VICENTE PÉREZ
El profesor de Zoología de la Universidad de La Laguna Juan Carlos Rando Reyes ha expresado su punto de vista para PLANETA CANARIO en torno a una cuestión que está siendo muy polémica en las últimas semanas: la decisión del Cabildo de Tenerife de matar, mediante cuadrillas de cazadores de la empresa pública Gesplan, las cabras asilvestradas en los parques rurales de Teno y Anaga ( se estima que más de mil) debido al peligro que suponen para la conservación de plantas endémicas.
A su juicio, nada tiene de falta de ética o inmoralidad sacrificar este ganado salvaje porque no se hace con ensañamiento ni por capricho, sino para evitar que desaparezca para siempre flora canaria que está en peligro por la proliferación de estos animales. Este método, segura este biólogo, se aplica en todo el mundo, y pone como ejemplo cómo en la isla de Santiago se abatieron en 5 años más de 79.000 cabras y más de 62.000 en Isabela en 2 años, ambas en el archipiélago de Galápagos, para proteger a sus conocidas tortugas endémicas y sus espacios naturales.
Aunque El Día y Daute Digital han publicado que el Cabildo suspende temporalmente estas matanzas a raíz del revuelo que han causado, este último periódico local ha informado también de que el Ayuntamiento de Buenavista no tiene constancia de esta paralización, sino de que se reanudan el 11 de noviembre.

En todo caso, PLANETA CANARIO va a continuar mostrando distintas versiones sobre esta controversia. En días anteriores hemos mostrado la postura en contra de estas cacerías expresadas por la Red Canaria Solidaria contra el Maltrato Animal (apoyada por la federación de asociaciones protectoras de animales y plantas FECAPAP, la Plataforma de 29 coletctivos sociales 29E, ProDerecho Animal El Rosario y la asociación nacional de veterinarios AVATMA), así como por Los Verdes y el PACMA.
Del otro lado, y como ha informado este periódico, a favor de estas cacerías se encuentran cerca de una veintena de grupos ecologistas y 116 expertos que firman un manifiesto promovido por la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN). Juan Carlos Rando es miembro de la Asociación para la Conservación de la Biodiversidad de Canarias (ACBC) y uno de los suscribientes de este manifiesto.
¿Cuál es, desde un punto de vista científico, es el impacto de las cabras en la flora endémica en Canarias?
«El impacto del ganado asilvestrado en el archipiélago canario, así como en otras islas oceánicas, es muy severo. Esto es así porque las plantas insulares carecen de defensas ante la herbivoría (carecen de toxinas o sustancias repelentes, espinas, etc.) ya que, han evolucionado durante millones de años sin herbívoros. Por ello, son muy vulnerables a los herbívoros introducidos. De hecho muchos endemismos vegetales logran sobrevivir a duras penas en lugares inaccesibles donde los herbívoros no pueden acceder».
¿Dónde se han dado los casos más graves en este sentido?
«El caso más dramático es probablemente el macizo de Jandía, al sur de Fuerteventura, donde los últimos ejemplares de especies vegetales endémicas de esa isla sobreviven en los andenes de la pared de la cara norte, lugar al que las cabras no pueden acceder. Si esta amenaza continua actuando, es muy posible que algunas de estas plantas amenazadas se extingan».

¿Cuántas especies vegetales han desaparecido por la proliferación de cabras asilvestradas y otros hervíboros?
«Es difícil saber cuántas especies vegetales endémicas han desaparecido tras la introducción de estos herbívoros en el archipiélago, pero existen algunos ejemplos recientes como el de la escobilla de Teno (Kunkeliella psilotoclada) cuya última población desapareció de los riscos donde se refugiaba y no ha podido ser localizada desde la década de los años 80 de pasado siglo, o la jarilla de agana (Helianthemun aganae) cuya última población se localizaba, hasta 2006, en los riscos de Galión en La Gomera. Para ambas especies se señala al ganado asilvestrado como principal amenaza».
¿Cuál es la incidencia de este problema en Teno y Anaga, donde el Cabildo ha realizado y proyectado batidas para cazar cabras?
«Teno y Anaga son las áreas más importantes para la conservación de la flora amenazada de todo el territorio nacional (https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/inventarios-nacionales/c4_tcm30-99010.pdf), ya que albergan numerosos endemismos locales (exclusivos de es esta isla) muy amenazados de extinción, siendo precisamente su mayor amenaza los herbívoros asilvestrados como las cabras. Por ello, el diagnóstico es dramático ya que, durante la última década hemos asistido a un considerable aumento del ganado asilvestrado en estos territorios con el consiguiente aumento de sus impactos. Tanto los macizos de Anaga y Teno albergan alrededor de medio centenar de plantas endémicas cada uno de ellos, y en cada uno de ellos alrededor de una decena de especies endémicas, con serios problemas de conservación, encuentra en los herbívoros introducidos su principal amenaza. Además, el ganado asilvestrado provoca severos daños a otras especies vegetales con una distribución más amplia, como pueden ser los dragos, causar daños a cultivos, etc.»

¿Cuántas especies endémicas pueden estar en peligro en esas zonas por la proliferación de estos rumiantes?
Si nos centramos en las especies vegetales más amenazadas (clasificadas como “en peligro crítico” o “en peligro de extinción” según la UICN, Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza) en Canarias existen como mínimo 80 espacios de la Red Natura 2000 (red europea de espacios naturales) donde el ganado asilvestrado constituye una de las principales amenazas para las especies de plantas con graves problemas de conservación. A nivel de todo el archipiélago existe alrededor de un centenar de especies de plantas, con graves problemas de conservación La inmensa mayoría de estas (82%) se corresponde con endemismos de una única isla».
¿Qué alternativas, desde un punto de vista científico, hay para su erradicación o control? ¿Es posible solo con apañadas?
«Las erradicaciones totales, en islas de una superficie como Tenerife, son muy difíciles. Para realizar los controles, las apañadas pueden tener cierto éxito en lugares concretos, de orografía poco complicada. Por tanto, lograr un control efectivo mediante apañadas, en lugares con una orografía tan complicada como la Anaga o Teno es imposible, por lo que es necesario recurrir a los abatimientos, un método ampliamente extendido por su efectividad. Este método se aplica en todo el mundo, por ejemplo, en la Isla de Santiago se abatieron en 5 años más de 79.000 cabras y más de 62.000 en Isabela en 2 años, ambas islas del archipiélago de Galápagos, todo ello para proteger a sus tortugas endémicas y sus espacios naturales».
¿Es posible combinar apañadas con la caza de los animales?
«Es posible y deseable combinar apañadas y abatimientos. De hecho, en el ejemplo que nos ocupa los respectivos ayuntamientos de Buenavista del Norte y Santa Cruz de Tenerife emitieron un bando en 2018 dando un plazo a la gente que quisiera capturar al ganado asilvestrado sin dueño, como paso previo a los abatimientos.
A título anecdótico, puedo apuntar que he participado en varias apañadas con gente local del macizo de Teno, y por tanto conocedores del territorio, con muy escaso éxito a pesar de que el número de apañadores participantes fue muy alto, y que en las zonas apañadas se detectó un número alto de cabras asilvestradas».
Los detractores del método de abatirlas a tiros (entre los que hay asociaciones animalistas, una incluso de ámbito nacional formada por 560 veterinarios) argumentan que hay que introducir la perspectiva moral o ética, y buscar, en consecuencia, métodos menos cruentos. ¿Qué opina usted al respecto?
«Opino que hay que actuar de una forma ética y moral en todos los aspectos de la vida (personal, profesional, etc.). El problema de este planteamiento radica en identificar algo inmoral o poco ético con el sacrificio de un animal. Si aceptamos esto, por ejemplo, todos los pastores serían inmorales ya que, sacrifican animales para el consumo, también serían inmorales los profesionales que controlan las plagas de ratas, ratones o cucarachas. El sacrificio de un animal puede ser inmoral o poco ético si se realizara por capricho, con ensañamiento y con la intención de infligir sufrimiento. En las actividades anteriores, esto no es así, así que no se les puede calificar de oficios inmorales. De la misma forma, el control de ganado silvestre mediante abatimiento no puede calificarse de inmoral ni poco ético ya que, se realiza por la necesidad de conservar y no hay – ni nunca debe haber- ensañamiento en estas acciones. Lo que sí podría calificarse de inmoral, es capturar a un animal salvaje acorralándolo en lugares inaccesibles, amarrarlo y arrástralo en contra de su voluntad por lugares de difícil acceso, para luego acabar degollándolo, eso si no se despeña antes de ser acorralado o fallece durante todo este proceso por el estrés generado, cosa que es bastante habitual».
Alegan los animalistas que la vida de estas cabras asilvestradas no es menos vida que la de las plantas que se pretende proteger…
«Todos los seres vivos tienen derecho a vivir, pero es necesario indicar que nuestro planeta atraviesa en estos momentos la secta gran extinción. Anteriormente en la historia de la Tierra han ocurrido cinco grandes extinciones, a diferencia de las anteriores la sexta y actual tiene como origen las actividades humanas que, entre otras cosas, han motivado que las especies se extingan a una tasa unas 1000 veces superior al ritmo natural. Por este motivo urge tratar de frenar este ritmo de extinciones. Por ello, las especies endémicas de Anaga y Teno con graves problemas de supervivencia deben ser prioritarias en las acciones de conservación ya que, si desaparecen no habrá forma de restituirlas. Con ellas se perdería parte de nuestro patrimonio natural. Nada de esto ocurrirá si las cabras asilvestradas de Teno y Anaga son controladas, ya que estos animales son muy abundantes en todo el planeta y con la desaparición de estas poblaciones silvestres no se perderá nada de su acervo genético».

Abundando en esta cuestión, ¿se tiene en cuenta este factor ético en los informes o estudio científicos que abordan esta problemática, la de los desequilibrios en los ecosistemas por estos animales?
«Como comenté anteriormente los criterios éticos y morales deben aplicarse en todos los ámbitos. Por ejemplo, en los proyectos donde los animales son capturados, debe de contemplarse protocolos que tengan en cuenta aspectos relacionados con el bienestar animal durante su captura, transporte, mantenimiento, etc.
En este sentido, desde un punto de vista científico-técnico, una enorme responsabilidad ética y moral, para los profesionales que trabajamos en este ámbito, es tratar de poner freno a la actual pedida de biodiversidad y deterioro ambiental que sufre el archipiélago canario. En este sentido las acciones sobre las especies exóticas invasoras –como estas desarrolladas sobre el ganado asilvestrado- juegan un papel destacado».
¿Qué otros animales están poniendo en riesgo la flora autóctona y dónde?
«Efectos similares a los de las cabras y ovejas asilvestradas son los que ocasionan los muflones y los arruís introducidos hace décadas en Tenerife y La Palma con fines cinegéticos. Por los mismos motivos indicados anteriormente deberían de ser erradicados. Otro herbívoro invasor que produce cuantiosos daños tanto en la flora autóctona como en diversos cultivos son los conejos. También hay estudios realizados en el archipiélago que indican que el impacto de las ratas, introducidas hace siglos, sobre muchos árboles y plantas autóctonas es enorme ya que consumen su semillas, además de depredar tanto sobre vertebrados como invertebrados autóctonos».