PLANETA CANARIO
El día de San Juan, en el solsticio del verano, marca una fecha en el calendario cargada de tradiciones en las que se trata de conjurar los males y atraer los bienes con rituales de diverso tipo.
En el caso de Puerto de la Cruz, se mantiene vivo el llamado Baño de las Cabras, que se lleva a cabo en la playa portuense junto al muelle histórico, tradición de origen guanche cuyo significado es favorecer la purificación y limpieza del ganado y aumentar así su fertilidad, ya que, con sus productos lácteos y su carne, eran el sustento de la población.
Este ritual había decaído con el cambio social y económico que se produjo tras la llegada del turismo de masas, pero en las últimas décadas del siglo XX se recuperó, impulsadaopor el Colectivo Cultural Taoro.
El siguiente vídeo, de la Agencia Noticia, muestra algunos momentos de esta tradición este año:
Posteriormente el gran valedor de este ritual fue el poeta Eustaquio Dorta Díaz, más conocido como Chucho Dorta o Benahua, hasta su fallecimiento.
En el Baño de las Cabras participan rebaños y pastores de la comarca y suele ser seguido por un público multitudinario, incluyendo muchos turistas, aunque la pandemia ha hecho que este año no sea así.
Un colectivo animalista pide evitar las ahogaduras a las cabras
Desde la Red Canaria Animalista contra el Maltrato Animal, su coordinador, Abel Amid, manifiesta que, si bien se trata de un tradición en la que no existe una motivación consciente de maltratar a los animales, sino de propiciar que estén sanos, sí que hay un aspecto que los pastores deberían evitar, como es el realizar ahogaduras bruscas a la fuerza a las cabras, lo cual podría sustituirse por echarle el agua sobre la cabeza sin necesidad de zambullirlas.
Amid valora de esta tradición su dimensión espiritual y el reconocimiento que se hace de la importancia histórica de las cabras para la superviviencia humana en Canarias, frente a quienes quieren mataras a tiros cuando se asilvestran en espacios naturales para no dañar la flora autóctona o quienes cazan solo por fines deportivos animales, pero insiste en que deben evitarse esas ahogaduras porque causan un sufrimiento innecesario en los animales.
«Nada tiene de extraño realizar cambios en algunas tradiciones cuando se trata de adecuarlas a la evolución moral de la sociedad», concluye el representante animalista.