PLANETA CANARIO / FOTOS: MIGUEL RODRÍGUEZ
La tradición vinculada al nacimiento de Jesús es universal pero al mismo tiempo cada cultura, cada país, le ha dado su propio sello característico. Y los artistas y artesanos han representado de múltiples maneras y con múltiples materiales y técnicas la escena de la familia sagrada y los animales en el pesebre.
Una muestra de esta multicultural creatividad en torno a esta tradición cristiana se encuentra expuesta estas navidades en el Real Club Náutico de Tenerife, en la capital tinerfeña. Con el título Belenes del mundo, la exposición se compone de 70 belenes de las más diferentes procedencias.
María Mercedes Rodríguez Sanz, de origen extremeña, hija de padre canario y afincada en Tenerife desde 1970, falleció en 2019, y durante cuatro décadas logró reunir una colección de 350 belenes de América, África, Asia y Europa, realizados en madera, barro, cristal, piedra, tela, vegetales y otro insospechados materiales.
Su familia custodia este hermoso patrimonio belenístico y lo continúa mostrando al público, de modo que puede visitarse en el Real Club Náutico de 8 a 23 horas, durante toda la semana.
María Mercedes inició su colección a finales de los años ochenta del siglo pasado con un belén mexicano que le regalaron.
Desde aquel primer nacimiento, hasta el ultimo que llegó a sus manos, un ejemplar de Kenya, perteneciente a la tribu Kisu y elaborado en feldespato, buscó siempre nuevos belenes, en viajes, a través de encargos a los amigos, regalos y a veces gestiones complejas para conseguir estas piezas en países lejanos.
Según su origen, las figuras y la escenificación del nacimiento, toman formas y concepciones diferentes y así, en un belén sudafricano, los Reyes Magos se convierten tres guerreros de tres diferentes tribus de aquel país, o en otro del taller Tagumerche de Tenerife, la Virgen está hilando y san José tocando el timple.
En un nacimiento hindú, los tradicionales mula y buey son sustituidos por una vaca y un elefante, o en otro francés, la Virgen está dormida junto al Niño.
Cada año, la casa de Mercedes se convertía en un improvisado salón de exposiciones en el que exhibía su colección llenando vitrinas, estanterías, repisas, librerías, paredes, mesas y cualquier rincón donde pudiera colocarse uno de sus belenes.
El Museo de la Historia de Tenerife, el Palacio Lercaro o la sede de Cajacanarias, expusieron en Navidad selecciones de sus belenes y en 1998, con el título de Tiempos de Belén, el referido club náutico acogió una exposición formada por 54 o ejemplares.
El éxito y la acogida que tuvo aquella exposición, hicieron que la directiva de entonces le solicitara repetirla en las Navidades siguientes, de tal modo que en 1999, otros 82 ejemplares vinieron a sustituir por unas semanas a los barcos en las vitrinas esta entidad.
Y este año son 70 los belenes que se exponen, en homenaje a quien dedicó muchos años, esfuerzos y cariño a reunir esta colección.

En la selección realizada por su familia para esta ocasión, ha procurado elegir una representación amplia de países, materiales y estilos que es sumamente atractiva por su variedad, diversidad, originalidad, diseño y elaboración.
Visitar esta exposición supone contemplar la ternura, el arte, la imaginación, el sello personal que cada artesano ha puesto en sus creaciones, según destaca el Real Club Náutico en el texto que acompaña esta muestra.
Terracota, gres, madera, alabastro, mármol, piedra, cerámica, hojalata, paja, papel, cristal, plata, tela, lanas,… han servido a sus a menudo anónimos creadores como materia prima para la elaboración de estas pequeñas obras de arte que, llenas de ternura, originalidad y devoción, representan un hecho acaecido hace, pronto, 2022 años.