticos «ilegales», la demolición de los hoteles que la cadena RIU en el Parque Natural de las Dunas de Corralejo,a la vez que han expresado su oposición al futuro «macromuelle» proyectado para Corralejo.

En todas las manifestaciones y concentraciones se ha leído un manifiesto en el que la plataforma Canarias tiene un límite anuncia que continuarán sus movilizaciones «si no hay voluntad de cambio» sobre estas reivindicaciones en las Administraciones públicas.

