NOÉ RAMÓN
El portavoz de la familia propietaria de los terrenos de Hoya Fría, Conrado Rodríguez-López Bravo, muestra su rechazo a los planes del ejército que pasan por concentrar todos su efectivos en este enclave. Con este fin se ha iniciado un proceso de expropiación que daría lugar a la consolidación del uso miliar en un lugar que en principio iba a estar destinado a una ciudad sanitaria, al paso del tranvía del Sur y viviendas.
Rodríguez-López llamó la atención sobre la incongruencia que supondrá que en un futuro cercano estos planes se concreten con la aparente complicidad del Cabildo y los ayuntamientos de la capital y La Laguna. “No quiero que algún día se diga que por culpa de nuestra familia hay una base militar en pleno centro de Santa Cruz”, señaló desde Madrid. En estos momentos la familia ha recurrido la ocupación de 57.350 metros cuadrados ante el Tribunal Provincial de Expropiación al solicitar cuatro millones de euros frente al millón que ofrece Defensa.
Este propietario lamentó que hasta hace poco tiempo el Cabildo y Ayuntamiento de Santa Cruz estaban de acuerdo en que estos terrenos eran estratégicos en el crecimiento de la ciudad. Muy al contrario lamentan que al final los hayan dejado solos a cambio de venderle a la capital y a La Laguna, “unos edificios obsoletos” como son el Cuartel de El Cristo, La Cuesta o Las Mercedes.
“Espacios por los que nadie hubiese pagado nada y de los que el Ministerio no sabía cómo desprenderse de ellos. Ahora resulta que nuestras administraciones los compran y con ese dinero pagarán el traslado, remodelación y actualización de la base de Hoya Fría. La consecuencia es que el nuevo Santa Cruz que iba a albergar un gran hospital, viviendas o el tren del Sur ha quedado en manos de Defensa”.
El portavoz de la familia recordó que en su momento se llegó a un principio de acuerdo con el Cabildo para venderle este suelo y además sin fijar precio ni plazo alguno. “Porque se da la circunstancia de que nuestros intereses son los mismos que los de la ciudad: seguimos considerando que lo lógico es que todos los medios militares se concentren en Los Rodeos, tal y como estaba planificado”. Un paso que no se pudo dar por la negativa de los agricultores apoyados por el Ayuntamiento de La Laguna. Por el contrario Santa Cruz aprobó en un pleno celebrado en 2009 que la capital recuperara estos terrenos para dedicarlos a los nuevos usos.
Rodríguez-López repasó todo lo ocurrido desde el año 1997 cuando pidieron la nulidad de la cesión al Ejército por haberse dedicado a otros fines diferentes a los que fueron entregados en su momento. Diez años más tarde la justicia les daría la razón y en 2009 durante la ejecución forzosa del fallo se llegó a un acuerdo con el Gobierno central para que fueran arrendados. Situación en la que siguen al haberse acordado diversas prórrogas.
Antes de que acabe el contrato el próximo mes de septiembre, el Ejército ha dado vía libre a una expropiación y deslinde que convierte “en agua de borrajas” los acuerdos que hasta entonces sostenían con las distintas administraciones. Apuntó que mientras que en otras ciudades como Las Palmas de Gran Canaria, Defensa está cediendo sus propiedades, en el caso de Santa Cruz se da la circunstancia contraria y anacrónica: en pleno centro de la futura capital se ubicarán todos los medios que el Ejército tiene en la Isla.
A finales de 2015 los propietarios propusieron al Cabildo y Ayuntamiento la compra del suelo y de este modo evitar que los usos militares impidan el desarrollo de la ciudad. “Ante el silencio de las administraciones locales, el Ministerio ha seguido sus pasos e inició la expropiación que necesita para consolidar la base”. El deslinde se justifica ante el desajuste que existe entre los 114.000 metros cuadrados cedidos y los 120.000 ocupados en el lugar en el que se sitúa el Centro de Atención a los inmigrantes y la Base.
“A su vez el Ministerio ha jugado una baza y movido piezas de forma inteligente al lograr convencer al Cabildo y ayuntamientos para venderles edificios obsoletos cuya calificación urbanística ni siquiera les permite entrar en el mercado inmobiliario”. Así y todo en manos de la familia aún quedarían 220.000 metros cuadrados, sin contar los que ocupa la urbanización Hespérides, a falta de que el deslinde concrete exactamente la superficie real.