PLANETA CANARIO
El Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco se reúne desde este martes y hasta el próximo 10 de julio en Bakú (Azerbaiyán) para decidir cuáles serán los nuevos bienes culturales que se inscriban en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco Entre las 37 candidaturas presentadas este año se incluye Risco Caído y el paisaje cultural de las montañas sagradas de Gran Canaria, que alberga una representación de manifestaciones culturales insulares únicas.
El Comité tomará la decisión previsiblemente el próximo 7 de julio en reunión plenaria, después de la defensa de la candidatura por la delegación española, formada por el embajador delegado permanente ante la Unesco, Juan Andrés Perelló, el director general de Bellas Artes, Román Fernández-Baca, y la subdirectora general de Protección del Patrimonio Histórico, Elisa de Cabo.
Fernández-Baca ha destacado la colaboración del Ministerio de Cultura y Deporte con la Comunidad Autónoma de Canarias que ha hecho posible la llegada de la candidatura al Comité de la UNESCO: “Esta semana culmina en Bakú un trabajo de más de dos años de coordinación y de esfuerzo conjunto para lograr el más alto reconocimiento a un paisaje cultural único como el de Risco Caído, que obtendrá ahora la repercusión mundial que merece”, indica en un comunicado de la Delegación del Gobierno en Canarias.
Una lista de 1.092 bienes en todo el mundo, 47 españoles
España es, con 47 bienes declarados, el tercer país con mayor representación en esta lista, que incluye 1.092 sitios de “valor universal excepcional” ubicados en 167 Estados. Este año se presentan un total de 37 candidaturas para su posible inscripción. De ellas, 6 son bienes de tipo natural, 30 son de carácter cultural y 2 de naturaleza mixta (con valores naturales y culturales simultáneamente).
Desde 2017 España es miembro del Comité de Patrimonio Mundial, integrado por 21 países elegidos por los 193 Estados Parte que han ratificado la Convención de la UNESCO para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural (París, 1972). España ya ha formado parte de él en dos ocasiones anteriores, de 1991 a 1997 y de 2005 a 2009.
Este comité es el órgano responsable de decidir qué nuevos sitios reúnen las características para ser inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial, sobre la base de las propuestas formuladas por los Estados Parte. Además, debe examinar los informes de estado de conservación de los sitios ya inscritos y solicitar a los países, si es necesario, que adopten las medidas de protección necesarias para la adecuada conservación de los sitios.
Un poblado y santuario de los antiguos canarios
En la margen izquierda del curso bajo de Barranco Hondo, a unos 100 metros de altura con respecto al cauce, se encuentra el antiguo poblado troglodita de Risco Caído, en un entorno muy rico en vestigios paleontológicos.
El asentamiento está formado por un total de 21 cuevas excavadas en la toba volcánica situadas en lo alto de un escarpado acantilado que forma un saliente sobre la margen izquierda de Barranco Hondo, entre los barranquillos del Parral y el de Los Linderos. Conocido también como Risco Maldito, este antiguo poblado se encuentra abandonado desde mediados del siglo XX, una muestra más de la pervivencia en tiempos recientes de formas de vidas de herencia prehispánica.
En el conjunto sobresalen por su importancia astronómica, ceremonial y simbólica las cuevas denominadas C6 y C7, situadas al norte del poblado, probablemente las más antiguas, y que acogen lo que fue uno de los más importantes santuarios de montaña de los antiguos canarios. Todas las cuevas están dotadas de gran profusión de grabados púbicos, cazoletas y bajorrelieves.
La cueva C6, conocida como almogarén o santuario de Risco Caído, es un recinto excavado de planta circular y cúpula paraboloide, muy poco frecuente en este tipo de construcciones en la isla.
Además de su especial arquitectura, lo más significativo es que esta cueva dispone de un ingenio óptico o canal de luz excavado que proyecta la luz del sol o la luna llena en una de las paredes de la cámara principal, donde se encuentran precisamente las manifestaciones rupestres en forma de cazoletas y triángulos púbicos y grabados en bajo relieve.
Se trata de una manifestación única que muestra un lenguaje visual insólito para estas culturas, una hierofanía consistente en la proyección dinámica de la luz solar que penetra por la abertura, específicamente diseñada para tal fin, creando una sorprendente secuencia de imágenes que se proyectan sobre parte de los grabados. Se recrea de tal suerte un relato con imágenes visuales en movimiento que se repite desde tiempo inmemorial, cuyo discurso tendría funcionalidad simbólica y astronómica. De hecho, la cueva C6 constituye un marcador solsticial y equinoccial extremadamente complejo y singular en su concepción construcción.