VICENTE PÉREZ
Las fuertes rachas de viento alisio que azotan Canarias ha agravado este fin de semana un problema que ya existía en el entorno del vertedero de Arico: la dispersión de bolsas de plástico. Precisamente en una época en que los organismos oficiales, y los grupos ecologistas, han dado la voz de alarma por la amenaza mundial que representa para los ecosistemas este residuo, en el sur de Tenerife, concretamente en los límites entre Arico y Granadilla, lejos de aminorarse, va a peor.
El vuelo de miles de bolsas desde el eufemísticamente llamado complejo ambiental hacia el entorno, donde hay zonas de cultivo y parajes naturales, ha sido filmado y retratado por Juan Jesús González Afonso, portavoz del Foro canario contra la Incineración, quien ha puesto el dedo en la llaga del problema y este sábado, al comprobar el dantesco espectáculo, ha decidido abrir una recogida de firmas en Change.org pidiendo que el Cabildo cumpla con la normativa que permitiría evitar estas tormentas de plástico sobre los ecosistemas.
«Las bolsas de plástico, que hace muchos años debieron haberse prohibido directamente, hay que separarlas y embalarlas convenientemente para que en ningún caso se conviertan en volados. Y, en todo caso, existen muchos vertederos en España -y desde luego en Europa- donde todo el resto que va al vertedero ha sido previamente prensado y embalado con el objetivo de ocupar menos espacio y evitar espectáculos como el vivido en estos días en las inmediaciones del vertedero de Arico: nubes de volados en dirección a los barrancos incluso del municipio vecino de Granadilla», denuncia el Foro en su petición en Change.org.
Los volanderos residuos plásticos proceden de la celda de vertido del vertedero insular de Tenerife, y en los vídeos puede observarse cómo se acumulan al pie de la vegetación natural de la zona, pero otros continúan en al aire, como bandadas de aves funestas, en dirección nordeste suroeste, alejándose por una comarca donde hay espacios naturales protegidos.
Cierto que los vientos que soplan estos días son más fuertes de los habituales, y, de hecho, ha habido aviso amarillo este sábado de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) por rachas superiores a los 70 kilómetros por hora, pero la realidad es que en Arico la intensidad del alisio es la tónica general, y de hecho hasta allí se han ido numerosos parques eólicos en los últimos años, al ser de las mejores zonas de Canarias para aprovechar el impulso de Eolo para generar electricidad.
«No hay normativa que ampare estos volados masivos»
En todo caso, González Afonso asegura que este problema «no sólo no es inevitable, como falsamente nos quieren hacer creer, además es que no hay normativa alguna sobre gestión de vertederos que ampare las decenas de miles de volados que sigue generando el vertedero de Arico, fundamentalmente plásticos, en días de viento que por otra parte son los normales en el sureste de Tenerife».
Por todo ello, el Foro contra la Incineración vuelve a reclamar «por enésima vez «una solución a esta impacto medioambiental del vertedero y denuncia que «irresponsablemente el Cabildo mantiene paralizado desde el 2009 ¡una década ya! el Plan de Residuos (PTEOR) que podía habernos evitado las millonarias sanciones europeas que se nos vienen encima por incumplir los objetivos mínimos de reducción y de reciclaje de residuos, obligados por la legislación comunitaria».
Que los plásticos constituyen un grave problema medioambiental ya es algo asumido por todas las instituciones públicas. De hecho, el propio Cabildo, responsable de este vertedero, aparte del reciclaje, está promoviendo el consumo responsable de plásticos entre los escolares de la Isla, con un taller en el que se prevé participarán unos 1.200 niños y jóvenes procedentes de una veintena de centros educativos de la Isla.
En este mandato, la corporación insular, para dar ejemplo, tiene aprobado por unanimidad una propuesta de Podemos de sumar al Cabildo a la lucha contra el uso abusivo e innecesario de plástico. El acuerdo implica que la institución deje de usar botellas y vasos de plástico en todos sus edificios públicos, implementar un sistema de gestión ambiental certificado e incorporar en las líneas estratégicas de esta Administración públicas medidas como la que aplica la Comisión Europea tras la conferencia Océanos.