VICENTE PÉREZ
La concejala de Turismo y Patrimonio Histórico del PSOE en funciones en el Ayuntamiento de El Pinar, Magaly González, ha lanzado una propuesta con la que quiere contribuir a solucionar el problema de las casas históricas abandonadas, más de un centenar en este joven municipio de El Hierro, que son un patrimionio histórico de su pueblo pero que el olvido y la falta de cuidados están haciendo desaparecer poco a poco.
Su idea, que expuso días pasados en un mitin, ya que es candidata número tres a las elecciones de este domingo, es la de que el Ayuntamiento prepare unas bases para comprar parcelas que contengan estos antiguos pajeros, algunos con siglos de antigüedad. El precio de la parcela oscilaría entre los 40.000 y 60.000 euros.
Después el Ayuntamiento adjudicaría su rehabilitación y la entregaría a una persona o familia que previamente estuviese apuntada en la bolsa de vivienda del municipio o en la del Gobierno de Canarias. La casa sería vendida pero a un precio asequible, 80.000-100.000 euros, de forma que la cuota hipotecaria que tengan que pagar los compradores se asemeje a un alquiler, según explica la candidata socialista.
Con esta propuesta, según Magaly González, los jóvenes que estudian fuera de la isla podrían regresar y tener su primera vivienda, y además daría trabajo a los contratistas de forma continuada, en un sector muy necesitado de obras para mantener y crear empleo. Y de paso, pues se mejoraría el paisaje arquitectónico, lo que atraería a turistas «que van buscando la autenticidad y el contacto con la naturaleza y con entornos urbanos» típicos.
Y expone también como ventaja que la restauración de viviendas antiguas da la posibilidad de crear nuevas viviendas sin ocupar nuevo suelo, en un municipio que, por otra parte, no tiene viviendas de promoción pública, ni suelo habilitado para construirlas.
«Estamos hablando de casitas muy pequeñas, pues así eran antiguamente casi todas las casas de la época, en la que además vivían una media de unas 5 personas», subraya la candidata, quien cree que su idea puede extrapolarse a otros municipios e islas pues considera que hay que intentar resolver de algún modo el problema del riesgo de pérdida de tan valioso patrimonio cultural.
Estas casas están abandonadas por diferentes motivos: las propias limitaciones al ser inventariadas por el Cabildo; por lo que solo se pueden ampliar un poco y por razones de habitabilidad; requieren de materiales determinados; su restauración es más costosa que hacer un obra nueva, por lo que, junto con la compra del terreno, se hace poco atractiva su rehabilitación, aunque tenga mucho valor arquitectónico por su importancia histórica y etnográfica. También hay que tener en cuenta que a muchas de ellas es preciso hacerles un acceso y de la dificultadad de dotarlas de plaza de garaje.
«Por todas estas razones y seguramente muchas más estas casas no se están rehabilitando y por lo tanto perdiendo, sin embargo son uno de los grandes tesoros que tenemos en nuestro municipio», comenta la edil y candidata. Y pone de relieve que «vivimos en una época donde se busca lo auténtico, lo diferente, las cosas que cuentan una historia, lejos de cadenas de producción y en este caso adosados idénticos que podrían estar tanto en El Pinar, como en La Cuesta o en cualquier otra parte del mundo».

Echando la vista atrás, a la pequeña gran historia de su pueblo, Magaly González señala que «los pajeros guardan entre sus paredes historias de sacrificio y de superación; pues muchas de estas pequeñas casas e incluso sus aljibes de realizaron con el dinero que el patriarca enviaba desde Venezuela».
La mayoría de las casas tienen aljibe, lo que permite que puedan autoabastecerse de agua, al menos parcialmente, pues, como observa la candidata,»cada gota que se obtenga de la lluvia ya es una gota menos que se tiene que desalar, elevar, clorar o gastar en mantenimientos de estructuras».
La idea que propone esta política herreña nace de su preocupación por el deterioro de la arquitectura popular histórica: «Las pajeros son casa de enorme belleza arquitectónica, además están hechos de materiales que ahora mismo ya no se pueden conseguir o replicar como son las esquinas de piedra, talladas y ya no hay canteras en El Hierro de extracción de esquinas». Cree que vale la pena intentarlo, resolver los problemas que pueda plantear su propuesta para llevarse a cabo, ya que considera que las Administraciones no pueden permanecer impasibles ante la tragedia de la arquitectura popular canaria abandonada.