CARLOS SUÁREZ
“Tío, tengo una invitación para ClubHouse; ¿quieres entrar?” El pasado 20 de enero me llegó este mensaje al móvil. Al leerlo sobre la marcha lo primero que me vino a la cabeza fue qué demonios es ClubHouse. Hasta que recordé a ver visto alguno artículos hablando sobre la aplicación el año pasado.
Automáticamente, le respondí: “Pues claro, ¡dale!” Pocos segundos después, tenía un SMS en mi móvil con una invitación para unirme a esta nueva ¿red social? y empezar a trastear con ella.
Llegados a este párrafo y exactamente igual que me paso a mí, estarás preguntándote: vale ¿pero qué demonios es ClubHouse? Así que vamos con ello.
¿Alguien quiere un invitación para ClubHouse?
Esta pregunta es probablemente una de las más repetidas en la red social Twitter, o dentro de muchas comunidades de freelance de España (y probablemente de muchos países). Y es que la táctica que ha elegido ClubHouse para darse a conocer le ha valido para generar un hype tremendo entre todas las personas que quieren probarla.
Pero antes de entrar a comentar la estrategia seguida por los creadores de esta aplicación móvil, voy a intentar responderte a la pregunta relevante: ¿qué es ClubHouse?
Clubhouse is a space for casual, drop-in audio conversations. | ClubHouse es un espacio para conversaciones instantáneas y casuales.
Esta es la frase que luce en su descripción de Twitter, además de comentar que la misma se encuentra en fase beta y de que para poder utilizarla tienes que sumarte a su lista de espera.
Básicamente, y si quieres que te lo explique bajo mi punto de vista, ClubHouse es una aplicación que permite tener conversaciones dentro de diferentes salas con un formato muy similar al radiofónico, ya que las interacciones se producen solo a través de audio.
Vale, vale, pero ¿y esto cómo funciona?
Así me gusta, directo a la miga. El funcionamiento de ClubHouse es sencillo (aunque conseguir esa “sencillez”, no tiene nada de sencillo a nivel de desarrollo). Cuando nos unimos a la aplicación tenemos la opción de rellenar nuestro perfil con nuestros datos de Twitter o Instagram (al tiempo que podemos conectar ambas aplicaciones a la misma), rellenar nuestra biografía (algo altamente recomendable), la opción de seleccionar varios temas (ordenados por categorías) que seguir, así como la posibilidad de seguir a otras personas, o de que estas nos sigan. Hasta aquí, todo lo normal en cualquier red social.
La lógica interesante, y principal, de la app son las salas (rooms), que son donde sucede toda la acción. ClubHouse nos ofrece la posibilidad de generar salas (o unirnos a las que están generadas) a través de las que podemos iniciar conversaciones de audio. Los roles que tenemos para ello son los de:
- Moderador: es el responsable de moderar todo lo que sucede en la sala.
- Speaker: personas que participan en la conversación, pueden estar invitadas previamente por el moderador o solicitar unirse a la conversación.
- Oyente: son las personas que entran a la sala a escuchar las conversaciones.
Una de las funciones mejor consideradas es que, como oyente de cualquier conversación, siempre tienes la posibilidad de solicitar (mediante un icono que simula “levantar la mano”) subirte al escenario y participar de forma activa en el tema que se está debatiendo. Cómo se puede entender, esto le da un punto de democratización brutal a la herramienta, al tiempo de que la transforma también en un arma de doble filo según quien entre a participar en la conversación.
El resto de funcionalidades de la aplicación son las que ayudan a complementarla:
- Un buscador: de temas, personas o salas.
- Las invitaciones: una de las opciones más demandadas de ClubHouse y que está haciendo que crezca a buen ritmo.
- Calendario: desde donde puedes ver las próximas sesiones recomendadas para ti o que has guardado.
- Notificaciones (¿No tendré que explicarlo, verdad?).
- Panel de contactos: desde donde podrás visualizar a todos tus contactos y el estado en el que se encuentran, online u offline
Cosas que tener en cuenta…
Pero no todo son golosinas y arcoiris dentro del universo ClubHouse, y hay unas cuantas consideraciones que tener en cuenta:
- Si la lías, te echan a ti y a quien te invito. Aquí, el termino de “club” lo llevan al extremo y es que en su hoja de ruta (ClubHouse – Guidelines) explican con todo lujo de detalle “cómo debes comportarte en la plataforma.”
- La app ya ha tenido que meterse a moderar y mediar, ya que algunos grupos, o colectivos, la han utilizado para difundir mensajes de odio o noticias falsas. Por otra parte, nada que no podamos encontrar en otras redes sociales.
- Si quieres grabar una conversación, mucho cuidado, porque si no tienes el permiso expreso de todas las personas que participan o lo anuncias debidamente, puedes tener problemas.
- ¿Empieza la saturación de la venta de humo? En Twitter ya han empezado aparecer los primeros haters de ClubHouse, con comentarios como: “ClubHouse ya se ha llenado de charlatanes, vendehúmos y gurús.” Esto va a ser algo complicado de gestionar por parte de la aplicación, sobre todo si su crecimiento se dispara.
- La aplicación solo está disponible para iOS. Sí, si estás leyendo esto desde un teléfono que use Android, no podrás usar la app de moda, al menos de momento.
¿Y esto está ganando pasta?
El modelo de ClubHouse, al menos por el momento, es freemium, pero eso no ha impedido que la empresa haya levantado pasta a través de varias rondas de inversión de Andreessen Horowitz (un fondo de inversión de Silicon Valley) recaudando 100 millones de dólares en su última ronda de financiación.
Por su parte, la app pasó a tener dos millones de usuarios en enero de 2020 y se prevé que su crecimiento sea exponencial a lo largo de 2021 (sobre todo con su salida para dispositivos con Android)
En el otro lado de la moneda está la competencia que pueda llegar por parte de otras redes sociales. La propia Twitter, que le ha dado popularidad y comentarios a esta aplicación, está desarrollando Spaces, un servicio muy similar al que ofrece la propia ClubHouse.
Pase lo que pase, seguro que a lo largo de 2021 seguiremos teniendo noticias de esta aplicación.