VICENTE PÉREZ
No es la primera vez que se mata a escopetazo limpio a cabras asilvestradas en Canarias para preservar especies de flora autóctona, un patrimonio natural en el que los espacios protegidos del Archipiélago son un tesoro a escala internacional. Pero tampoco es la primera vez que desata controversia el método elegido. Lo cierto es que a partir de la próxima semana comenzará en Anaga y Teno la erradicación, a tiros, de unos mil rumiantes guaniles (salvajes).
Cuadrillas coordinadas por la empresa pública Gestión y Planeamiento Territorial y Medioambiental (Gesplan), a través de una encomienda del Cabildo tinerfeño, serán las encargadas de disparar. La consejera insular de Gestión del Medio Natural, Isabel García, ha afirmado en EL DÍA que solo se matará a los animales que «se encuentren en zonas de difícil acceso» y que «puedan suponer un peligro a la población».
Nadie (salvo Los Verdes) cuestiona que hay que controlar su población en estos parajes protegidos, por el daño a las especies vegetales canarias y a los cultivos, pero sobre la matanza hay colectivos ciudadanos a favor y en contra, y lo mismo pasa con asociaciones de biólogos y veterinarios. Básicamente quienes cuestionan el drástico método del tiro en la nuca lo hacen por una cuestión ética, y defienden que pueden hacerse apañadas (capturar los ejemplares, analizarlos, y, si no están enfermos, entregarlos a pastores).
La consejera del Cabildo aseguró que esta decisión cuenta con todos los informes favorables de los técnicos y expertos y que se trata de una medida que ya se ha llevado a cabo en otras islas como Gran Canaria o La Gomera. Además, señaló que la medida también cuenta con el respaldo de 26 de las 27 asociaciones de vecinos de Anaga.
Pero las voces en contra están empezando a manifestarse. La Asociación de Veterinarios contra la Tauromaquia y el Matrato Animal (AVATMA), como ya hiciera en un informe emitido en su día, ha renovado su rechazo a este método de erradicación. Su presidente, José Enrique Saldívar, en declaraciones a PLANETA CANARIO, afirma que lo ideal sería su captura y reubicación en algún espacio en el que no produzcan daños al ecosistema, e incluso que sean sometidas a cuarentena y sean saneadas si es necesario.
Además, advierte de que los cadáveres de las cabras abatidas no pueden ser enterrados en el mismo lugar, pues en Canarias es obligatorio desde 2015 que este tipo de residuos (subproductos de animales no destinados a consumo humano, SANDACH) vaya a vertederos autorizados para su enterramiento en complejos ambientales Insulares en condiciones reguladas por una normativa de 2011.
AVATMA cree que otra opción sería para el sacrifico para consumo humano, lo que pasa por la captura y saneamiento, «pero eso parece que no quieren asumirlo los
En su informe titulado «Revisión de la problemática de las cabras guaniles en las Islas Canarias y de posibles medidas no letales para su captura y reubicació», AVATMA argumenta que «aunque, como se ha demostrado, en zonas donde la biodiversidad está gravemente amenazada es totalmente inviable mantener poblaciones de especies introducidas y ha de hacerse lo posible por erradicarlas, no es menos cierto que la conciencia social, cada día más avanzada, exige que los desajustes ecológicos causados por nuestra especie sean solucionados con medidas éticamente aceptables que no conlleven daño para los animales implicados».
En este aspecto, el sentir de los ciudadanos se manifiesta cada vez con mayor contundencia en contra de las matanzas con fines conservacionistas de animales considerados “invasores”. En concreto, como señala este colectivo de veterinarios, «ya han existido numerosas protestas desde diversos sectores ante el exterminio letal de cabras en el archipiélago canario «.
A juicio de AVATMA, «la sociedad española exige, cada vez más, la puesta en marcha de métodos alternativos no letales y la resolución no violenta de los conflictos que los animales pudieran ocasionar a nivel ecológico o de convivencia con nuestra especie; y es, por tanto, tarea obligada la de estudiar y desarrollar este tipo de soluciones, y cometido imprescindible de los representantes políticos apoyarlas e implementarlas de forma urgente y definitiva».
En la misma línea está la Red Canaria Solidaria contra la Crueldad Animal, que defiende que la solución no debe ser la pólvora sino la captura con apañadas por parte de pastores y ganaderos, pues tiene constancia de que los hay interesados en esta posibilidad. Y cree que la sociedad debe condenar por «inmorales y bárbaras» estas prácticas, para las que además se destinan importantes cantidades en los presupuestos públicos. Además, esta red animalista también advierte de que los cadávares de los animales abatidos no pueden abandonarse ni enterrarse en cualquier lugar, porque lo prohíbe la normativa vigente.
Del otro lado se encuentra la Asociación para la Conservación de la Biodiversidad Canaria (ACBC), que se congratula y felicita al Área de Gestión del Medio Natural y Seguridad del Cabildo de Tenerife por tomar la decisión de comenzar a abatir el ganado guanil de Anaga y Teno, a través de las cuadrillas coordinadas por Gesplan. «Esta medida, sin duda, significará un paso determinante para la recuperación de esos ecosistemas, y por ende para la preservación y restauración de nuestros paisajes y de nuestra biodiversidad», mantiene en un comunicado este colectivo, del que forman parte técnicos de las Administraciones Públicas.
Puntualiza esta asociación que entiende «la dificultad que significa tomar este tipo de decisiones y aplaudimos su valentía; pues es una medida que nos desagrada a todos, ya que nuestra asociación no desea, ni mucho menos, el mal y el sufrimiento de ningún animal, y aunque pudiese parecer drástica, todos los datos, documentos y el aval científico, indican inequívocamente que las abatidas son la única forma de controlar de forma efectiva estos animales de los espacios naturales, especialmente como estos con una orografía muy complicada que no permiten otro tipo de alternativa».
Además, pide que no se olvide que «precisamente para garantizar la conservación del patrimonio natural (especies y hábitats) de valor indiscutible que abarcan esos espacios protegidos, por ley se prohíbe que exista ganado caprino cimarrón o guanil en ellos. Además, es un derecho y un deber garantizar la conservación de nuestra biodiversidad y protegerla de las amenazas que se ciernen sobre ella».
ACBC subraya que «hoy por hoy, las cabras asilvestradas y demás ganado guanil por su voracidad constituyen el principal factor y la amenaza más dañina para la supervivencia de nuestra frágil biodiversidad nativa que no está adaptada para resistir esa presión. Canarias cuenta con unas 680 plantas endémicas, es decir, que son exclusivas, únicas, singulares y no crecen de manera natural en ninguna otra parte del mundo, por lo que se alza como el centro de biodiversidad más relevante de la Unión Europea y uno de los más destacados del Planeta.
siendo solo el 1,5% del territorio español, nuestra Comunidad Autónoma alberga más de la mitad de los endemismos vegetales de España».
La erradicación a tiros se aplica, según precisa esta asociación en su comunicado, «en aquellos territorios que se preocupan por la conservación de su Patrimonio Natural. Por ejemplo, en la Isla de Santiago se abatieron en 5 años más de 79.000 cabras y en 2 años más de 62.000 en Isabela, ambas islas del archiconocido archipiélago de Galápagos, todo ello para proteger a sus tortugas endémicas y sus espacios naturales».
De ahí que este colectivo no solo apoye la medida acordada para Teno y Anaga, «sino que estas acciones se realicen también en otros espacios naturales y sobretodo en otras islas, ya que este problema afecta de igual forma (o incluso más gravemente) a otras islas del archipiélago».
Apoya también esta medida de erradicación la Fundación Telesforo Bravo-Juan Coello, debido a la necesidad de preservar la flora endémica.
Pero la polémica no se quedará solo en dialéctica. La organización Los Verdes ha iniciado una campaña de recogida de firmas en la plataforma Change.org con la que pretende frenar esta matanza, con argumentos que contradicen la corriente general de aceptar que una profusión de estos rumiantes asilvestrados en ciertos parajes naturales es un peligro para la flora endémica y un perjuicio para la agricultura.
José Ramón Carrillo, candidato por Los Verdes al Congreso en las próximas elecciones generales, indica en un comunicado que esta decisión del Cabildo “es una brutalidad matar a tiros a esos bellos animales., dado que además de su papel como reserva genética estas cabras asilvestradas son agentes forestales que combaten los incendios al consumir los pastos abandonados y, en contra de lo que se cree, ayudan a propagar la fauna autóctona con las semillas contenidas en sus excrementos”.