VICENTE PÉREZ
La crisis sismo-volcánica de 2004 y 2005 en Tenerife que obligó a activar el semáforo amarillo (nivel de alerta por riesgo volcánico) se debió a una intrusión de magma en profundidad, a lo largo de la dorsal noroeste de Tenerife, lo que liberó fluidos hidrotermales que viajaron hasta el Teide, y que a su vez provocaron un incremento de presión causante de la débil deformación del terreno observada.
Así lo concluye un trabajo, junto a otros anteriores, realizado por científicos del Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN), el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) y el Istituto per il Rilevamento Elettromagnetico dell’Ambiente (IREA-CNR) de Italia, y que ha sido publicado por Frontiers in Earth Science.
De la publicación de este estudio ha informado INVOLCAN en un comunicado, en el que explica que este tipo de investigaciones «ayudan en comprender mejor la dinámica volcánica de la isla de Tenerife y, por lo tanto, en descifrar las señales de futuras crisis del mismo tipo».
CRISIS SÍSMICO-VOLCÁNICA EN 2004-2005
Hay que recordar que Tenerife fue escenario de una crisis sismo-volcánica en aquellos dos años que se caracterizó por el registro de una mayor actividad sísmica en la isla, cambios en la composición química de las fumarolas del Teide, un aumento de emisiones difusas de dióxido de carbono (CO2) a lo largo de la dorsal noroeste de Tenerife y cambios significativos en el campo gravitatorio.
En esta nueva publicación científica se analiza también un patrón de deformación del terreno, que se observó durante esa crisis de 2004-05.
El objetivo de este trabajo es el estudio de este patrón de deformación del terreno para establecer la naturaleza de su fuente.
DATOS DE SATÉLITE
Para ello, se han utilizado los datos recogidos por el satélite Envisat-ASAR durante el periodo 2003 – 2010, que han sido procesados por el algoritmo DInSAR-SBAS, que permite sacar una serie temporal de deformación del terreno por cada punto del área de estudio.
Posteriormente, los autores de este trabajo aplicaron una técnica de minería de datos conocida como análisis de componentes independientes (ICA) para separar distintas componentes dentro de las series temporales de deformación del terreno.
En concreto, seleccionaron cuatro componentes: la primera afecta principalmente a la región de Las Cañadas, que muestra una simetría aproximadamente circular; la segunda y la tercera componentes posiblemente están relacionadas con la topografía y con efectos atmosféricos, mientras que la cuarta contiene solo una señal ruidosa.
Finalmente, utilizaron un enfoque de optimización no lineal dentro de un entorno de modelado de elementos finitos para determinar la geometría de la fuente responsable del primer patrón de deformación del terreno identificado dentro de Las Cañadas.
CAUSAS DE LA DEFORMACIÓN EN EL TEIDE
Los resultados revelan que la reactivación de un cuerpo hidrotermal sub-horizontal debajo del volcán Teide es la fuente más probable para explicar la deformación observada entre 2004 y 2005.
Este trabajo científico ha sido posible gracias al proyecto VOLRISKMAC II (MAC2/3.5b/328), cofinanciado por el programa Interreg MAC EU y el proyecto TFvolcano, financiado por el Cabildo Insular de Tenerife / Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER).
SEMÁFORO VOLCÁNICO
El Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (PEVOLCA) establece un sistema de alerta basado en cuatro colores: verde, amarillo, naranja y rojo. Es el conocido como semáforo volcánico, concebido para la protección de la población.
En la actualidad el semáforo está en verde en Tenerife y las demás islas (excepto La Palma), lo que significa que el riesgo es tan bajo que no requiere tomar medidas de protección civil.
INVOLCAN ha constatado que desde junio 2017 Tenerife ha experimentado un incremento de la microsismicidad en el interior de la isla.
Un aumento caracterizado también por la ocurrencia de 113 enjambres sísmicos de baja magnitud, de los cuales tres de ellos han sido de eventos sísmicos híbridos
El amarillo supone la declaración de alerta y la activación del PEVOLCA porque se aprecian incrementos en las anomalías indicativas de un período pre-eruptivo a medio plazo, como son las emisiones de gases, los sismos o la deformación del terreno. Es el nivel en que se encuentra aún una zona de La Palma, debido a la persistencia de los efectos de la erupción de 2021, como el calor del subsuelo y las emisiones de CO2.
El semáforo naranja es la alerta máxima, y se activa cuando los registros que se tienen del comportamiento de la actividad volcánica muestran fenómenos pre-eruptivos y se evacua a la población si la erupción es inminente.
En el caso de La Palma este nivel de alerta no se activó, sino que la erupción comenzó en semáforo amarillo, sin que, por tanto, se desalojara a la población en riesgo.
Y el semáforo rojo se activa cuando se confirma la erupción volcánica, con riesgo para la población o infraestructuras fundamentales, momento en que, como es obvio, la evacuación es obligatoria por la propia fuerza de los hechos.