CARLOS SUÁREZ
Mucho, muchísimo, se está hablando esos días del coronavirus (también conocido como COVID-19) Bueno, del coronavirus, y de como muchas empresas, principalmente las que se lo pueden permitir, están enviando a sus empleados a trabajar desde casa, también conocido en España como teletrabajar.
Aunque este termino no es nuevo, sí que se enfrenta a una clara realidad, solo el 4.3% de los españoles que trabajan lo hacen de forma remota, frente al 5.1% de la media de la Unión Europea (fuente: Eurostat)
Pero los datos de este panorama sobre el trabajo remoto, o sobre trabajar a distancia, no sólo son malos en nuestro país, si comparamos economías punteras europeas como: Austria (10%), Finlandia (13,5%) o Países Bajos (15%), podemos observar que están muy lejos del 47% que representa el teletrabajo en Estados Unidos.
Aún así, lo mas importante de todo esto es ver la parte positiva, y la parte negativa, que pueden venir en esta pequeña ventana de oportunidad que representa el coronavirus para la implantación del trabajo remoto en las empresas españolas.
La parte positiva
Los españoles somos mucho de tirar de refranero, en este caso, hay una frase que viene muy al uso: Nunca hay mal que por bien no venga, 1ue al final nos viene a transmitir que de todas las situaciones, por malas que parezcan, se pueden sacar cosas positivas.
En el caso de una pandemia, declarada como tal por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como el coronavirus, esta oportunidad viene en forma de teletrabajo.
Gobiernos alrededor de todo el mundo están cancelando vuelos con países que presentan contagios entre sus ciudadanos, paralizando eventos deportivos de forma masiva, cancelando eventos y actos festivos, y recomendando a la población que, en la medida de los posible, trabajen desde casa
La propia comisión de la Unión Europea comenzó a hacer sesiones por videoconferencia, para evitar posibles contagios entre los eurodiputados.
En el sentido estrictamente empresarial, el COVID-19 puede suponer un oportunidad para darle una oportunidad al trabajo remoto, analizar las posibilidades que le da a nuestros empleados la mayor flexibilidad del mismo (así como una mejor garantía de conciliación familiar) y, sobre todo, servir como un test de estrés para comprobar el margen de mejora y de transformación digital que tienen las estructuras empresariales.
Lo que queda claro, es que ya sea por imposición o por sentido común, vamos a tener que cerrar o trabajar en remoto (todos aquellas empresas que puedan gestionar sus trabajos de forma remota, por supuesto). En este sentido, tenemos dos caminos claros: aprovechar la oportunidad que se nos ha puesto en bandeja, o dejar pasar esta oportunidad por miedo o ineficiencia de nuestro sistema productivo.
La parte negativa
Todas las monedas tienen dos caras, da igual que sean iguales, siempre son dos, y en este caso, no iba a ser diferente.
La oportunidad que se presenta ahora mismo con el teletrabajo se puede ir por la borda si las empresas no son capaces de desarrollar esta estrategia de forma correcta y coherente.
Tal y como expuse en un post reciente: Trabajo remoto y coronavirus, ¡qué combinación!
Al margen de que el coronavirus puede suponer, dentro de todo lo malo que está suponiendo, una gran oportunidad para aplicar el trabajo remoto en nuestro sistema empresarial, están surgiendo algunas voces o debates que aportan que si este sistema de trabajo no se aplica de forma correcta, puede suponer un efecto rebote que lo posicione en mal lugar.
Lo cierto es que todo test desemboca en resultados, positivos o negativos, y lo más probable es que si aplicamos una mala estrategia de trabajo remoto, sin un debido asesoramiento, el resultado termine siendo negativo. Si el resultado es negativo, se puede generar un efecto rebote que origine que las empresas no vean la implantación del trabajo remoto con buenos ojos en los próximos meses, e incluso años.
Por este motivo, resulta esencialdocumentarse, formarse o contar con el asesoramiento de expertos en la materia (y ¡ojo!, cuidado con los gurús de última hora), que nos ayuden a desarrollar este proceso de una forma eficiente, flexible y progresiva.
Todo dependerá de como se gestione
Al final, cuando mezclas el negro con el blanco, ya sabes lo que pasa, y probablemente, eso será lo que pasará.
Bajo mi punto de vista (y esto es una opinión profesional) creo que los resultados, y todo lo que se hable acerca del trabajo remoto, dependerá en buena medida de algunos de los resultados que surjan durante este periodo.
Sin lugar a dudas, todos los profesionales que llevamos abogando por la implantación de este sistema de trabajo desde hace años, estamos ante un horizonte nuevo, con una gran oportunidad de aportar y, sobre todo, de abrir nuevos caminos a todas aquellas empresas y profesionales independientes que quieran hacer un esfuerzo ahora, para obtener mayores beneficios a medio y largo plazo.