VICENTE PÉREZ
El legado de los guanches en Tenerife ha sufrido durante siglos un importante deterioro. Aunque los yacimientos gozan de una protección automática como Bienes de Interés Cultural (BIC) en la Ley de Patrimonio Histórico de Canarias, la realidad es que el uso intensivo del territorio (con el avance del proceso urbanizador), la acción de los expoliadores, y, a menudo, el desconocimiento, ha supuesto una merma importante de ese tesoro cultural.
En estas circunstancias, y pese al esfuerzo de investigadores y de funcionarios públicos, lo cierto es que la conclusión del Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Tenerife es demoledora: «El grado de destrucción y expolio de nuestro patrimonio arqueológico es más que notable, y lo que se conserva en buen estado está relegado a zonas de difícil acceso». Así lo ha asegurado el jefe de la Unidad Técnica de este servicio, José Carlos Cabrera, durante la reciente presentación de la revista ‘BIC’, cuyo primer número ha editado la Administración insular.
Ante este panorama, la consejera de Patrimonio Histórico, Josefa Mesa, apunta que el problema radica en que «la mayoría de los yacimientos está en lugares privados, y habría que adquirirlos» , al tiempo que admite que, dentro de la dificultad de vigilar tantos yacimientos que hay al aire libre, «hay que evitar que sigan siendo expoliados».
Precisamente una de las asignaturas pendientes en la Isla es, «como mínimo», contar con centros de interpretación cercanos a yacimientos importantes, para contribuir a su difusión entre los habitantes de Tenerife y de sus visitantes, para que a su vez haya cada vez mayor conciencia sobre la importancia de conservarlos.
Durante el acto de presentación de dicha revista, la consejera ha destacado que la Isla podrá contar con dos recursos de este tipo, uno en la Cueva de Bencomo, en La Orotava, y otro en la Montaña de la Centinela, en San Miguel de Abona, dos iniciativas que, en palabras de Josefa Mesa, van a marcar «dos hitos importantes en la difusión e la arqueología en Tenerife».
En esta misma línea, el jefe de dicha unidad técnica insular reconoce que «no tiene sentido proteger un BIC y luego no difundirlos, una labor esta, de concienciación y de conocimiento, que tiene que ir de la mano de la protección».
A pesar de esta destrucción de los restos del mundo aborigen en Tenerife, el Cabildo ha logrado inventariar hasta 5.437 enclaves arqueológicos, y todavía falta en torno a la mitad de la isla por rastrear, en especial los espacios más inaccesibles.
Esta labor de los técnicos del Cabildo comenzó en los años 80 y se empezó por la comarca de Acentejo, ya que no habría registros, y a continuación se prospectó el Valle de La Orotava. Luego se dio prioridad a las zonas con más presión humana, de Santa Cruz de Tenerife a Santiago del Teide (donde algunos ayuntamiento tenían inventarios propios, como los de Guía de Isora, Arona y San Miguel.
El personal que se dedicó a rastrear la isla en busca de los vestigios guanches, el Cabildo les dio la consigna de que se centraran en la zona de mayor riesgo de destrucción de este patrimonio, por lo que no se han examinado zonas inaccesibles, donde hay menor probabilidad de que sufran daños o expoliación por la acción humana, según explica Cabrera.
Inventario del Cabildo «fundamental» tras perder control del suelo rústico
Para la consejera insular en esta materia, «tener este inventario del patrimonio cultural de la Isla ha sido un acierto, y ha resultado fundamental, porque tras la entrada en vigor de la Ley del Suelo, el Cabildo ha perdido capacidad de control» sobre el suelo rústico. A ello añade el hecho de que «la gran mayoría de los ayuntamientos no cuenta con especialistas en patrimonio histórico».
Por estas razones, el inventario -que incluye también el patrimonio arquitectónico y el etnográfico- «tiene una finalidad preventiva, que nos permite llamar la atención sobre lo que se pretenda hacer en un determinado lugar, porque advertimos siempre de que puede haber algo interesante que conservar», sostiene la consejera.
Un problema que señala el citado funcionario radica en que «la investigación arqueológica en Tenerife se ha frenado».
Los más de 5.400 enclaves aborígenes conocidos hasta ahora
Tal como ya informó PLANETA CANARIO, el inventario arqueológico insular está compuesto, por ahora, de 1.586 lugares donde se encontró disperso material arqueológico, 1.089 casas cueva, 670 fondos de cabaña y 481 abrigos. Estos datos, para el Cabildo, revelan la importancia del hábitat en superficie entre los guanches, que se contrapone a la tradicional visión troglodita en cuevas naturales.
Destacan también los 424 estaciones de grabados rupestres, 406 cuevas sepulcrales, 293 escondrijos, y 268 estaciones de cazoletas y canales. Figuran también en este inventario 90 concheros, 79 vasos cerámicos reconstruidos, 37 cabañas, 6 canteras, 4 tubos volcánicos, dos eres (fondos arenosos de barrancos usados como abrevaderos de ganado), un charco y un baladero.