NOÉ RAMON
La semana pasada La Laguna fue el escenario en el que se desarrolló una experiencia hasta ahora inédita que reunió a una veintena de creadores canarios de cómics entorno a la figura del prestigioso artista belga, Etienne Schréder. Las historias giran entorno al Patrimonio lagunero y serán luego publicadas en la reputada revista Kronikas.
En principio a la mayoría de los participantes les ha atraído como inspiración principal los verodes que crecen en los tejados laguneros. La satisfacción parece haber sido la conclusión final entre los participantes.
En el taller se contó con también la experta cubana, Lysbeth Daumont, que será la encargada ahora de supervisar el resultado final del trabajo. Schréder tiene un gran reconocimiento en el cómic, considerado como el noveno arte, al que llegó a los cuarenta años después de una etapa oscura marcada por el abuso del alcohol.
El cómic no lo salvó pero una vez rehabilitado sí despertó una pasión que habían mantenido latente hasta los veinticinco años. De hecho, asegura que de niño antes de ir a la escuela aprendió a leer gracias a las historietas de Tintín.
-Una vez que ha concluido este taller ¿qué conclusión final saca del mismo?
-Ha estado muy bien: ha habido muchos participantes, alrededor de una veintena, algunos de los cuales están empezando y otros tienen más recorrido, más experiencia. Todos mostraron mucha atención, pasión e interés. Para mí ha quedado claro que en Canarias hay un gran potencial. Ya conocía que en España había buenos profesionales de gran calidad, algunos de los dibujantes trabajan para editoras francófonas, pero ésta es la primera vez que vengo a Canarias y veo que su trabajo es diferente al de los autores españoles que conocía.
–¿En qué sentido diría que son diferentes?
-Es quizás consecuencia de la condición y particularidades que implica vivir en unas islas. Existe un gran vínculo con Europa continental y, al mismo tiempo, una identidad particular que no puedo definir en pocos días pero que es algo positivo: se siente que estamos España, pero de cierta manera estamos como en otro mundo. Hay un mezcla de influencias, incluso de Bélgica. Allí también tuvo lugar una fusión de culturas, y por eso me he identificado tanto con esta tierra y con sus creadores. No nos olvidemos de que Bélgica perteneció a España y que en la actualidad hay muchos visitantes belgas en el Archipiélago.
-En la Isla de La Palma reside de forma permanente otro importante dibujante, Griffo, al que también le llamó la atención esa relación entre su país y esta Isla, donde hay múltiples obras de arte de origen flamenco.
-Artísticamente hay una gran similitud, hay puntos comunes. Pero también existió un intercambio económico importante, lo que explica la presencia de pinturas flamencas en las Islas.
–¿Finalmente han conseguido material que necesitaban para editar el número especial de Kronikas?
-Sí, hay bastantes participantes, no sólo en cantidad, sino también en calidad. Ahora habrá que hacer una selección porque el número de páginas de la revista es limitado.
–¿Puede adelantar algo del contenido del próximo número de Kronikas dedicado a La Laguna?
-Veo que les gusta mucho el género fantástico, y eso puede tener una explicación en la geografía volcánica de la Isla, que genera un punto fantástico, misterioso e incluso un poco inquietante. Los autores buscan lo fantástico en el patrimonio cotidiano, aunque también en el histórico. Pero en definitiva se ve una intención de reafirmación de la identidad canaria y tinerfeña. Decidimos que un posible sub-título podría ser Verodes en el tejado. Es una referencia clarísima al patrimonio lagunero, porque estas plantas crecen sobre las casas más antiguas y se han convertido en un signo de la edad de estos edificios. Me gusta mucho el título porque lo escogimos entre todos y es una metáfora muy rica para hablar de la unión del patrimonio natural y el arquitectónico, pero también de otra serie de significados.
–¿Qué conclusión sacó sobre la riqueza patrimonial de La Laguna?
-Vemos cómo llegó desde España, aunque también percibo un clara una influencia portuguesa, y luego está la naturaleza de La Laguna que resiste en ese entorno. Por eso el mundo de los verodes me parece una temática muy bella porque se puede interpretar con respecto a tu propia sensibilidad. En Bruselas si las plantas crecen en los tejados, nosotros las arrancamos enseguida porque puede dañar la estructura del techo. Sin embargo, aquí dicen que protege a las casas y que los verodes pueden tener propiedades medicinales.
-Cierto, en realidad en La Laguna se conservan a los Verodes en vez de arrancarlos.
-Sí, lo que ocurre es que al principio lo que piensas es que va a ser algo dañino, pero aquí forma parte de un símbolo de identidad, y en el taller algunos les atribuían hasta un significado tan místico que llegaban a decir que para ellos era el alma de los guanches. Es una imagen que tiene muchas interpretaciones, y es lógico porque hablamos del género fantástico.
-No será por lo tanto extraño entonces que haya percibido usted que en Canarias existe mucha relación con las tradiciones antiguas.
-A pesar de la modernidad, hay muchas cosas que se han mantenido y conservado de estos elementos identitarios que vienen de los antepasados. No estoy seguro de que en Europa continental sea igual. Sé que en muchas partes del norte de Europa o Sudamérica han sobrevivido múltiples ritos, pero la presencia de los ancestros es mucho más fuerte en las islas. Ocurre lo mismo en el norte de Inglaterra, en Irlanda o en la Bretaña francesa. En Cuba vemos aún los rituales afrocubanos, la filosofía, y la espiritualidad antigua. No es lo mismo, pero hay muchas similitudes. Allí, los autores proponen historias ligadas a los rituales afrocubanos, a los orígenes de la espiritualidad. Pero la verdad es que cuando hace años llegué a Cuba no me lo esperaba, yo creía que era un país laico y totalmente materialista, pero detrás de todo eso hay muchos rituales y espiritualidad. No me lo esperaba en Cuba, pero tampoco en España.
-Entonces le habrá parecido interesante el mundo de los guanches.
-Sí, pregunté mucho por su origen y me contaron que se sitúa en el norte de África… aunque sé que no está todo muy claro ni confirmado.
–¿En La Laguna qué edificio le resultó más interesante y más inspirador?
-Pues sobre todo me interesó la arquitectura colonial en general. No es exactamente igual que en Cuba o en Portugal, pero hay muchas similitudes. No tuve la sensación de ver algo totalmente nuevo, sino de que ya lo había conocido en otros contextos. Pero lo que me llamó la atención y, está plenamente arraigado en mi imaginario, es el tema de los viajes al Nuevo Mundo, el descubrimiento de América en el que las Islas tuvieron un papel fundamental.
-Al parecer también le ha resultado interesante la relación de las Islas con el espacio y la astronomía…
-Sí, estuve en el Museo de la Ciencia y me dijeron que en algunas Islas hay observatorios, y que en ellas se evita la contaminación luminosa para no entorpecer sus estudios. Entonces me resulta curioso que Canarias haya sido el punto de partida hacia el Nuevo Mundo, pero a la vez muestre ese interés en todo lo que tiene que ver con el Universo. Es como una vocación que existe en las Islas de convertirse en una puerta hacia lo desconocido.
-Tal vez sea consecuencia de las limitaciones que impone la insularidad y la necesidad de superar esas fronteras.
-Sí, está claro que la insularidad supone una especie de encierro, casi de condena.
-Creo que también le ha llamado la atención lo relacionado con los volcanes, la destrucción que implican, pero también la oportunidad de ser un nuevo comienzo.
-Sí, existe todo ese simbolismo ligado a las islas de origen volcánico. El efecto se multiplica aquí porque son resultado de erupciones volcánicas. Para mí las primeras impresiones son importantes, por eso si no me hubiera gustado estar aquí me habría marchado rápidamente.
-En cuanto a la edición de Kronikas. ¿Cuáles son los planes y el calendario que se han marcado?
-Vamos a seguir trabajando con los autores, intercambiando por vía digital sus ideas, dudas y la intención es que salga a principios de septiembre, en el marco del festival de cómic de Bruselas, y la editorial Maison Autrique nos apoya aunque en realidad el coste de la publicación recaerá en la Fundación Cine+Cómics, y por ello la presentaremos también en la próxima edición del Salón de Tenerife a finales de año. Queremos darla a conocer en todos los lugares en los que sea posible.
–¿Qué efecto suelen tener estas publicaciones en los lectores? ¿Los hace concienciarse más sobre el patrimonio y la necesidad de preservarlo? ¿Descubren cómo puede ser fuente inagotable de inspiración?
-La primera intención del proyecto es sensibilizar y atraer a los artistas de cómic al tema, de manera que ellos puedan abordarlo con un enfoque que pueda aportarles a su propio trabajo creativo. De este modo, ellos toman conciencia de que en el patrimonio hay un gran caudal de historias que pueden ser traducidas a la ficción, pero que solo a través del proceso de documentación sobre el hecho histórico, el personaje o el edificio que se tome como punto de partida (en archivos, in situ o a través de la consulta a especialistas) se podrá enriquecer el guion y la calidad de las imágenes finales.
En el taller se planteó la necesidad de avanzar en ese sentido, los artistas no tiene porqué conocer todas las cuestiones específicas de cada elemento patrimonial, sino que más bien el reto es irlo descubriendo, sobre cómo presentarlo de una manera más atractiva para el lector. Cuando los autores trabajan de esta forma, pueden compartir su propio conocimiento adquirido y experiencia personal del patrimonio, con lo cual todos estos valores acaban llegando al público de una manera más genuina.
Y luego están los consumidores de Kronikas, entre los que hay muchos artistas, que descubrirán esta manera de crear cómics, o los lectores con los que hemos tenido contacto en los festivales de Argelia, Cuba o Bruselas. Ahí descubres que aunque no publicamos historietas didácticas que estén dirigidas específicamente a los niños, hemos visto familias y personas de todas las edades que al ver la temática compran la revista pero el efecto sólo el tiempo lo dirá. Este año editamos el séptimo número de la revista, que vendrá después del dedicado a La Laguna, presentado como un número especial.
-Lo digo porque el alcalde, Luis Yeray Rodríguez, dijo durante la presentación de la iniciativa que se enmarcaba en los objetivos que se han marcado para concienciar sobre la importancia del patrimonio lagunero y la necesidad de conservarlo.
-Efectivamente, la forma de conseguir esos fines no es tan explícita como puede ser una campaña publicitaria o una conferencia de especialista, o incluso a través del cómic de carácter pedagógico que he visto que han hecho algunos museos, precisamente de La Laguna. Kronikas, es una manera diferente de abordar esta cuestión. Nos centramos en la reinterpretación que los artistas ofrecen sobre esos valores arquitectónicos o patrimoniales. Se trata de transmitir el mensaje de forma más subliminal. Insistimos en que el trabajo sea lo más honesto posible, que el tema abordado por los autores tenga una relación directa con ellos. Esa es una de las particularidades, la otra es que tiene una difusión de carácter internacional a través de un género artístico en formato impreso, lo que permite llegar a un público más amplio.
-Pero al final supongo que el proyecto sí viene a coincidir con los que anunció el alcalde y de ahí el apoyo ofrecido desde un primer momento por La Laguna.
-Las apariciones anuales de Kronikas han sido apoyadas por la Región de Bruselas-Capital, que ha apoyado el proyecto desde 2017. Para esta publicación particular que se está gestando en el seno del Ayuntamiento de La Laguna, es la Fundación Cine+Cómics quien se encargará de la producción y la financiación del producto editorial. En el caso de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad, el objetivo es darla a conocer en el ámbito internacional a través del cómic, que es un lenguaje más accesible a un público vasto.
-Espero que se consiga trasladar una imagen diferente de las Islas.
-Esa es también la intención porque la imagen que tenemos en Bruselas y en casi toda Europa continental, es la de un lugar a donde sólo se viene de vacaciones por sus playas y buen tiempo. Yo, por ejemplo, era la primera vez que había oído hablar de La Laguna y cuando me dijeron que podía venir a Tenerife, pensé que iba a pasarme el día en la playa.
-No se sabe entonces demasiado en Europa que Aguere sea Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
-Yo no lo sabía. No es la imagen que tenía y eso que conozco bastante bien el listado del Patrimonio Histórico de la Unesco, que es enorme, y sin embargo no sabía que La Laguna estaba escrito en la misma.
-Comenzaron a editar Kronikas en 2017
-Efectivamente, hemos hecho siete ediciones oficiales y luego dos especiales, entre las cuales estará La Laguna. La anterior fue dedicada a los trenes, porque hicimos una colaboración con el museo del tren de Bruselas y el de La Habana con participantes de ambos enclaves.
–¿Creo que también apoyarán financieramente a los creadores?
-Uno de nuestros principios es apoyar a los artistas. Por eso hemos estipulado un precio por los derechos de reproducción de los cómics. Haremos una selección y quienes sean elegidos recibirán una compensación económica.
-Ha llamado mucho la atención que esta experiencia haya sido inédita hasta ahora en Canarias.
-Sí, nos lo decían. Que era la primera vez que se reunían artistas con más experiencias con otros están empezando, y además que se cuente con la presencia de un autor extranjero.
-Me llamó la atención que en la primera jornada dijera que no había comenzado a tomar contacto con este mundo hasta los cuarenta años ¿A qué se había dedicado con anterioridad y cómo surgió esta estrecha relación con el cómic?
-Tengo dos vidas, la de antes de hacer cómics y la de ahora. Estudié primero Derecho y luego hubo una caída libre en el alcohol hasta que comencé en un taller de historieta a los 35 años.
–¿Entonces fue el cómic el que le salvó?
-No, primero hubo un proceso de desintoxicación y luego después de trabajar, por las noches, me puse a estudiar dibujo. La primera oportunidad que tuve de hacer un álbum fue sobre la ciudad universitaria de Coimbra, en Portugal.
-Pero supongo que habría un gran interés previo por este mundo.
-En Bélgica tenemos una gran tradición. Yo aprendí a leer con Tintín antes de ir a la escuela y eso nunca se detuvo hasta los 25 años. Siempre leía todo lo que caía en mis manos. Luego vino este período de apagón completo y a los 35 años cuando conseguí estar sobrio obtuve un trabajo, pero por la tarde iba al curso de dibujo y así fue cómo retomé aquella afición anterior que tenía un tanto olvidada. Esos cursos son muy habituales en Bruselas y me inscribí porque era gratis.
-Usted es a la vez guionista y dibujante, lo que no siempre es habitual.
-Sí, en ese curso nos enseñaron las dos cosas. En el segundo año ya edité un libro colectivo con mis colegas del taller y en un momento determinado tuve la oportunidad de cambiar de trabajo por otro donde necesitaban un especialista dibujante de arquitectura, lo que se me da fácilmente.
–¿Cuál considera que es su creación principal y de la que está más orgulloso?
-Pues de precisamente la de Amargas Estaciones, que es una autobiografía en la que hablo de este periodo de alcoholismo. Antes hay una decena publicaciones ya agotadas y luego después empecé a colaborar con la serie de Blake & Mortimer, que me permite ganarme la vida. Así puedo vivir y llevar a cabo otros proyectos de creación personal o de enseñanza de la historieta, como los talleres de Kronikas en La Habana, y ahora en La Laguna.