VICENTE PÉREZ
El volcán de La Palma lleva desde las 21 horas del pasado lunes 13 de diciembre sin tremor, es decir, no hay movimiento de nuevo magma. O, dicho de otro modo, los sismógrafos ya no registran la vibración constante característica de una erupción volcánica, indicador del movimiento ascendente de magma, gases, cenizas y vapor de agua a través de las fisuras superficiales. El tremor está en niveles de antes de la erupción, que comenzó el 19 de septiembre, hace 87 días.
Pero a este hecho se une ahora la novedad que en la mañana de este miércoles 15 ha adelantado en un tuit el Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN): la tasa de emisión de dióxido de azufre (SO2) registrada este martes sobre el volcán de Cumbre Vieja fue «extramadamente baja», es decir, menos de 5 toneladas en un día.
Esta es una de las noticias más esperadas, pues el Comité Científico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (PEVOLCA) no ha parado de decir que este parámetro, la emisión de SO2, tenía que bajar a estos niveles para empezar a vislumbrar el final de la erupción, aunque es una tendencia que debe mantenerse en el tiempo, como es lógico.
La cámara térmica, en un vuelo de dron este miércoles por la mañana, muestra aún zonas calientes, aunque a niveles inferiores que lo habitual, en las zonas que recibieron los últimos aportes de lava importantes, por lo que habrá que esperar a las conclusiones del Comité Científico del PEVOLCA en el sentido de si se trata de calor ya residual, sin salida de nueva roca fundida:
Todavía ningún científico de los que forman parte del PEVOLCA quiere echar las campanas al vuelo, ni siquiera INVOLCAN, que no acompaña a esta información en Twitter de ningún comentario adicional.
Leve desgasificacion en el cono, desde la zona de Cabeza de Vaca a las 10.20 hora canaria / Slight degassing in the cone, from the Cabeza de Vaca area at 10.20 am Canarian time pic.twitter.com/u80vBm01HF
— INVOLCAN (@involcan) December 15, 2021
Pero INVOLCAN así como los expertos del Instituto Geológico Nacional (IGN) Itahiza Domínguez y Ruben López sí ha destacado la larga duración ya de esta parón del tremor volcánico.
Poco antes del amanecer de este miércoles, López mostraba en Twitter una imagen desde Los Llanos, mirando hacia la zona de la erupción, totalmente oscura, después de tres meses en que la incandescencia de la roca fundida y su resplandor en las nubes se habían convertido en diabólicas señales cotidianas de la erupción. «Buenos días desde un Valle de Aridane profundamente tranquilo, sin ningún observable eruptivo: ni lavas, ni piroclastos ni terremotos reseñables lo cual es una excelente noticia», comentaba en un tuit este científico del IGN.
La sismicidad continúa, pero muy baja, 14 terremotos este miércoles hasta las 10:40 horas, momento de elaborar esta información, la mayoría inferiores a magnitud 2 y entre 8 y 11 kilómetros de profundidad; dos a 39 y 36 km, de 2.5 y 2.4, respectivamente, y otros a profundidades someras: 3, 2 y 1 km., un parámetro que el Comité Científico deberá evaluar, pues algunos sismos pueden obedecer a reajustes del subsuelo por el vaciado ya de magma, sin que de momento haya signos de ninguna nueva intrusión magmática.
Los gases procedentes del magma circulan por el sistema de fracturas, interaccionando con los distintos acuíferos y saliendo a la superficie en forma de fumarolas o de fuentes termales. El SO2 y el CO2 se consideran los componentes más significativos de la presencia de magma.
Fotografía realizada desde dron de la zona alta del edificio volcánico a las 10.30 hora canaria / Photograph taken from a drone of the upper area of the volcanic edifice at 10.30 am Canarian time pic.twitter.com/RSqNBex2aQ
— INVOLCAN (@involcan) December 15, 2021
Según explica el IGN en su web, el magma contiene gases disueltos con una proporción en peso que puede llegar al 5%; en algunos casos puede incorporar agua procedente del mar o de acuíferos, que se traduce en un incremento delgas disponible. Los componentes principales del gas volcánico son:agua (H2O, casi el 80% del total), dióxido de carbono (CO2), anhídridosulfuroso (SO2), y ácido sulfhídrico (H2S) y ya en mucha menor proporción hidrógeno (H2 ), cloro (Cl), flúor (F), etc.
Un equipo de INVOLCAN se encuentra monitorizando la emisión de gases en el entorno del edificio volcánico principal / An INVOLCAN team is monitoring the emission of gases in the surroundings of the main volcanic edifice pic.twitter.com/S5uf6HGODs
— INVOLCAN (@involcan) December 14, 2021
Para obtener información completa sobre la composición del gas volcánico, expone el IGN, la única forma consiste en realizar un muestreo directo de las fumarolas, analizándose posteriormente en el laboratorio mediante las técnicas químicas habituales. Esto se debe, fundamentalmente, a que los gases se disipan rápidamente y son fácilmente contaminables, además de salir a elevada temperatura y ser corrosivos, imposibilitando con ello la instalación de sensores de forma permanente.
No obstante, se han desarrollado instrumentos que permiten medir gases concretos (CO2 y SO2 ) a distancia de forma automatizada y que son especialmente útiles en las fases de reposo o preeruptiva. Otra técnica consiste en analizar los gases disueltos en las aguas procedentes del volcán, tanto superficiales como de acuíferos