PLANETA CANARIO
La Delegación Territorial del Colegio de Geógrafos en Canarias ha divulgado un manifiesto a raíz del grave incendio forestal que comenzó el 15 de agosto en Tenerife para defender una gestión de los espacios naturales protegidos y del suelo rústico que armonice la protección de los valores naturales con actividades humanas como los aprovechamientos forestales y ganaderos extensivos.
El reciente incendio ha suscitado un interesante debate público sobre las causas de su complejidad y la dificultad para su extinción. Como señala el Colegio de Geógrafos en su escrito, «muchas voces señalaron la cantidad de combustible disponible en los espacios naturales protegidos como principal detonante de su voracidad, defendiendo la necesidad de una gestión alternativa para estos». «Como reacción, se alzaron los partidarios de una conservación a ultranza de los valores biológicos de estos espacios, considerándola incompatible con el uso de su territorio».
Pues bien, los geógrafos sostienen que este debate «se debe plantear en el conjunto de la sociedad y no olvidarse una vez pasada la emergencia».
Y el planteamiento de quienes suscriben el manifiesto es llevar a cabo una zonificación y régimen de usos de los planes y normas de ordenación de los espacios protegidos de mayor valor biológico y aprovechamientos forestales y ganaderos extensivos en los espacios susceptibles de soportarlos». «Así fue cómo nuestros antepasados campesinos ordenaron su territorio de una manera lógica y contribuyeron a la creación de paisajes de gran interés natural y cultural; esa ordenación permitió que la excepcionalidad biológica hoy defendida llegara a nuestros días».
Por otro lado, advierte el Colegio de Geógrafos, «la protección severa puede resultar en la paradoja de que un incendio violento haga desaparecer los endemismos que se quieren conservar»:
«¿Qué queremos? … bosques más limpios, conservación de elementos biológicos exclusivos, apoyo al sector primario, consumo de productos Km 0 … son algunos de los objetivos que se expresaron esos días; en algunos casos desde una visión parcial que los considera incompatibles», expone el manifiesto.
En la actualidad, para esta entidad colegial, «no estamos ante un problema de falta de medios de extinción ni de una respuesta lenta e ineficaz, es decir, no se va a resolver esta problemática con más medios»·contra incendios, ya que » se ha mejorado muchísimo en las últimas décadas en recursos y profesionalización».
Por tanto, el problema es de gestión inadecuada del territorio. Por ello, el manifiesto se decanta por «una reducción de combustible (biomasa) en los bosques y una fragmentación del paisaje que fundamentan la prevención frente a los fuegos rápidos y extensos», una gestión que también defienden estos expertos para las áreas de interfaz (es decir, las zonas en las que la masa forestal entra en contacto con zonas habitadas). Esto «en muchos casos dificultaría las pérdidas materiales y humanas, así como la afección por el fuego de los espacios protegidos colindantes».
En este sentido, ponen como ejemplo la experiencia Gran Canaria mosaico, «una magnífica iniciativa del Cabildo de Gran Canaria, que además de ser una estrategia importante de prevención frente al fuego, mantiene población en el medio rural y permite la subsistencia de oficios en extinción, como el del carbonero».
En cuanto a las consecuencias del incendio en el Parque Natural de la Corona Forestal, el Colegio de Geógrafos hace hincapié en que el fuego «no afectó homogéneamente» a las 12.273 hectáreas quemadas, según el sistema satelital Copérnicus, sino que se trata de un «puzzle de manchas de diferente grado de afección por las llamas, lo que indica que el bosque no está calcinado y que, además del pino, diversas especies florísticas y faunísticas tienen posibilidad de recuperación, aunque en diferente grado y en distintos tiempos».
«No vamos a insistir en el carácter pirófito y resiliente tras el fuego de la especie arbórea más afectada por el incendio, el pino canario (Pinus canariensis)», apunta el manifiesto.
Por ello, el escrito de los geógrafos viene a matizar las noticias pesimistas sobre el daño ecológico irreparable provocado por el incendio: «Aunque desde nuestra perspectiva humana y actual, su atrocidad, su comportamiento incontrolable y su cercanía a áreas pobladas han sido excepcionales, respecto al bosque quemado ha sido un incendio más de los miles que han ocurrido en el espacio insular a lo largo de su historia geológica. Es una perturbación, eso sí, en este caso provocada, que, aunque ofrezca ahora una imagen dantesca en muchos lugares, vivifica la dinámica del sistema natural y durante un tiempo aumentará el número y los tipos de seres vivos».
Por último, el Colegio de Geógrafos plantea «el deber como sociedad de poner todo lo que esté en nuestras manos para que, aunque no se pueda evitar la acción de los pirómanos, los incendios sean más fácilmente controlables, los habitantes no tengan que ser evacuados ni confinados, en la medida de lo posible, y el personal de extinción no tenga que volver a poner en riesgo sus vidas, sirviendo este escrito también como agradecimiento por su responsable y encomiable labor».
Además de este documento, otra de las gestiones del Colegio de Geógrafos ha sido el envío a los medios de comunicación de un listado de personas colegiadas dispuestas a participar en la transmisión de información del acontecimiento a la sociedad, quienes ya han aportado su experiencia y conocimiento sobre este incendio en Tenerife.
Vº. Bº.: Dr. José Juan Cano Delgado |
Presidente de la Delegación Territorial del Colegio de Geógrafos en Canarias. |
En San Cristóbal de La Laguna, a 31 de agosto de 2023.