PLANETA CANARIO / FOTOS: PROGRAMA ENSEÑAS PATRIMONIO
El territorio de Buenavista del Norte estuvo habitado por los guanches desde los siglos II-III dC, hasta la conquista castellana de Tenerife, y aún a mediados del siglo XVI algunos aborígenes mantenían su estilo de vida en barrancos de las medianías.
Es lo que han constatado las excavaciones desde los años 70, iniciadas por Luis Diego Cuscoy y retomadas por la profesora de la Universidad de La Laguna Bertila Galván Santos. Unas investigaciones que otros equipos de especialistas han continuado hasta nuestros días, según informa el programa Enseñas Patrimonio, promovido por la Dirección General de Cultura y Patrimonio Cultural del Gobierno canario.
En este municipio del noroeste tinerfeño se han datado los restos más antiguos del poblamiento prehispánico de la isla, en la cueva de Las Estacas, y no hay otro lugar en Tenerife que presente esta amplitud temporal de pervivencia de la sociedad guanche.

La serie documental Ciencia y Patrimonio, presentada por Eduardo Mesa y editada por el Programa Enseñas Patrimonio, ha dedicado uno de sus episodios a recordar estas prospecciones pioneras en Buenavista y abordar las que se están desarrollando en los últimos años.
El documental puede verse en Youtube:
y en Facebook:
El profesor de Prehistoria de la ULL Cristo M. Hernández destaca en este documental que, bajo el impulso de Galván, se prospectaron la Cueva de la Fuente, el conjunto de Las Arenas -cuevas de habitación y funerarias-, las cuevas sepulcrales de montaña Talavera, el conjunto de Las Estacas… y así “se ha podido ir construyendo de una forma muy precisa el modo de vida de las poblaciones guanches» en esta comarca.
“UN SITIO IDEAL DONDE VIVIR”
«Sabemos que el poblamiento guanche del noroeste comenzó desde los primeros momentos de la llegada de los aborígenes a Tenerife en torno al cambio de era y que se prolongó durante todo el periodo anterior a la conquista hasta el siglo XV», precisa Hernández, una continuidad motivada porque es una zona «rica en recursos, por lo que aquí encontraron un sitio ideal para desarrollar su existencia durante muchos siglos».
Las excavaciones arqueológicas han continuado hasta la actualidad, como en el ámbito de Blanca Gil-Chasna María, donde en aquellos trabajos pioneros se hallaron concheros y yacimientos de habitación, y ahora se analizan con «nuevas metodologías y nuevas preguntas».
LA EVOLUCIÓN DEL PAISAJE POR LA ACTIVIDAD HUMANA
Álvaro Castilla, investigador postdoctoral de Prehistoria en la ULL, apunta que se estudia también cómo evolucionó el paisaje costero desde la época indígena hasta después de la conquista. Para ello se analizan con microscopios los microfósiles en el medio natural, como el polen.
La profesora de Prehistoria en la ULL Carolina Mallol pone de relieve que se han encontrado restos como lapas, huesitos, carbones… y se buscan las relaciones entre los diferentes estratos. Al microscopio aparecen espinas de erizos de mar o micro residuos de algas marinas . «Es una labor detectivesca con la que podemos encontrar, por ejemplo, cuarcitas, granitos de tierra que nos hablan de que ha habido calima», recalca.
PROPUESTA DE PARQUE ARQUEOETNOGRÁFICO
Ithaisa Abreu Hernández, de la empresa PRORED Arqueología, Patrimonio y Sociedad, pone el foco en las medianías, donde en 2017, una cueva del barranco de El Palmar «dio una datación bastante interesante» y en 2020 se propuso la idea de un parque arqueoetnográfico en ese valle de la zona alta de Buenavista, concretamente en el caserío de Las Palmas.
Como análisis previos, el Gobierno canario ha financiado tres proyectos: un estudio geotécnico de cuevas con material aborigen en superficie pese a ser reutilizadas hasta fechas recientes; otro estudio etnográfico para recuperar la memoria oral, y, por último, una propuesta de pequeña musealización del espacio con unos miradores que estarían conectados con un centro de interpretación en el caserío citado.
LA OCUPACIÓN GUANCHE MÁS ANTIGUA DE TENERIFE
Efraín Marrero Salas, cofundador de PRORED, esboza en el documental el proyecto «Espacios de vida y muerte en el barranco de El Palmar» y subraya que «los trabajos realizados por Galván Santos y Cristo Manuel Hernández ha permitido comprobar que se trata del espacio insular con la datación más antigua de la ocupación guanche en Tenerife».
Y, además, en 2016, una excavación en el referido barranco condujo a una datación (a partir de un hueso de cabra) del siglo XVI, que muestra que allí aún pervivía el modo de vida guanche, hasta mediados de esa centuria, ya acabada la conquista castellana, según pone de relieve Marrero Salas.

Hacomar Ruiz, de PRORED, destaca que la importancia de recuperar los restos humanos, que, en el caso de los hallados en una cueva de El Palmar con uso funerario se encontraron en muy buen estado de conservación. Cerca de esta cavidades hay también una cueva habitación y en las proximidades una cazoleta y grabados rupestres.
LAS HUELLAS DE LOS EXPOLIOS
No se han encontrado restos de cráneos, salvo una mandíbula, lo que se debe a que la cueva ha tenido otros usos, como redil, y también «se ven huellas claras de expolio, costumbre muy cotidiana desde el siglo XIX; y los saqueadores lo que buscaban eran cráneos y venderlos para el coleccionismo privado».
En la cueva hay sales naturales, un motivo por el que, según la hipótesis de Ruiz, los guanches elegían estas cavidades para depositar a los cadáveres no momificados o enterrados, o también para conservar alimentos, porque el mineral salino reducía la humedad.
Un mensaje que deja este documental es la necesidad de informar a las autoridades de cualquier hallazgo, sin alterar los registros arqueológicos, para evitar una pérdida irreparable de información sobre el contexto del objeto descubierto.
