V. P. / EL VALLE DE ARIDANE
Alfio Michielan, de 85 años, y su esposa Rosanna Polacco, de 80, es un matrimonio italiano originario de Venecia que encontró en La Palma el lugar de sus sueños para pasar su jubilación. Buscaban un clima cálido y un ambiente seguro y tranquilo. Residían en Suiza y el desaparecido barrio de Todoque les pareció la mejor alternativa. Allí se construyeron una casa en los años 90 y luego adquirieron una vivienda en Puerto Naos. Pero la erupción, de la que tuvieron que huir, les ha truncado esta felicidad.
El 19 de septiembre de 2021 salieron con lo puesto de Todoque porque el Tajogaite les sorprendió sin que las autoridades les previnieran sobre qué hacer ni les avisaran con tiempo. Han tenido que hacer hasta cinco mudanzas, pues una de sus casas, la destruida, está a 6 metros bajo la lava y a la otra, en Puerto Naos, le tenían prohibido acceder por el dióxido de carbono. Hasta que se plantaron y decidieron que, con medidor de gases en mano, en su vivienda podían pernoctar, alegando que solo podían echarlos de su hogar con una orden judicial.
Alfio cuenta a ELVALLEDEARIDANE.COM su testimonio de esta catástrofe y el calvario para rehacer sus vidas, cuando se cumplen tres años de la erupción. La entrevista la concede a un diario solidario editado por la Asociación Tierra Bonita para informar de los afectados del Tajogaite, gracias al libro benéfico Las otras historias del volcán.
Su conclusión en este tercer aniversario es que el cierre total de este núcleo residencial y turístico fue «un grandísimo error» y que no ser evacuados antes de la erupción fue «un lamentable error» de las autoridades porque en este caso, y para la población donde él y su esposa residían, «no hubo prevención ni aviso, ni nada de nada».
«Vinimos a La Palma en busca de un clima cálido y tranquilidad»
¿Por qué decidieron usted y su esposa trasladarse a La Palma? ¿Qué fue lo que les atrajo de la isla?
«Yo trabajé en distintas partes de Europa, y al final me establecí en Suiza durante casi 37 años por motivos laborales, en especial en el sector de construcciones petroquímicas. Allí formamos familia y ahora mi hijo vive en Suiza, que es bonita, pero muy fría. Cuando me jubilé, quería un lugar más cálido, y La Palma ofrece uno de los mejores climas de Europa. Es una isla verde, con agua y en su momento estaba poco habitada, ahora ha cambiado un poquito. La visité como turista en 1992 y compré terreno en 1994, y construí una casa en Todoque que terminé en 1996, y me trasladé en 1999. Por lo que llevo aquí casi 26 años».
¿En algún momento pensó en el riesgo de una erupción volcánica?
«Siempre se hablaba de erupciones porque son islas volcánicas, pero nunca sabes cuándo va a ocurrir. Esta vez fue en el lado oeste, pero ha pasado antes en otras partes. Es la naturaleza de estas islas. Asi esa la vida. La Macaronesia son todas islas volcánicas. Es por el movimiento de América, Europa y África y aquí hay una fisura que provoca erupciones».
En septiembre de 2021, ¿les avisaron las autoridades sobre lo que debían hacer?
«Nunca. Nadie nos avisó, no hubo un preaviso, ni siquiera con los pequeños terremotos que ocurrieron antes. Fue un gran fallo de las autoridades. La población no estaba avisada de estas cosas».
¿Sintió los terremotos antes de la erupción en su casa de Todoque?
«Sí, sobre todo los días antes y la mañana antes. El domingo por la mañana, cuando explotó el volcán a las 3 de la tarde, ya estaba preparando una maleta con documentos personales y cosas de primera necesidad, por si acaso. Desde mi ventana mi la explosión. En línea recta estábamos a dos kilómetros, no más».
«Al ver el humo negro en la cumbre comprendí que había que marcharse»
¿Cómo recuerda el momento de la erupción?
Es decir, la evacuación fue decisión suya
«Sí, irme de allí fue una decisión de mi mismo. Me llevé la maleta que había preparado y me fui a Los Llanos».
«Solo me dejaron ir dos veces 15 minutos a sacar cosas de mi casa»
Luego la lava tardaría semanas en destruir su casa de Todoque…
«Sí, pasó por Los Campitos, la iglesia de Todoque, que estaba a 1,2 kilómetros de mi vivienda, y poco a poco avanzaba, hasta el punto de que llegó a 20 metros de nuestra casa. Hubo un momento en que la lava se paró y estuvimos más de un mes con ese peligro; pero fue en diciembre, la última colada, en el lado sur, la que se llevó mi casa y otras 66».
¿Le permitieron volver a su casa para recoger pertenencias?
«Solo me dejaron entrar dos veces, cuando la lava estaba a 20 metros, con los bomberos, pero solo durante un cuarto de hora. No teníamos medios de transporte grandes para llevarnos muebles grandes, como armarios, camas, y no podíamos salvar sino las cosas pequeñas que teníamos. Y por la presión del poco tiempo que teníamos, no sabíamos ni qué llevarnos. Lo demás se quedó todo ahí».
«A las autoridades les faltó experiencia»
¿Cómo juzga usted la gestión de esta emergencia en ese momento por parte de las autoridades?
«Para mí, faltó experiencia. Cuando se supo que la lava iba a destruir muchas casas, debería haberse organizado mejor para que la gente pudiera salvar incluso los muebles. Podrían haber traído camiones de empresas y personal especializado para ayudar a desmontar muebles. Mucha gente es que no tenía dónde llevar sus enseres. Fui al Ayuntamiento de Los Llanos a pedir que me echaran una mano con el transporte y me dijeron que si no tenía amigos ni parientes que me ayudaran. PUes ya ve qué mano me echó el Ayuntamiento, ninguna».
Usted tenía otra vivienda en Puerto Naos, pero tampoco ha podido habitarla, al estar en zona de exclusión…
«Así es, mi casa de Todoque ya bajo la lava y en Puerto Naos estaba cerrado y no podía ir».
Después de perder su casa, ¿dónde vivió?
«Hemos hecho ya cinco mudanzas. Primero fuimos a Tazacorte villa, puerto, los hoteles y Los Llanos. Después de un tiempo nos comunicaron por carta certificada que [la Administración pública] nos echaban del hotel [que se ofreció a los damnificados sin casa]. Nos dieron solo 10 días para encontrar vivienda, y después de ese plazo teníamos que pagar nosotros el hotel. Y pagamos más de una semana, porque no encontrábamos una vivienda que alquilar. Nunca me explicaron el por qué de estas decisión».
«Cerrar todo Puerto Naos fue un grandísimo error»
En Puerto Naos muchos vecinos se quejaron de las restricciones debido a los gases. ¿Qué opina de cómo se gestionó esa situación?
«Fuimos y medimos los gases personalmente durante meses y no comprendíamos por qué cerraron todo Puerto Naos. Solo había gases en la parte baja del roque hasta el restaurante La Scala, unos 50 metros, no más; y en algunos sitios concretos, como algunos garajes, en partes bajas. Pero no en todo Puerto Naos. Fue un error grandísimo cerrar toda la playa y los apartamentos. Además, ahí había una cueva de los pescadores que desde siempre tenía gas por una fisura y los mayores del lugar recomendaban no estar mucho tiempo en ese lugar».
¿Recibió alguna compensación del seguro por la pérdida de su casa?
«Nosotros teníamos todo asegurado, pero el seguro normal que todo el mundo tiene, que no cubre desastres como el volcán».
«Cuando fui a mejorar mi seguro, me dijeron que no se podía»
¿No pudo usted mejorar sus seguros cuando comenzó la erupción?
«Ahí hubo otra manipulación, porque yo la mañana del lunes, el día siguiente al inicio de la erupción, fui a la oficina de mi seguro, Zúrich, y me dijeron que no podía mejorarlo, pero unos meses después supe que algunos alemanes sí habían podido hacerlo, y pudieron cobrar de Consorcio de Seguros el valor real de lo que han perdido. Hemos recibido 57.000 euros del Consorcio y también 4.000 euros y 2.500 euros de ayudas públicas. Han prometido que recuperaríamos el valor de lo perdido».
¿Está de acuerdo con el valor que le han dado a su casa?
«En Gesplan nos han dicho que están pagando 1.504 euros por metro cuadrado construido, pero no toman en cuenta el valor de todo lo demás: el garaje, el jardín, el porche, el tanque de agua que instalé…»
¿Piensa volver a Todoque una vez que todo se resuelva?
«No lo sé. La zona de mi casa en Todoque está ahora cubierta por 6 metros de lava por encima».
«A mi mujer casi le da un infarto cuando vio el nuevo paisaje»
¿Cómo se siente al ver el paisaje tres años después de la erupción?
«A mi mujer casi le da un infarto cuando vio por primera vez cómo quedó el lugar donde estaba nuestra casa. Todo un manto negro de destrucción. Es terrible no solo para mi, sino para todo el que tenía una casa allí y lo perdió todo».
¿Cuál es su mayor queja a los políticos, en este sentido?
«Que promete y no te dan lo prometido. El Estado todavía no ha transferido los 100 millones que tenían que estar desde 2023. Además, pienso que tenían que haberse construido las casas para los damnificados inmediatamente. Yo llegué a proponerle en Tazacorte a Carmen Nieves Arroyo [consejera de Emergencias del Cabildo en el pasado mandato] y al vulcanólogo Stavros [Meletidis, del IGN] crear bolsas de terreno en la zona más próxima al barranco de Las Angustias».
«Me ofrecieron un contenedor para vivir y me negué»
¿Le ofrecieron vivir en una vivienda contenedor?
«Sí, me lo ofrecieron desde el Cabildo, pero me negué. Un contenedor no es para vivir. Los contenedores solo son para oficinas, durante mi carrera profesional en industrias he trabajado en ellos de día, y no son para vivir ahí. La ley europea lo prohíbe. Y sobre todo si son contenedores usados».
¿Pero son reciclados estos contenedores?
«Los primeros que yo vi sí eran reciclados»
¿Le han puesto multas por pernoctar en su casa de Puerto Naos cuando aún no estaba autorizado?
«No me han notificado ninguna. Yo les respondía a los agentes que sin una orden judicial por presencia de gases no tienen potestad de echarme de mi propia casa. Y que a nuestra edad, mi mujer y yo no podíamos quedarnos en la calle. Y con mi medidor, el mismo que tenían los bomberos, solo había 400 o 500 ppm de dióxido de carbono».