RUBÉN EXPÓSITO
Wismichu, el famoso y controvertido youtuber sembró el caos en el pasado Festival de Sitges con su especie de película Bocadillo , anunciada como un filme “con toques autobiográficos” que combinaba todos los géneros posibles. En realidad, no se trataba de un largometraje clásico por definición, se trataba de un bucle cojonero de pocos segundos que de manera interminable mostraba a un tipo pidiendo en una barra un bocadillo y un camarero ofreciéndoselo con atún o con pollo. Así hasta que te levantaras del asiento y miraras hacia atrás pensando que era un problema técnico. Cuando la gente mas inocente se enteraba que esto no era un fallo de emisión, por el contrario, era la obra de un youtuber del siglo XXI, se quedaba atónita ( y con ganas de pegarle probablemente)
El famoso youtuber, con más de ocho millones de seguidores, promocionó la cinta a través de un tráiler, notas de prensa y entrevistas, especialmente la que realizó en el programa La Resistencia de Movistar + donde su presentador David Broncano no sabía por dónde tomarse la enésima excentricidad de este muchacho, especialmente cuando sin venir a cuento le cogió una taza que tenía en su mesa, la rompió contra el suelo y se fue corriendo.
La historia sobre el origen y las consecuencias de Bocadillo se cuenta ahora en un demencial pero hipnótico documental dirigido por Carlo Padial que pone al descubierto las proezas y miserias del mundo youtuber, pero también las del universo del cine y, sobre todo, las de internet y los internautas, que son capaces de colarse por las rendijas del sistema para boicotear cualquier evento. La cinta, titulada Vosotros sois mi película , se ha presentado este pasado sábado en el Festival de Málaga.
En el documental, Wismichu aparece arrepentido y horrorizado cuando llega el momento de la proyección en el Festival de Sitges y se hace responsable de sus actos. En resumen, nadie sabe cómo acabará esta historia de las nuevas generaciones jugando con las antiguas a renovar géneros. Creo que son como niños que juegan a cosas de mayores, aunque tengas en este caso a un niño que ya tiene 25 años.