RUBÉN EXPÓSITO
Han pasado 500 años desde su muerte, pero sigue siendo uno de los hombres más admirados y reconocidos en la historia de la humanidad. Artista, naturalista, arquitecto, humanista, naturalista y estratega militar, Leonardo Da Vinci fue, por encima de todo, un artista con una curiosidad insaciable.
El próximo 6 de mayo se estrena en cines Leonardo V centenario, una película que logra recomponer, de forma exclusiva y con la última tecnología, miles de páginas de los Códigos Da Vinci y revisa con perspectivas nuevas y atrevidas teorías la aplicación que supuso su legado.
Con contribuciones de destacados expertos internacionales y un selecto grupo de técnicos e ingenieros, se arroja una nueva visión sobre las observaciones y estudios de Da Vinci, dando a los espectadores la oportunidad de ver las obras de Da Vinci a través del traslado a la modernidad de su trabajo.
Francesco Invernizzi, el director de Leonardo V Centenario, lleva unos años impulsando la divulgación a través del celuloide de grandes nombres del arte (Bernini, Miguel Ángel, Caravaggio, Rafael o Cánova han sido mostrados al gran público con una nueva perspectiva).
Esta disertación sobre el genio italiano coloca la atención, antes que en una producción artística grandilocuente, en el Leonardo observador, ansioso de conocer el funcionamiento de la naturaleza y del hombre, dado a la ciencia, la ingeniería (en su mayor parte militar), la arquitectura y el estudio de la anatomía (pese a la prohibición medieval de analizar el cuerpo pudo acceder al estudio de cadáveres en Pavía).
La cinta no pasa por alto ninguna de sus inclinaciones, literatura filosófica y humanista, que contrasta con la balística y el mundo militar, su pasión por la historia, por las matemáticas, la geología, la geografía, la cartografía, el urbanismo y el paisaje, la medicina, la botánica, la física y la óptica.