VICENTE PÉREZ
Los hermanos gemelos Ousseynou y Assane, de Senegal, desarrollaron una malformación que hizo que sus piernas se curvaran hacia afuera en las rodillas. Una enfermera les dijo a sus padres que por la costa pasaría un barco hospital solidario que podría operarles y cambiarles la vida.
Y no lo dudaron: recorrieron más 300 kilómetros hasta el puerto en que hizo escala y allí les hicieron la intervención quirúrquica y la posterior rehabilitación.
Esta es solo una de las miles y miles de historias que cuenta la ONG Naves de Esperanza (Mercy Ships en inglés). Uno de esos dos barcos hospital se encuentra en el puerto de Santa Cruz de Tenerife para labores de reparación y avituallamiento, con toda su tripulación y personal sanitario.

Fundada en 1978 por Don y Deyon Stephens, Naves de Esperanza ha trabajado en 56 países en desarrollo, prestando servicios por valor de más de 1.530 millones de euros y tratando a más de 2,8 millones de beneficiarios directos.
La ONG aglutina a 1.200 voluntarios anualmente de más de 60 países. Este equipo incluye cirujanos, dentistas, enfermeros, educadores sanitarios, profesores, cocineros, marineros, ingenieros y electricistas. Todos ellos aportan su tiempo y habilidades de manera altruista.
En el África subsahariana, sólo hay 2 médicos por cada 10.000 personas. Y el 50% de la población vive cerca de la costa. Estos barcos hospitales flotantes llevan de manera eficiente quirófanos y camas de hospital seguras y estériles directamente a las personas necesitadas para que su personal médico voluntario pueda proporcionar cirugías gratuitas. Han realizado más de 110.000 operaciones en todo el mundo.

El Ayuntamiento de Santa Cruz, a través de la concejala de Acción Social, Charín González, recibió esta semana la visita de los responsables de la organización no gubernamental (ONG) Naves de Esperanza, con su presidente al frente, Gerardo A. Vangioni, que adelantó la intención de este hospital flotante de atracar cada año un mes en el puerto de esta capital para realizar acciones de reparación y avituallamiento.
Esto abre la posibilidad de que voluntarios de la isla puedan enrolarse en esta nave que recorre los mares extendiendo la ayuda hospitalaria y médica allá donde es más urgente, desvela la concejala.
La ONG espera captar voluntarios en Canarias
“Se trata de un buque hospital y de atención médica», afirma González en un comunicado, «que en la actualidad tiene el centro de sus operaciones en el África Subsahariana, por lo que la elección de Santa Cruz como puerto base tiene un primer argumento de proximidad al área preferente de intervención” y argumenta que “además de la pretensión de extender el conocimiento de su labor humanitaria a toda la isla e incluso el Archipiélago, con la finalidad de captar voluntarios para sus naves, ya que hay que tener en cuenta que a bordo de cada una de sus hospitales flotantes viajan más de 600 tripulantes, de todo tipo”.

A. Vangioni afirma que “como voluntarios en buques hospitales, viajamos para ofrecer servicios de salud gratuitos de clase mundial y atención quirúrgica segura, precisamente porque nos dedicamos a fortalecer los sistemas de salud locales en países en desarrollo” y argumenta que “esta tarea la realizamos a través de la provisión de cuidados médicos de primera y capacitación avanzada, marcando una diferencia en comunidades con acceso limitado a la salud”.
“La elección de Santa Cruz como nuestro puerto», explica A. Vangioni, «tiene su fundamento por tres razones básicas: la primera es que se trata del puerto europeo más cercano a la zona del continente africano donde hemos centrado nuestra actual actividad; la segunda son los servicios de calidad que ofrece la Autoridad Portuaria, y la tercera, porque a lo largo de los años que hemos venido a esta ciudad encontramos los profesionales y las empresas adecuadas para los trabajos que necesitamos, tanto para las reparaciones y puesta a punto de los buques, como para la obtención de medicamentos y el propio avituallamiento”.
600 tripulantes

“Debemos tener en cuenta –detalla el presidente de Naves de Esperanza- que la parte médico-hospitalaria del buque tiene 7.000 m2 y de los 600 tripulantes, solo un tercio son sanitarios, que están un promedio de 6 meses y casi nunca llegan al año, porque deben regresar a sus trabajos” y agrega que “otro tercio lo ocupa personal de marinería y manejo del barco, pero el resto son personal de todo tipo, ya que se enrolan como voluntarias también familias con niños, que reciben clases en inglés y francés para que no pierdan el año, por lo que se necesitan profesores, carpinteros, peluqueros, conductores, etcétera”.
Tal y como comenta también la concejala Charín González, “la necesidad de contar con personal voluntario de todo tipo ha propiciado que la organización Naves de Esperanza haya centrado su mirada en Santa Cruz de Tenerife, no solo por su puerto y la proximidad geográfica al continente africano”. Aclara que también visitaron el Ayuntamiento para solicitar ayuda en la promoción del voluntariado que quiera participar en un proyecto.

Durante más de 40 años, desde Mercy Ships (su nombre en inglés) “hemos centrado la atención en brindar cirugía y fortalecer la infraestructura de atención médica en las naciones a las que servimos” y concluyen asegurando que “gracias al apoyo de amigos y socios, los niños y las familias que padecen enfermedades dolorosas, desfigurantes y a menudo prevenibles han podido encontrar la curación que tan desesperadamente necesitaban”, detalla Gerardo A. Vangioni.
No es la primera vez que los buques hospital de esta ONG hacen escala técnica en Tenerife. Desde 1991 anclan en los puertos tinerfeños. En agosto pasado el Global Mercy Ship estuvo atracado en el Pde Granadilla de Abona. La presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, realizó una visita al citado barco y ofreció su colaboración a esta organización.
Para donar fondos a esta ONG o participar como voluntarios, se puede contactar con esta organización en su web https://www.nde.ong/.