VICENTE PÉRÉZ
El jefe de Psiquiatría del Hospital de La Palma, Félix González, ha advertido en el foro de opinión La Palma Opina de que «prolongar mucho tiempo la incertidumbre» de la población damnificada por la erupción volcánica sobre cómo podrá rehacer su vida en cuanto a vivienda definitiva o su economía familiar «provoca un problema de salud mental, de pérdida de felicidad».
«Cuanto antes se resuelva la incertidumbre sobre adónde van a vivir, cómo van a ser reparadas económicamente las familias afectadas por sus pérdidas por el volcán, antes se recuperarán», insistió el especialista del Servicio Canario de Salud (SCS), quien vino a querer decir que ese malestar que puede generar la demora de determinadas soluciones en el ámbito político administrativo no se debe calmar con medicamentos, sino con una gestión más ágil de las soluciones. «Ningún estudio recomienda medicalizar más allá de lo necesario el sufrimiento de la gente, que se recuperará antes cuando sepan qué van a hacer de su vida», apostilla.
En esta idea coincidió también Mary Paz Magdalena, portavoz de la asociación Salud Mental La Palma, quien fue entrevistada en el mismo programa de La Palma Opina.
Abundando en esta cuestión, el psiquiatra expuso que «cualquier proceso de estrés que pase de tres meses, en Psiquiatría se considera crónico y más allá de lo aconsejable».
Llamó por ello a una reflexión sobre que una parte del sufrimiento que está pasando la población no lo resuelve un psicólogo ni un psiquiatra, sino la Administración pública aplicando soluciones para que puedan rehacer sus vidas, lo que lleva a plantearse hasta qué punto «se trata de un conflicto [interno] de una persona o es un conflicto social» .

Desde un punto de vista psiquiátrico, se ha llevado a estudio elaborado por la Universidad de Oviedo, denominado IPSI VOLCanarias, que cuenta con la colaboración del Hospital Universitario de La Palma y las dos universidades canarias, según refiere La Palma Opina en una nota. Como explica González, “las dos fases del estudio se hicieron en plena erupción, y lo que evidenció, desde el primer momento, fue la aparición de más reacciones de ansiedad, sin llegar a ser las temidas crisis de pánico que tanto se comentaron”.
Y aclara que, pese a las dimensiones de esta catástrofe, «no aumentaron los problemas de tipo psicótico, no hubo más ingresos en Psiquiatría en la época del volcán, aunque sí reacciones de ansiedad, reacciones depresivas, lo cual no quiere decir trastornos depresivos”.

El psiquiatra de la Sanidad pública lanzó en este sentido un mensaje tranquilizador desde la perspectiva médica, pues puntualiza que “una minoría de personas va a presentar problemas y va a necesitar ayuda; un porcentaje no muy alto van a necesitar ayuda a largo plazo”, pero se muestra optimista ante el futuro del estado mental de la población afectada, pues “la mayoría se van a recuperar. «Pero claro, se recuperarán antes si saben qué van a hacer con sus vidas”, reiteró.
Sin medios suficientes en Salud Mental, ni antes ni ahora
Dicho esto, el psiquiatra de la Sanidad Pública reconoce que no hay medios suficientes para la atención a la salud mental, pero no solo para la demanda asistencial generada por esta catástrofe natural, «sino que nunca ha habido medios suficientes en España, que está a la cola en personal de salud mental».

Con todas estas reflexiones, el responsable de la Psiquiatría hospitalaria en La Palma planteó que sobre el sufrimiento de los afectados debe tenerse en cuenta un aspecto «moral» y que «no se trata de criticar o no criticar a las Administraciones publicas, sino de criticarnos como sociedad, si lo estamos haciendo bien o no» para que las personas damnificadas por esta erupción puedan rehacer sus vidas y recuperar su estado de ánimo. Abordar con espíritu crítico estas situaciones es a su juicio necesario, «porque parece que está prohibido opinar de forma distinta a la que sale en los medios de comunicación».
AUMENTO NO SIGNIFICATIVO DE IDEAS PASIVAS DE SUCIDIO
Sobre el delicado asunto del suicidio y su posible incidencia a raíz de esta catástrofe, aclaró: “Si nos remitimos a los datos, las grandes catástrofes no han significado grandes incrementos de suicidios, por lo que esta tampoco; y si nos remitimos a los datos del estudio IPSI-Volcán, se incrementaron, no de forma significativa, las ideas pasivas de suicidio”.
Al respecto, Mari Paz Magdalena aporta un dato escalofriante de carácter general y no referido solo a La Palma: “El suicidio es una de las primeras causas de defunción en los jóvenes, a partir de los 17 y hasta los 25 años, pues mueren 11 personas diarias en España”, lo cual indica que un número tan elevado de los decesos por suicidio oculta detrás una falta de prevención sanitaria.

Subraya la portavoz de Salud Mental La Palma que “no existen campañas de prevención del suicidio, y que hace relativamente poco se ha puesto en marcha el teléfono 024 de ayuda a personas que tengan ideas suicidas».
Paz Magdalena hace hincapié en que el mal estado emocional de la población comienza en 2020, con la pandemia, y “tendríamos que hacer un balance no de estos últimos siete meses sino de los dos últimos años, pues ya arrastrábamos una precariedad en salud mental” antes de este fenómeno geológico.
La portavoz de la asociación señala que, en un primer momento, la demanda de atención psicológica fue cubierta por el centro de atención y especialidades (CAE) y eran casos de ansiedad, insomnio e incertidumbre, una sensación de incertidumbre que, según subraya, “ya se había introducido en la población debido a la grave crisis económica y sanitaria, “incrementándose exponencialmente el número de atenciones”. Destaca que el SCS y el Hospital de La Palma “han puesto en marcha proyectos e iniciativas para atender a un gran volumen de personas afectadas”.