VICENTE PÉREZ
Ecologistas en Acción ha iniciado una campaña para presentar alegaciones contra el futuro puerto y polígono industrial de Fonsalía, en la costa de Guía de Isora (sur de Tenerife) desde la postura de que su construcción constituiría «un atentado ecológico incompatible con el desarrollo sostenible» de la Isla.
Para ello han promovido una alegación prototipo, descargable en las redes sociales, para que se presente antes del 15 de julio próximo ante el Cabildo de Tenerife, que ha sacado a información pública en consulta previa el documento inicial estratégico y el borrador del Plan Territorial Parcial de Ordenación de la Operación Singular Estructurante del Puerto y Polígono de Fonsalía.
El nuevo puerto abarcará unas 6 hectáreas, y no se adosará a la costa, sino que irá conectado por una vía sobre el mar con tierra, donde sí se han reservado terrenos para el polígono industrial que dará servicios a la infraestructura marítima.
Ejecutar el proyecto costará más de 200 millones de euros, financiados por el Gobierno canario y está en negociación que participe también la Administración del Estado. Sustituirá al puerto de Los Cristianos, de modo que de sus muelles saldrá el tráfico interinsular de pasajeros y mercancías, para conectar Tenerife y La Gomera, El Hierro y La Palma, y dispondrá de 470 amarres para barcos deportivos y yates, así como un rompeolas de 739 metros de largo.
Los ecologistas denuncian que el proyecto de puerto (entre Playa San Juan y Alcalá, se enclava en un “agujero” a la conservación que debería estar incluido en la Zona de Especial Conservación (ZEC) Franja Marina Teno-Rasca. La zona se dejó fuera de la ZEC por la planificación del puerto, «sin razones ambientales para ello; por el contrario, la zona de Fonsalía tiene excepcionales valores naturales, tales como una zona crítica de tortuga verde, amenazada de extinción», afirma Ecologistas en Acción.
Argumenta este grupo conservacionista que desde Los Gigantes a Los Cristianos, en tan solo 25 kilómetros de litoral, ya existen cuatro puertos, y el de Fonsalía, planificado como un macropuerto con atraque para cinco grandes buques, barcos deportivos y un muelle pesquero, «produciría impactos graves sobre la fauna marina y hábitats protegidos».
Además, provocaría «impactos directos sobre las comunidades submarinas y de costa (el proyecto conlleva playas artificiales), e indirectos, tales como aumento de colisiones con calderones y tortugas». En la ZEC Teno Rasca, subraya la alegación que proponen presentar, «vive una de las pocas poblaciones residentes de calderón tropical del mundo, acompañada de delfines mulares también residentes y otras 20 especies de cetáceos».

Además, según los ecologistas, existen en la zona afectada «áreas críticas de tortuga boba y tortuga verde; hábitats y especies protegidos de praderas submarinas de sebadal, arrecifes costeros, invertebrados marinos y guinchos y charranes en los acantilados litorales, etc».
La construcción del puerto de Fonsalía, concluyen «es incompatible con la conservación de los valores naturales del suroeste de Tenerife, que constituyen el motor económico de la zona, por lo que la construcción del puerto sería un atentado ecológico incompatible con el desarrollo sostenible de Tenerife».
Este proyecto se presentó en 2007, pero su trámite quedó paralizado por la crisis financiera pública. En 2014 la Comisión de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de Canarias (Cotmac) lo aprobó, y se encuentra en un nuevo trámite, el de la planificación territorial para poder dar cobertura a la ejecución de las actuaciones previstas.