VICENTE PÉREZ
Este 31 de mayo se celebra el Día Mundial del Tabaco. Con tal motivo, la asociación Nofumadores.org ha reivindicado nuevas medidas legislativas con más prohibiciones de fumar en espacios donde hasta ahora se permite, aunque se habilitan zonas específicas para fumadores, empezando por bares, cafeterías y playas. Esta petición se fundamente no solo por los daños que ya se sabe que provoca el tabaco, sino el hecho de que las colillas, al estar impregnadas de saliva, pueden transmitir el coronavirus Covid-19 a quienes las retiran o manipulan una vez tiradas en ceniceros o al suelo. La pandemia es una tragedia mundial, pero esta asociación pone de relieve la otra tragedia ya normalizada: en España mueren al año 55.000 personas por el tabaquismo y en el mundo 8 millones. Lo explica en esta entrevista el portavoz en Canarias de Nofumadores.org, Abel Román.
¿Que persigue el Día Mundial Sin Tabaco?
«El objetivo es alertar a la sociedad de los peligros que supone el consumo de tabaco, las prácticas comerciales de las empresas tabacaleras, las medidas oficiales que se pueden tomar contra la epidemia de tabaquismo, y lo que las personas de todo el mundo pueden hacer para reivindicar su derecho a la salud y a una vida sana, y proteger a las futuras generaciones».
Ahora ustedes solicitan nuevas medidas legislativas, como prohibir fumar en bares y cafeterías incluso en zonas de fumadores…
«En efecto, en las terrazas al aire libre se permite fumar, pero los dueños de las terrazas, pueden prohibirlo. La ley les autoriza, pero no lo hacen. Está claro que ha habido una falta de avances legislativos desde que se modificó la Ley del Tabaco en 2010 y ha fracasado porque no se cumple en las terrazas de hostelería. Eso ha supuesto 550.000 muertes en una década. Con un 34 por ciento de fumadores entre 15 y 65 años, según el Ministerio de Sanidad y elevadas tasas de tabaquismo y vapeo en adolescentes, hay que hacer cuanto antes una modificación legislativa para ampliar los espacios al aire libre sin humo de tabaco ni vapores de nicotina a terrazas, estadios de fútbol, espectáculos al aire libre, parques, playas y piscinas».
¿Pero esa sería suficiente para que no se fumara menos?
«No, también proponemos el aumento del precio del tabaco y sus derivados al mismo nivel que los demás países europeos, empaquetado neutro, equiparación legal de los cigarrillos electrónicos y nuevas formas de consumo con los cigarrillos tradicionales, además de nuevas campañas de información, educación, concienciación y sensibilización donde se tengan en cuenta la perspectiva de género y la edad del público objetivo”.
Fumar sigue siendo algo normal, aunque se ha avanzado en separar a quienes lo hacen de quienes no en espacios cerrados…
«Pero no puede ser considerado normal algo que mata. La lucha contra el tabaquismo debe incluir una progresiva desnormalización del tabaco y eso requiere de leyes que permitan a los ciudadanos exigir no respirar un aire contaminado por humo de tabaco ni nicotina; debemos avanzar hacia una nueva generación libre de tabaco y de sus productos asociados”.
En abril nos enteramos de algo sorprendente: según un estudio realizado por un equipo del Hospital Pitié Salpêtrière en París y el neurobiólogo Jean-Pierre Changeux, concluía que el tabaquismo y la nicotina podrían tener un posible efecto protector ante el coronavirus…
«Eso ha sido tajantemente refutado. Siempre hay extraños estudios y noticias en ese sentido, porque sabemos cuán poderosos son los intereses a los que nos oponemos. Pero más poderosa es nuestra fuerza moral y científica. Nofumadores.org ya ha expuesto que Changeux recibió en el pasado cuantiosos fondos del Consejo para la Investigación del Tabaco, con sede en Nueva York . Changeaux pide en una misiva fechada el 10 de agosto de 1994, con membrete del Instituto Pasteur, al CTR, 255.000 dólares para un proyecto de tres años que estudie el impacto de la nicotina en el cerebro de los ratones. Decaux recibió 177.000 dólares del CRT para aquel proyecto y, a finales de los 90, solicitó y recibió fondos de RJ Reynolds, propietaria de Camel».
¿Cuál es entonces el efecto del tabaco con respecto al Covid-19?
«Todos los estudios científicos que conocemos señalan que el fumador tiene un riesgo del 140% más de sufrir neumonía bilateral por la acción del SARS-CoV-2. Al fumar y exhalar el humo se expulsan diminutas gotitas respiratorias que pueden contener carga viral y ser muy contagiosa. Por eso, en Nofumadores.org nos preguntamos cuántas muertes se han debido directamente al tabaquismo durante esta pandemia. La asociación recalca que resulta aberrante una nueva normalidad de mascarillas y cigarrillos».
¿De cuántas muertes estamos al hablado, más que el Covid-19 en nuestro país?
«No sabemos la cifra real de muertes por este coronavirus en España, pero sí que ha muerto más gente de la que dicen las cifras oficiales porque hay en este periodo 43.000 más de las normales y en cambio 27.000 por coronavirus. Pero en todo casi, el tabaco causa más de 55.000 muertes al año, así que imagínese, pero es que además está relacionado con la transmisión de una pandemia y con el gasto sanitario que conlleva una hospitalización con UCI. Pero vamos a una cifra mucho más escalofriante: fumar mata a 8 millones de personas en el mundo cada año y el Covid-19 lleva 360.000 en el planeta. Tragedias sin duda ambas, pero esas cifras deben hacernos reflexionar».
Es decir, que el tabaco no solo no ayuda protegerse contra el Covid sino que lo propaga…
«Exacto. Y España mantuvo abierto en este estado de alarma los estancos como servicio esencial mientras el país registraba la mayor mortalidad del mundo y ahora, en lo que el Gobierno ha llamado la desescalada, se sigue permitiendo fumar, como algo intocable en bares y restaurantes; y las colillas son vectores de contagio. Los ceniceros de las terrazas de bares y restaurantes acumulan restos de saliva con más que probable carga vírica de personas fumadoras portadoras del virus. Manipular y limpiar los ceniceros entraña por tanto, riesgo laboral para el personal del sector hostelero. Y también es un riesgo el tirar colillas al suelo en espacios públicos, incivismo absoluto y fuente posible contagio de Covid-19».
¿Tan fuertes siguen siendo las compañías tabaqueras?
“Mucho. Las tabaqueras están perfectamente cómodas con el actual marco jurídico,ya que les garantiza la legitimación social del tabaco y una cantera inagotable de fumadores porque es fácil acceder al tabaco».
Alguno pensará que también crea mucho empleo la industria del tabaco… Incluso Canarias, con su régimen fiscal, atrajo a multinacionales.
«Ese argumento es perverso e inmoral, que es como decir que también es bueno para emplear a enfermeros y médicos que atienden a los que enferman de cáncer de pulmón por fumar. Y algo inmoral no puede ser legitimado. Ese empleo habría que derivarlo a otras actividades que no maten».
Ustedes no se contentan solo con que no se pueda fumar ya en zonas habilitadas para ello en bares y restaurantes. También reclaman que se prohíba en la playa…
«En efecto, Nofumadores.org reclama la modificación de la Ley del Tabaco para incluir todas las playas como espacios libres de humo. La factura medioambiental de las colillas es insostenible. Hemos recogido, y ya están entregadas al Gobierno estatal, 230.000 firmas en la plataforma Change.org que nos apoyan en que todas las playas españolas se declaren libres de humo. Piense usted que cada colilla puede contaminar hasta 50 litros de agua y los contaminantes del tabaco, plásticos y metales pesados pasan a la fauna marina. Y las colillas transmiten el Covid-19, porque están impregnada de saliva y dejan tiradas en el suelo, en las playas, en todos sitios. Así que nos preguntamos si no se pudiera catalogar de negligencia de las autoridades que se pueda fumar en playas sabiendo que las colillas que dejan los fumadores en la arena pueden causar contagios de coronavirus».
¿Los niños siguen siendo presa fácil para el tabaquismo?
«Hay que hacer ver a los niños y a los jóvenes que el tabaco les pueda matar, que será una esclavitud y no una liberación ni un síntoma de emancipación como adultos, y que se den cuenta de que la industria los manipula para que caigan en la trampa.»
Sorprende ver que se venda un producto que pone en la cajetilla explícitamente que mata, que también daña a los que te rodean…
«Así es. Es un veneno legitimado, y aunque esta pacífica batalla moral la vamos ganando, necesitamos leyes y mucha concienciación. La vida es lo más preciado que puede haber, no podemos seguir con medias tintas con algo que provoca la muerte».