VICENTE PÉREZ
Hace menos de un año, el padre de Vanesa Díaz, una joven natural de Cabo Blanco (Arona), fue diagnosticado con una enfermedad terminal. Tres meses después falleció. A esta familia, residir en la zona sur de la isla le puso cuesta arriba acceder a la atención domiciliaria proporcionada de cuidados paliativos en la Sanidad pública, pues les obligó a realizar numerosos traslados al Hospital de Ofra en Santa Cruz.
Unos recorridos que, según confiesa Vanesa en la web de la plataforma, fueron «agotadores y dolorosos, para él, en la parte física, y para nosotros en la parte emocional».
Vanesa quiere luchar por que a otras personas no les pase lo mismo que ella ha sufrido con su progenitor. Y es así como ha surgido un movimiento ciudadano que denuncia la falta de un servicio público de cuidados paliativos en el Sur tinerfeño y reclama su creación. Esta reivindicación suma ya, en apenas una semana, 600 apoyos en internet, a través de una petición en Change.org.
A raíz de esta dura experiencia en su vida, Vanesa y el grupo de personas que la acompaña pretende lograr que las personas residentes en esta parte de la isla que requieran cuidados paliativos puedan recibirlos lo más cerca posible de sus hogares o, incluso, en su propio domicilio, evitando un sufrimiento innecesario a pacientes y familiares.
En un comunicado, esta plataforma critica que «se tiene al Sur de Tenerife como la locomotora del crecimiento económico y poblacional de la isla y, sin embargo, la inversión pública en servicios para la ciudadanía deja mucho que desear».
«Se habla mucho de grandes infraestructuras como un tren, así como de proyectos privados como el del Puertito de Armeñime, pero no recibe atención algo tan básico como la culminación efectiva del Hospital del Sur, que actualmente cuenta con unos servicios muy limitados, obligando a muchas familias a hacer continuos desplazamientos al Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria, lo que supone, en muchos casos, 200 kilómetros en cada visita», se queja la plataforma.
«Si este largo trayecto es ya duro y complejo para cualquiera con una enfermedad», subraya la plataforma, «en el caso de las personas que necesitan cuidados paliativos se convierte en un sufrimiento indecible, para ellos y para sus familiares, que no solamente padecen los estragos de la enfermedad y el saber cuál va a ser su desenlace, sino lo penoso de tener que desplazarse lejos del calor del hogar familiar, con el consiguiente trastorno para sus otras responsabilidades familiares y laborales».
Precisamente este «auténtico calvario» lo padeció la familia promotora de esta plataforma, que sufrió la pérdida de su padre hace tres meses y, a raíz de esta amarga experiencia, decidió dar el paso de cambiar las cosas.
La petición abierta en change.org es solo una de las iniciativas que han puesto en marcha. La plataforma impulsada por Vanesa está colaborando con entidades regionales y nacionales y han presentado una reclamación formal al Servicio Canario de Salud para que cree dicha Unidad de Cuidados Paliativos en estas comarcas sureñas, así como reivindicar el cumplimiento de la Estrategia de Cuidados Paliativos de Canarias 2018-2023.
El lema #nosomosdesegunda es el esgrimido por este movimiento ciudadano en las redes sociales, junto a su web paliativostfsur.es, desde donde difunde sus acciones y su mensaje, que es el de que, «si vivir dignamente es un derecho recogido en la Constitución Española, no se puede permitir que el tránsito de morir, algo por lo que todos pasaremos, no se haga de forma digna».