VICENTE PÉREZ
La palabra ateneo tiene unas reminiscencias que nos llevan a la antigüedad clásica. Era el tempo de Atenea situado en Atenas, en honor a una de las divinidades del Olimpo griego; la diosa de muchas cosas, entre ellas de la sabiduría, la razón, la inteligencia, las ciencias, las artes, la educación o la ley. Los ateneos como asociaciones culturales para difundir el conocimiento artístico y científico aparecieron en España en el siglo XIX, movidos por los ideales de la Ilustración. La última institución canaria que sigue esta tradición nació hace unos meses: el Ateneo de Las Palmas, una interesante propuesta que va del pasado hacia el futuro de la cultura.
PLANETA CANARIO ha entrevistado a su primera presidenta, la filóloga, poeta y profesora Beatriz Morales, doctoranda en Estudios Lingüísticos y Literarios en sus Contextos Socioculturales por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que nos explica cuáles son los objetivos y los principios que alientan esta iniciativa, en unas ínsulas donde todo intento de promover la cultura siempre es -o debiera ser- bienvenido.

‘Ateneo’ es una palabra con reminiscencias de la antigüedad clásica y también de instituciones ilustres de los últimos siglos donde se promovía la ciencia y la cultura en general. ¿Por qué rescatar este nombre para la nueva asociación?
«Porque para nosotros rescatar implica recordar, es decir, recuperar el sentido primario, originario en su etimología, que tenía la palabra Ateneo: lugares de encuentro para fomentar la inteligencia, la paz, la sabiduría progresiva y la difusión de todas las artes».
Quieren ustedes promover la ciencia y la cultura. ¿Se han separado demasiado ambos conocimientos y capacidades por la especialización del trabajo? ¿Una misma persona no debería saber ciencias y letras? ¿Por qué ese divorcio, desde la enseñanza pública?
«Considero que la interacción formativa puede ayudarnos a entender un poco de todo, independientemente de la especialización de tu campo académico. No obstante, muchas veces es arduo complicado que se den espacios de encuentro desde las acciones científicas y artísticas, y digo artísticas porque creo que la ciencia está dentro de la cultura, si este concepto lo entendemos como la manifestación del alma y de la inquietud de una comunidad específica.
Hablamos de choques culturales en múltiples ocasiones, pero, ¿por qué choque cultural?, porque dentro de este concepto se ubican las distintas concepciones e investigaciones científicas, literarias, pictóricas o escultóricas, entre otras ramas del conocimiento, de la comunidad en la que surgen. Por ende, no creo que la ciencia y la cultura, y por lo tanto las letras, estén separadas, más bien forman parte de un mismo engranaje que podríamos llamar idiosincrasias, esencias.
Volviendo a la primera idea de todas, el encuentro entre personas que se especializan en aspectos de un ámbito frente a otros, podría dar lugar a sinergias, simbiosis y retroalimentación, donde abandonamos el individualismo formativo y conseguimos una educación colaborativa, dejando a un lado la segregación extrema de contenidos y el desconocimiento exhaustivo de muchos campos del saber. El Ateneo de Las Palmas, en este sentido, quiere generar esos espacios de encuentro a partir de sus actividades para conseguir estos fines expuestos».

La cultura del siglo XXI está marcada por internet y las redes sociales, que han influido en la manera de producir conocimiento y arte, en su difusión, en su economía y en las relaciones sociales. ¿De qué manera va a enfocar el Ateneo este cambio de era?
«Para nosotros el cambio de era es importantísimo, por eso uno de los valores que tenemos es el de la digitalización: la posibilidad de hacer actividades de forma exclusiva o simultánea a la presencialidad con los medios digitales. Consideramos vital la posibilidad de ofrecer contenidos que se adecúen al contexto en el que nacen y es innegable que la difusión de la información y del conocimiento dependen muchas veces de la digitalización de los recursos.
Reflexionar acerca de estos cambios o utilizarlos como herramientas para seguir compartiendo y ejecutando otras acciones culturales es una premisa que tenemos desde que empezamos a darle forma a este proyecto que hoy es una realidad. La itinerancia espacial del Ateneo también se vincula a esta digitalización, pues el Ateneo de Las Palmas estará donde la acción cultural que efectuemos, sea en la red o no, se encuentre».
La cultura es, desde luego, un concepto muy amplio, al que cada quien le pone los límites que desee. Hay un concepto elitista de cultura y un concepto popular, y miles de conceptos más. ¿Cuáles son esos límites para el Ateneo?
«El límite para trabajar y, por lo tanto, reflexionar la cultura se encuentra en el rigor. No queremos enclaustrar las propuestas culturales que recibamos en un concepto elitista, más bien buscamos la seriedad estable con la que difundir la cultura desde todos sus ámbitos y a partir de múltiples enfoques. Si un trabajo es serio, está estructurado y busca el diálogo, es una muestra artística o científica importante que merece ser compartida».
¿Cultura canaria o por cultura en Canarias?
«Ambas. Cultura canaria porque trabajaremos y difundiremos el patrimonio tangible e intangible insular a partir de toda iniciativa que tenga este fin y que encaje con las líneas de trabajo de las secciones; y cultura en Canarias porque estamos abiertos a fomentar y tratar la gestión cultural, también desde las distintas ramas del conocimiento, sin distinción del lugar del que proceda: la Península, Hispanoamérica, etc».
¿Por qué una sede itinerante? Han anunciado ustedes que no habrá un espacio único para sus actividades…
«La cultura es la manifestación más representativa de la inquietud humana de una comunidad: un manifiesto diverso y polifacético en todas las facetas del arte; por ende, el proceso de ejecución cultural es movible y adaptativo. No pretende unificar en un solo espacio toda la inquietud, sino que realmente tiene la intención de desplazarse y representar un amplio espectro de contextos físicos donde tiene lugar el arte y la ciencia.
Por esta razón, buscamos la itinerancia, el Ateneo de Las Palmas quiere llegar a la ciudadanía en multitud de espacios donde puede generarse la inquietud y la iniciativa. No queremos unificar, queremos diversificar, multiplicar y congregar las inquietudes y las ideas en donde se den, estar para la gente, viajar con ella, reunirnos en espacios distintos para dar cabida a todas las manifestaciones artísticas».
¿Qué vacío pretenden ustedes cubrir en la difusión de la cultura y las ciencias?
«Más que un vacío, pretendemos crear más espacios de visibilidad, formación, sinergia e interacción. Unos espacios donde la juventud también tenga cabida y pueda formarse en las ramas del conocimiento que más le interesen, visibilizando su sentir y su interpretación de las cosas, del proceso cultural y de la ciencia.
Además, queremos reunir a los distintos expertos y artistas de las Artes, el Cine, la Ciencia y la Tecnología, las Humanidades, las Ciencias Sociales y la Organización, entre otras ramas artísticas y científicas, a partir de las distintas actividades que se hagan y se propongan para establecer puntos de partida, de unión y de sinergias, donde la iniciativa cultural pueda surgir en el propio Ateneo para luchar contra los individualismos férreos que nos llevan al aislamiento y a la ausencia de comunicación».

¿Qué virtudes y qué defectos podría señalar usted en la política cultural de los cabildos, el Gobierno canario, el Gobierno estatal y los ayuntamientos? Puede particularizar en alguna institución concreta, si lo desea.
«Creo que hay un defecto que nos afecta a todos, no solo a las instituciones, que es el de una estructurada formación cultural. En ocasiones, si no fomentamos una educación que pueda generar sujetos activos culturales jóvenes, las actividades artísticas y científicas se vuelven inaccesibles. Pero eso sí, una virtud que poseen las instituciones es la iniciativa. Así que si se trabaja con voluntad para estructurar planes formativos y actividades contextualizadas con el fin de atraer a la ciudadanía hacia los programas culturales, podremos conseguir una política cultural más accesible y fresca, donde los jóvenes empiecen a coger rutina y asistan, según sus intereses, a las acciones culturales del Archipiélago canario».
Hay científicos y artistas absolutamente desconocidos para la mayoría de la sociedad a pesar de su gran aportación a la ciencia y a la cultura. ¿Qué habría que cambiar para evitar esa injusticia?
«Personalmente, el proceso de difusión de la información. Muchas veces creemos que llegamos a todos los públicos, pero no es así. Para hacer visible el proyecto, trayectoria y propuesta cultural y vital de un artista y un científico tenemos que adaptar la información al formato y a los ciudadanos.
Para trabajar una figura histórica o literaria, por ejemplo, tenemos que ponernos en la piel de quien nos escucha, así propondremos una oferta de formación puntual, mensual o semestral, adaptada, concretando los contenidos y las ideas que se quieren hacer llegar.
Desde el Ateneo de Las Palmas tendremos siempre en cuenta el público y el medio en el que tendrá lugar la actividad concreta que se presente, ya que entendemos la cultura como un engranaje en constante cambio que necesita ser comprendido y proyectado de formas distintas según a quienes esté dirigido, sin dejar de lado una posible adaptación a posteriori de las actividades para llegar a otro tipo de público».
¿La cultura y la ciencia están politizadas? ¿Y eso es bueno o es malo?
“Lo personal es político”, ya lo decía la activista y feminista Kate Millet. Todo es política. Esto implica que para trabajar la cultura y la ciencia, necesitas de estructuración y diálogo con las entidades participantes, es decir, tienes que llegar a consensos y eso, en parte, son acciones políticas. Creo que asumir la política como una posibilidad constructiva, y no como una verborrea vacía, puede formar constructivamente a la ciudadanía y nos puede enseñar a todos a realizar gestiones artísticas y científicas, según nuestro campo de trabajo, con la responsabilidad de escuchar, primero siempre escuchar, y después argumentar».
¿Cuáles son las condiciones para hacerse socio del Ateneo?
«En estos momentos, el Ateneo de Las Palmas tiene abierto un formulario de inscripción de participantes, denominado Hazte amigo/a del Ateneo, con el fin de conocer a todos los posibles futuros socios. Ahora mismo queremos que la gente conozca las líneas de trabajo del Ateneo para que pueda participar, proponer y recibir información de las secciones que le interesan.
A partir de ahí y durante el último trimestre del año, haremos una Asamblea general con los participantes, es decir, aquellas personas que se han inscrito al Ateneo, para informarles del proceso de asociación. ¡Invitamos a todos los posibles interesados en este proyecto para que puedan inscribirse y formar parte de esta gran red cultural».