VICENTE PÉREZ
Con menos éxito de convocatoria que el pasado 15 de marzo, cientos de estudiantes de Secundaria y Universidad, acompañados de miembros de grupos ecologistas y, en general, personas de todas las edades, se manifestaron de nuevo en las calles de Santa Cruz de Tenerife este viernes, con la segunda Huelga Climática, convocados por Juventud por el Clima de Tenerife, en el marco del movimiento internacional Viernes por el futuro, contra el cambio climático.
Una cadena de protestas que ya recorre medio mundo y que nació a raíz de la iniciativa tomada por una adolescente sueca, Greta Thunberg, de faltar a clase este día de la semana para protestar, pancarta en mano, ante el Parlamento de su país a favor de la lucha contra el calentamiento global.
En esta ocasión, la manifestación de Tenerife estuvo convocada tanto por Juventud por el Clima como por la recién creada Coordinadora Medioambiental Canaria, que aglutina a diversos grupos ecologistas, la intención era dar una nueva llamada de atención a la sociedad y a los políticos para que se tomen medidas más contundentes contra el cambio climático. Que esta acción coincidiera con el último día de la campaña electoral de este domingo fue algo deliberado: poner en la agenda política y en la reflexión de los ciudadanos el clima.

En la cabecera de la marcha, que partió de la plaza de Weyler, un lema: «Canarias exige acción climática», de los convocantes, a la que siguieron otras como «Actúa hoy, o no habrá un mañana», del colectivo ecologista Tabona.
Y se enarbolaron carteles con frases que llamaban a la reflexión: «La Tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a ella», «Juegan con la muerta y la llaman progreso» o «No hay planeta B», entre otras muchas.
También se celebró una marcha con igual fin en Las Palmas de Gran Canaria, y en otros puntos del Archipiélago tuvieron lugar concentraciones, como la protagonizada por estudiantes del Instituto de Enseñanza Secundaria Viera y Clavijo, de La Laguna.

Los estudiantes de la Universidad de La Laguna (ULL) que han auspiciado esta convocatoria explican que «debe verse ya como una crisis o emergencia climática, que no deja de agravarse, pues se ha batido el récord de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, 415 partes por millón y un millón de especies corren el peligro de extinguirse en la próxima década».
Juventud por el Clima advierte de que «en todo el mundo seguirán insistiendo hasta que las palabras de los gobiernos se transformen en medias que se ajusten a la gravedad de esta situación», que, según la comunidad científica mundial, va a provocar un aumento de fenómenos extremos, incluyendo sequías, pero también inundaciones, así como la subida del nivel del mar. Problemas que afectarán también a las regiones del mundo que menos han contribuido a las emisiones de gases de efecto invernadero.

Por todo ello, Juventud por el Clima pide que se declara «la emergencia climática y ambiental», vinculada a un «plan de transición ecológica» hacia un modelo de economía que deje de quemar combustibles fósiles». Pero subrayan estos jóvenes que también es necesario un cambio de conducta individual, de modo que cada persona puede cambiar sus hábitos de consumo para favorecer esa evolución hacia un mundo más sostenible.

