VICENTE PÉREZ
Será difícil acostumbrarse a no verla nunca más en las manifestaciones que se celebren en Tenerife. Era una asidua activista contra casi todo lo que sonara a injusticia con los más débiles de la sociedad y a corrupción político empresarial. La muerte se ha llevado con Rosy Cubas a una luchadora social que, a fuerza de buena persona en favor de los más desfavorecidos y de no tragar a los ladrones de la cosa pública, se convirtió en un personaje omnipresente. Dio la lata cuanto pudo, convencida de que el mundo podía ser mejor y quedarse con los brazos cruzados era irresponsable.
Vivía en Santa Cruz de Tenerife y trabajó en el Hospital de la Candelaria como técnica de laboratorio, aunque nació en el municipio grancanario de Gáldar, concretamente en el barrio de Fagasesto, en 1948.

Durante décadas su activismo le llevó a hacer huelgas de hambre, la primera para que se dotara de un respiradero a la UVI del hospital donde trabajaba.
En 2003 volvió a hacer varias protestas de este tipo en su barrio, el de Cepsa, para que las autoridades tomaran medidas de ayuda a las personas adictas a las drogas.
También hizo otra huelga de hambre en 2013, que le llevó a estar delicada de salud, en protesta por la situación de la sanidad, la falta de medios y los continuos recortes, a raíz de una experiencia que tuvo en Urgencias, adonde acudió después de haber sufrido una caída.
Se prodigaba en manifestaciones de todo tipo, como las que tuvieron lugar contra los turbios negocios y manejos con el Plan General de Ordenación de Santa Cruz de Tenerife, ciudad donde vivía, en la época de Miguel Zerolo (CC) de alcalde, que luego acabaría encarcelado por el caso Las Teresitas.

También estuvo siempre en los actos de protesta convocadas por los grupos ecologistas por proyectos públicos y privados impactantes en el medio ambiente, así como en las movilizaciones a favor de servicios públicos.
Igualmente defendió de manera insistente la mejora de la barriada donde vivía Cepsa, tanto desde el punto de vista social, como arquitectónico, para que se rehabilitara y se conservaran sus valores históricos.

Cerca de su casa estaba el albergue municipal, por lo que fue una gran activista contra el sinhogarismo y por el derecho a una vivienda digna.
Su fallecimiento ha llenado de tristeza a muchos colectivos sociales, desde organizaciones no gubernamentales, a asociaciones de vecinos, partidos políticos y, en general, activistas de las numerosas causas en las que ella fue una baluarte.
Era muy vehemente en su forma de expresarse, pero su rabia le brotaba de lo más profundo de su corazón, rebelde con causa, una persona sensible, con arraigados valores éticos y una gratitud muy grande con quienes ayudaban a que el mundo tuviera menos sufrimiento.
Por eso, cuando ya estaba en la fase final de su vida, en la cama de un hospital, no es de extrañar que su mensaje, divulgado en un vídeo en redes sociales fuera: «Ni un paso atrás hasta la victoria final, porque otro mundo mejor es posible».
DEP Rosy Cubas
Ni un paso atrás, hasta la victoria final.
Canarias Libre pic.twitter.com/1oOwdIbrj8— LA PUERTA DE OVERTON 🇮🇨 (@PuertadeOVERTON) December 18, 2022
Sufría una enfermedad degenerativa muscular en una pierna, e incluso cuando ya estaba ingresada seguía con su activismo, como lo demuestra una foto que se hizo en el hospital con activistas de Salvar Canarias, rechazando la urbanización de Cuna del Alma, en el Puertito de Adeje.

Muy recordado es su apoyo a los vecinos del barrio costero de Cho Vito (Candelaria, Tenerife) en su resistencia contra el desalojo ordenado por la Dirección General de Costas, que desplazó a fuerzas y cuerpos de seguridad por tierra, mar y aire. Tal es así que fue portada en la prensa, mientras se la llevaban a la fuerza guardias civiles, cogida por brazos y piernas.

En el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife le han recordado gobierno y oposición. El alcalde, José Manuel Bermúdez (CC), expresó sus condolencias a la familia: «Discrepamos muchas veces en el fondo y casi siempre en las formas. Y todo ello no impidió que en muchas ocasiones charláramos personalmente, o por teléfono, sobre cuestiones para mejorar la ciudad». El portavoz de Unidas Podemos, Ramón Trujillo, lamenta la pérdida de «una activista tan incansable, comprometida y entrañable». Y la concejala de Ciudadanos, Matilde Zambudio, muestra «todo» su «respeto y admiración» por la fallecida, «que luchó por los más desfavorecidos y por un municipio mejor».
Salvia Barrera, amiga suya y presidenta de la Asociación de Vecinos El Perenquén, del centro histórico de Santa Cruz, divulgó una entrañable imagen en las que se veía a Rosy Cubas sosteniendo un pliego de firmas con su espalda, porque les había retirado la mesa en una concentración frente al Ayuntamiento chicharrero.


Tuvo una vida de compromiso y de compasión por los más desfavorecidos. Vivió haciendo lo que le dictaba su conciencia y habrá fallecido en paz consigo misma. Ella no pasó de largo. Pasó mejorando el mundo. La recordarán con cariño quienes quieren una sociedad más justa, honesta y ética. Y por eso se ha puesto en marcha una recogida de firmas para que la ciudad donde residía la homenajee.
