PLANETA CANARIO
Un estudio extenso realizado por el Laboratorio de Física Médica y Radiactividad Ambiental de la Universidad de La Laguna (ULL) en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife ha revelado una disminución del 76 % en los niveles de actividad alfa total en los aerosoles tras el cierre de la refinería de petróleo local en 2013.
Este análisis, que cubre un período de 22 años (2001-2022), es un claro ejemplo del impacto que las actividades de la industria petrolera tienen sobre el medio ambiente local y la salud de sus habitantes, según informa la ULL en un comunicado.
Los resultados han sido difundidos en un artículo publicado en la revista Journal of Environmental Management, firmado por Pedro Salazar Carballo, Antonio Catalán Acosta, Francisco Hernández y María López Pérez, vinculados al laboratorio y otras entidades de la ULL.
La contaminación ambiental es uno de los mayores desafíos del siglo XXI y, aunque gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO₂), el metano (CH₄) y los óxidos de nitrógeno (N₂O) son bien conocidos, otros contaminantes menos reconocidos, como la radiación, también representan una amenaza, subraya la ULL.
Bajo condiciones normales, la exposición pública a la radiación es mínima y en su mayoría proviene de fuentes naturales.
Sin embargo, ciertas actividades industriales, como la extracción de petróleo, pueden aumentar los niveles de radionucleidos naturales en el entorno, lo que se conoce como Material Radiactivo Naturalmente Potenciado (TENORMs, por sus siglas en inglés).
El estudio en Santa Cruz de Tenerife, que incluyó 1.105 mediciones de aerosoles superficiales, investigó la evolución de la actividad alfa total y su correlación con otros contaminantes derivados de la industria petrolera, como monóxido de carbono (CO), dióxido de azufre (SO₂), monóxido de nitrógeno (NO), dióxido de nitrógeno (NO₂), benceno, tolueno y xileno.
Estos contaminantes y los radionucleidos están relacionados con la extracción, procesamiento y quema de productos petrolíferos, lo que afecta tanto la calidad del aire como los niveles de radiactividad ambiental.
Los resultados mostraron que eventos importantes como la crisis económica global de 2008, que provocó una reducción de las operaciones en la refinería, que cerró de manera definitiva en 2013, coincidieron con una caída significativa en los niveles de estos contaminantes.
Además de la actividad alfa total, otros contaminantes atmosféricos como PM10, SO₂, NO₂ y compuestos orgánicos volátiles (COVs) también mostraron disminuciones similares.
Utilizando técnicas estadísticas avanzadas, se determinó que el 84% de la variación en los niveles de actividad alfa total está explicada por factores relacionados con la actividad industrial.
Este enfoque puede ser aplicado en otros entornos urbanos para evaluar los efectos de las industrias sobre la calidad del aire y la exposición a la radiación de la población.
A pesar de las fluctuaciones observadas, ninguno de los niveles de actividad alfa total representó un riesgo radiológico para los habitantes de la ciudad, de acuerdo con el estudio de la ULL.
Sin embargo, los resultados subrayan la importancia de un monitoreo ambiental a largo plazo para comprender y mitigar los efectos de la contaminación radiactiva y química en entornos urbanos afectados por actividades industriales.
En opinión de las personas responsables del estudio, el cierre de la refinería de Santa Cruz de Tenerife y la notable disminución en los niveles de contaminación asociados ofrecen una clara evidencia del impacto que las actividades industriales tienen sobre la salud pública y el medio ambiente.
Hay que recordar que en 2013 Cepsa dejó de refinar petróleo en Santa Cruz después de que el Gobierno canario la obligara a rebajar un 30% sus emisiones de dióxido de azufre y la Consejería de Sanidad constatara un aumento de defunciones cada vez que se producía un pico de este contaminante.