PLANETA CANARIO
El sacrificio de animales es una práctica común en muchas religiones de casi todas las culturas a lo largo de la historia como medio de satisfacer a la divinidad. Una costumbre que hoy en día combaten grupos animalistas que ponen el acento en la crueldad de los métodos utilizados.
En Flandes y Valonia (Bélgica), sus respectivos parlamentos han prohibido estos rituales religiosos, practicados allí sobre todo por musulmanes y judíos, aunque no la muerte final del animal, sino que se exige el aturdimiento previo para evitar el sufrimiento.
En Canarias, atribuidos a influencias afrocubanas, se han detectado restos de estos sacrificios en diferentes lugares del Archipiélago, una tradición que han denunciado grupos ecologistas y animalistas.
Es el caso de la Fundación Telesforo Bravo-Juan Coello, con sede en La Orotava, que ha mostrado diversas imágenes de animales decapitados en la playa de La Viuda (Güímar) y otros puntos costeros del Valle de Güímar.
«Restos de animales sin cabeza, en descomposición, una bandeja con flores, comida, una botella y vasos; esa es la triste estampa de esta zona del litoral de la Isla», ha descrito este grupo ecologista, que muestra su rechazo al maltrato animal y a la utilización del medio natural para estas prácticas.
Por ello, la fundación reclama a las administraciones públicas competentes en la materia que impidan este tipo de rituales.