Moción de censura. Instrumento de la democracia que se usa y punto, nada que objetar, a llorar a casa. Como enmienda a la acción política que ejerce quien gobierna o como mero “quítate tú para ponerme yo”, qué más da. Como no hubo promesas electorales en firme respecto a los posibles o deseables pactos, en su caso, ni contrato ideológico ni de ninguna otra clase con el votante, nos movemos en el terreno de la conducta individual del cargo electo, de cada cual. Estéril ejercicio el análisis político de la situación en Santa Cruz que nada tiene que ver con un ilusionante programa de gobierno, nuevas ideas arrolladoras para el bien común o un cargamento de panes bajo el brazo.
Tentación. Habría que preguntarle a Evelyn Alonso por su condición social-liberal y su posicionamiento respecto al pragmatismo de Luis Garicano, ideólogo de Ciudadanos, y si piensa intentar aplicar sus aportaciones a la gestión del consistorio capitalino. «Pamplinas, Zurita, ¿pero qué dices?». La decisión de pactar con CC y PP obedece a razones desconocidas, de momento, y que con total seguridad nada tienen que ver con el “qué” sino con el “quién” y probablemente (presuntamente) con el “cuánto”. Cuánto poder o cesión de competencias haya pactado para sí, no necesariamente muchas, sino estratégicas, para su estrategia de ella, se entiende. El protagonismo absoluto, incontestable reina de la fiesta, aunque tal condición ya no sé si suma o si resta. También da igual. No te lo pierdas, el desenlace final lo tendremos en nada, en todas las pantallas.
Esperanza. Ciudadanos, en fin. Qué pena. Con lo difícil de explicar que son las tesis liberales y lo necesarias que resultan para la política y la sociedad en su justa dosis, para aportar equilibrio a la fuerza. Fracaso total de Rivera -cuando el electorado se escoró al centro- que no estuvo a la altura y estrepitoso en Canarias con un casting que solo ambicionó subirse a la ola sin saber cómo. Después de la vehemente desautorización a Zambudio y Lazcano en la investidura de Hernández, se supone que Alonso cumple ahora con la voluntad del partido. Pero no, parece que tampoco, que no era tan mala idea alejar a CC del mando en las instituciones, y el portavoz oficial muestra su disconformidad: donde dije digo digo Diego, igual da. Bien sabe que nadie le escucha. La pirueta de la intrépida Evelyn acaba con cualquier esperanza de continuidad del partido naranja si es que a estas alturas todavía quedaba alguna.
La red. Sacar a CC- ATI de la alcaldía de Santa Cruz después de toda una vida. Epopeya casi imposible -ilusión efímera, como vemos- de importancia capital para levantar alfombras, abrir ventanas y oxigenar la gestión municipal. Luchar contra la red clientelar tejida con paciencia infinita y los presupuestos públicos reviste especial complejidad porque los beneficiarios luchan con denuedo por mantener su estatus y los opositores encuentran una tibia respuesta en quienes prefieren alejarse de cualquier conflicto, que son la mayoría. No me atrevería a sugerir supuestos ilícitos, hablo de airear, de darle otra vuelta y plantear otra forma de afrontar los problemas que surgen de la convivencia urbana, la prestación de servicios y la mejora continua a la que debe someterse el espacio público que compartimos; problemas de política municipal.
Heteropatriarcado. Sostengo que bastaría con que cualquiera de los partidos con implantación nacional, cualquiera, presentara a una señora con carácter y solvencia intelectual como candidata a la presidencia del gobierno para arrasar en las elecciones generales. Mola tener alcaldesa, fugaz también, una insolencia que la otra red -la del patriarcado rancio- no puede permitir.
PABLO ZURITA ESPINOSA,
ingeniero agrónomo