VICENTE PÉREZ
El vicepresidente del Cabildo grancanario y consejero de Obras Públicas, Augusto Hidalgo, ha anunciado que el viaducto del Guiniguada, el en sentido norte, ya no tiene restricciones al tráfico pesado, pero no así en sentido sur, pues durante 2025 continuarán las obras de sustitución de los cables de acero de seguridad de esta obra de ingeniería y un refuerzo extra exterior, en las que se invertirán en total 12 millones de euros, tras descubrirse hace año y medio que una parte de estos cables se habían roto.
Hidalgo, en declaraciones a la TVC, ha reconocido que en 2022 técnicos de una subcontrata de conservación de carreteras»se encontraron totalmente caídos estos tendones que sostienen la estructura del puente, por lo que hubo un momento de pánico, pero un informe demostró que había otros en la estructura de hormigón que no se ven y que garantizaban el sostenimiento» del viaducto, «pero se ponía en riesgo a medio plazo el mantenimiento de la propia estructura», lo que ha obligado a cambiar este cableado y añadir «20 cables más».
El consejero dejó claro que lo ocurrido «es claramente un fallo constructivo», porque había una serie de conductos que no estaban impermeabilizados y caía agua dentro del puente, «lo que no tenía que haber ocurrido», y se cometió además el «error» de que los tendones «tenían que tener una lechada de cemento que no se hizo cuando se construyó, con lo cual el agua oxidó el hierro de esos tendones «y se rompieron».
Tras lo que ha pasado con esta infraestructura, el Cabildo licitará este año un nuevo servicio, con un presupuesto de 2 millones de euros, para revisar todos los puentes, muros, pasos elevados y subterráneos, y otras estructuras de las carreteras de Gran Canaria con el fin de planificar futuras actuaciones preventivas para que no se repita lo sucedido con este viaducto..
En una nota de prensa tras visitar las obras, Hidalgo aclaró que «en cualquier caso, nunca ha habido un riesgo real de colapso ni por supuesto lo va a haber mientras se ejecutan las obras por lo que la seguridad de la vía es total; lo que buscamos es garantizar que el viaducto del Guiniguada tengan una vida útil de al menos unos cien años, que es lo que se preveía en un principio, cuando se construyó”.
La obra de emergencia para reforzar la estructura de hormigón que soporta el Viaducto del Guiniguada, en la GC-3, se dará por completamente finalizada en 2025 cuando se culmine la sustitución de los 32 tendones de acero originales por otros nuevos, y se añaden 20 tendones nuevos para acabar de incrementar la seguridad de la estructura que soporta una media de 100.000 vehículos cada día.
Cada tendón está formado por un gran cable que aglutina en su interior a entre 25 y 27 cordones de acero en tensión, por lo que las dos estructuras que conforman el Viaducto del Guiniguada contarán con más de 140 kilómetros de nuevos cables de acero en su interior.
En qué consisten las obras actuales
Las obras en ejecución pretenden restablecer las condiciones estructurales de ambos viaductos sustituyendo el pretensado afectado por un mayor deterioro. Para ello se está realizando, por un lado, la demolición y desinstalación de todos los tendones de pretensado interior (dentro de la estructura de hormigón) que constituye la estructura y la reinyección de todo el pretensado de continuidad de la estructura.
A continuación, se instalarán nuevos tendones de pretensado exterior (a la vista), en sustitución de los anteriores y el posterior refuerzo de la estructura con nuevos tendones hasta conseguir el restablecimiento de las condiciones de servicio de la estructura y, por tanto, de las condiciones de seguridad necesarias en el tramo de carretera afectado.
Tendones que suman 140 km de cables de acero con 182.000 kg
En el exterior se están reinstalando 32 tendones (16 por estructura) de acero pretensado con un peso total de 120.000 kilos y 93 kilómetros de cordones de acero pretensado. La fuerza que soporta cada uno de estos tendones es de unas 532 toneladas.
Para reforzar la estructura se están instalando 20 tendones adicionales con un peso de 62.000 kilos en acero y una longitud de 47 kilómetros. La fuerza en cada uno de estos tendones nuevos de refuerzo soportará presiones que van desde las 277 toneladas hasta 553 toneladas.
«Una obra que es un desafío»
Estos trabajos, en palabras del Cabildo, suponen «un verdadero desafío en reparación de estructuras», porque se tienen que ejecutar con el tráfico abierto (eso sí, con restricciones al tráfico pesado en dirección sur), ya que la GC-3 constituye una de las principales arterias de la Isla, de manera que el cierre del viaducto supondría un colapso circulatorio insular, ya que lo utilizan cada día 110.000 vehículos.
Tras todas estas incidencias, la estructura se encuentra monitorizada en tiempo real, las 24 horas del día, datos que analiza un equipo de ingenieros especializados, además de realizarse inspecciones continuas (varias veces todos los días de la semana) de los diferentes elementos estructurales del viaducto para detectar cualquier comportamiento anómalo.