VICENTE PÉREZ
De fantasmas, agujeros negros y núcleos de disturbio. La trayectoria de la literatura fantástica a partir del siglo XIX. Este es el sugerente tema que Claudia Gatzemeier, profesora del Instituto de Romanística de la Universidad de Leipzig (Alemania), abordará en una conferencia que impartirá este martes 12 de marzo en el Ateneo de La Laguna a partir de las 19:00 horas.
Gatzemeier, autora del libro La literatura fantástica española e hispanoamericana, se doctoró con una tesis sobre el escritor Ramón J. Sender. Ha impartido cursos en numerosas universidades extranjeras (españolas y chilenas). Ha a coeditado volúmenes como Archivo y Memoria. Culturas subversivas de la memoria en arte, medios, literatura, ensayo y en la experiencia cotidiana. Latinoamérica 1970 – 2010 y Passagen: Hybridity, Transmedialité, Transculturalidad. Y ha publicado un buen número de artículos en diferentes revistas alemanas, españolas e hispanoamericanas.
En esta entrevista con PLANETA CANARIO, esta historiadora y crítica de la literatura desgrana muchos de los títulos y autores imprescindibles para quien desea adentrarse en el género fantástico. Y además habla del proyecto común de la Unión Europea, resentido por el Brexit y el euroescepticismo, asunto que no deja de tener incidencia en el mundo de la cultura del Viejo Continente. «Creo que hay que fortalecer y desarrollar la unidad europea, y, por muy difícil que sea, desarrollar una política de migración conjunta», afirma.
¿Por qué el límite en el siglo XIX en la literatura fantástica, en el marco temporal que usted va a abordar?
«Esta decisión se debe al hecho de que la literatura fantástica se ha desarrollado con fuerza desde hace un poco más de dos siglos. Naturalmente lo fantástico y sus protagonistas más conocidos no aparecen entonces por primera vez en la historia de la literatura (y los antecedentes más remotos le habían prestado al relato fantástico algunos elementos importantes). Ya en la antigüedad clásica había textos que se nutrían de efectos de distanciación fantástica, como Las aves de Aristófanes (414 antes de Cristo).
Pero es en y con el romanticismo cuando se constituye como género. Es el siglo XIX, cuando se definen y se forman las ciencias modernas que empiezan a dar explicaciones científicas a algunos de los grandes misterios de la humanidad y, por lo tanto, el hombre deja de creer en mitos y supersticiones que le habían ayudado a comprender (o, por lo menos, categorizar) lo incomprensible. Justamente en este siglo fantasmas y vampiros comienzan a poblar las topografías literarias llenas de castillos misteriosos y otros lugares siniestros. Tematizando hechos inexplicables para la lógica cartesiana, la literatura fantástica sirve de contrapunto al paradigma racional instaurado por la Ilustración. Por otra parte, la literatura fantástica parece ser el medio ideal para dedicarse a temas tabuizados».
¿Cuáles son para usted los grandes hitos -libros, escritores- de la literatura fantástica desde entonces a la actualidad?
«El relato fantástico evoluciona en estrecha relación con el cuento de miedo (denominado también cuento de terror o cuento de horror). Aquí hay que diferenciar entre una tradición que tiende hacia lo macabro y lo truculento y otra que prefiere las tendencias de lo maravilloso y lo poético.
En la primera tendencia se desarrolla la novela gótica como primer paso en el camino hacia la novela negra de terror, mientras en la segunda se sigue la tradición de los cuentos legendarios de ambiente melancólico.
La novela gótica, una de las tendencias más destacadas del relato fantástico, surge en Gran Bretaña. Ejemplos de autores y textos: con: El castillo de Otranto (The Castle of Otranto, 1765) de Horace Walpole; El monje (Monk, 1796) de Matthew Gregory Lewis; o Los misterios de Udolfo (The Mysteries of Udolpho, 1794) de Ann Radcliffe. Entre las obras posteriores: Frankenstein o el Prometeo moderno (Frankenstein, or The Modern Prometheus, 1818) de Mary W. Shelley o Melmoth el errabundo (Melmoth the Wanderer, 1820) de Charles Robert Maturín. Ejemplos para la segunda tendencia mencionada son La maravillosa historia de Peter Schlemihl (Peter Schlemihl’s wundersame Geschichte, 1814) de Adelbert von Chamisso y El hombre de arena (Der Sandmann, 1817) de E.T.A. Hoffmann.
En el transcurso del siglo XIX, lo fantástico vino interiorizándose. Ejemplos son las obras de Edgar Allan Poe (publicados a partir del tercer decenio del siglo XIX), muchas de las narraciones fantásticas francesas (otra de las líneas importantes del género), como es el caso de El Horla (L’Horla, 1887) de Guy de Maupassant. El término Horla esta formado por las palabras francesas hors y là, lo que significa ‘allí’ y ‘aquí’.
Un caso especial lo constituye El manuscrito encontrado en Zaragoza (Le manuscrit trouvé à Saragosse, publicado a partir de 1804/05) del autor polaco Jan Potocki (conocido también por la embrollada historia de su edición)».
¿Y de literatura hispanoamericana?
«Del siglo XIX tenemos a Gaspar Blondín (1858), del ecuatoriano Juan Montalvo como uno de los primeros textos, algunos relatos de Rubén Darío, por ejemplo, El caso de la señorita Amelia (1894) y Verónica (1896) de Darío -ambos textos se publicaron primero en el diario La Nación; y más tarde, Darío reelaboró el relato Verónica y lo publicó en una versión ampliada bajo el título La extraña muerte de Fray Pedro (1913) – y Cuentos de Lugones publicados entre 1897 y 1899 en los diarios El Tiempo y La Tribuna (en 1906 Lugones los publicó, en versiones reelaboradas, como libro, titulándolo Las fuerzas extrañas).
«En España la tradición que ha tenido la narrativa fantástica ha sido mucho menos fuerte que en Latinoamérica»
En el transcurso del siglo XX se desarrollaron nuevas y muy diversas formas de la literatura fantástica que –en la mayoría de los casos– sobrepasaron los límites de los textos tradicionales respecto al contenido, a las funciones de lo fantástico y a las estructuras textuales. Es el caso de La metamorfosis de Franz Kafka (Die Verwandlung, 1915) o Los relatos neofantásticos de Julio Cortázar como, Casa tomada o Carta a una señorita en París, ambos del volumen Bestiario (1951).
Con las obras del argentino Jorge Luis Borges se inauguró un paradigma completamente nuevo de la narrativa fantástica. Borges hace hincapié en que lo fantástico en la literatura para él es, en primer lugar, cuestión de procedimientos literarios y en que lo más importante es que el lector esté consciente de encontrarse ante una obra de ficción pura y de tomarla como tal. Así que, según él, los acontecimientos fantásticos no necesitan ninguna explicación. En este punto menciono Textos de Borges de los volúmenes Ficciones y El Aleph, y textos de Adolfo Bioy Casares y de Silvina Ocampo. Ante la diversidad de textos más recientes parece ser muy difícil categorizarlos…»
¿Podría ponernos ejemplos de la literatura española del siglo XIX?
«En España la tradición de la narrativa fantástica fue mucho menos fuerte que en Latinoamérica. Como ejemplos, Agustín Pérez Zaragoza Godínez que en 1831 publica su Galería fúnebre de espectros y sombras ensangrentadas, o sea, el historiador trágico de las catástrofes del linaje humano, una colección de novelas góticas o algunos textos de los autores consagrados de la segunda mitad del siglo XIX, como Pedro Antonio de Alarcón, Emilia Pardo Bazán…»
¿Cómo ha influido en la literatura fantástica el contexto histórico en que se va insertando? Por ejemplo, ante las grandes guerras, las grandes crisis económicas… ¿Hay una tendencia al realismo o también se huye con la imaginación hacia mundo soñados?
«Naturalmente el contexto histórico-cultural influye en el desarrollo de la literatura, pero esto no suele ser por vía tan directa e inmediata. En general se puede hacer resaltar que la literatura fantástica ofrece un panorama amplio de posibilidades para indagar lo más esencial de la vida humana puesto en cuestión en situaciones extremas».
«De los autores canarios de nuestra época me gusta la poesía de Sánchez Robayna y la de Rafael Díaz»
¿Qué le parece la literatura fantástica hispanoamericana que se escribe en nuestros días?
«Hay autores y textos interesantes. Quisiera mencionar a Samanta Schweblin. Se acaba de publicar una antología de textos menos conocidos de autoras españolas e hispanoamericanas: Insólitas. Narradoras de lo fantástico en Latinoamérica y España (Páginas de Espuma, 2019). A ver qué sorpresas encontraré…»
¿Y algún autor o autores canarios de todos los tiempos que a usted le hayan gustado?
«De épocas anteriores, por supuesto, Tomás de Iriarte y Galdós. Entre los autores de nuestra época, la poesía de Sánchez Robayna y, por supuesto, la poesía de Rafael José Díaz».
En Don Quijote, la realidad y fantasía se confunden, pues Alonso Quijano vivía a caballo entre ambas. ¿Qué lugar tiene la literatura fantástica en el mundo actual?
«Creo que no debemos sobrevalorar la capacidad de la literatura de cambiar el mundo… Sin embargo, la literatura puede ser un sismógrafo que hace resaltar con bastante antelación aspectos del desarrollo de nuestra sociedad. Como ya lo he indicado más arriba, la literatura fantástica ofrece muchas posibilidades para indagar lo más esencial de la vida humana».
¿Qué proyectos de investigación desarrolla en la actualidad?
«Mis campos de trabajo son, sobre todo, la literatura fantástica y la cultura de la memoria».
Alemania tiene muchas relaciones con Canarias, en el turismo, en la cultural y, al fin y al cabo, en las relaciones humanas. ¿Cómo ve usted Canarias desde Alemania?
«Por supuesto, veo Canarias desde la perspectiva de una hispanista que trabaja en una universidad alemana y que da clases de literatura y cultura española e hispanoamericana. Tenemos muy buenos contactos con los colegas y las colegas de la Universidad de La Laguna, hay muchos campos de colaboración con ellos y ellas. Además, soy coordinadora departamental Erasmus, responsable del intercambio Erasmus de estudiantes de filología entre la Universidad de La Laguna y la Universidad de Leipzig. Este intercambio ya existe desde hace muchos años y funciona muy bien… Cuando estoy aquí, naturalmente también disfruto de la belleza de la isla, y también voy a los museos, al teatro etcétera».
En un mundo de redes sociales, de blogs, webs… donde el papel ya no es necesario para dar a conocer las obras literarias y cada persona es un medio de comunicación, donde las copias de libros circulan sin control y los derechos de autor no son fáciles de proteger, ¿cómo se podrá mover la labor literaria y la edición de libros?
«Claro que es todo un campo temático muy complejo. Creo que como profesores tenemos que sensibilizar a nuestros alumnos a que reconozcan el trabajo creativo y la necesidad de asegurarles a los autores y las autoras la base financiera… Se van diversificando los soportes, los tipos de textos y las formas mediáticas, pero creo que la literatura tendrá su lugar también en el futuro..».
«Ante los nacionalismos que vuelven, hay que fortalecer y desarrollar la unidad europea, y con una política de migración común»
¿Internet, lo digital, y las redes sociales son el soporte y el medio de difusión solo, o influye también en el contenido del arte literario?
«Influye también al contenido. Algo que ha cambiado y sigue cambiando nuestra vida de manera tan profunda, deja sus huellas también en la literatura (y no sólo a nivel superficial)».
En Canarias preocupa mucho la evolución del proyecto común europeo. ¿Cómo ve el futuro de la Unión Europea?¿Qué aciertos y errores observa usted al respecto?
«Creo que la evolución del proyecto común europeo nos preocupa a todas y a todos los que no nos olvidamos de lo que hemos logrado. Es importantísimo proteger lo logrado, sobre todo ante los nacionalismos que vuelven a fortalecerse. Aunque muchas veces es complicado llegar a acuerdos igualmente buenos para todas las partes, creo que hay que fortalecer y desarrollar la unidad europea. Por ejemplo, por difícil que sea, considero como algo muy importante el desarrollo de una política de migración europea».
¿Y Alemania? ¿Cómo juzga la situación sociopolítica de su país?
«Tampoco lo puedo comentar en pocas frases. Lo que se nota es que los partidos políticos tradicionales ya no pueden contar con un (su) electorado estable. Así (y con los resultados de las elecciones futuras) hay y habrá que pensar en coaliciones fuera de lo común«, por ejemplo en coaliciones entre el CDU y los Verdes… Lo que es un deber para todas las fuerzas democráticas es frenar el fortalecimiento de la derecha. Cada una y cada uno puede aportar lo suyo posicionándose en las discusiones en los contextos más variados».