PLANETA CANARIO
La primera jornada del debate en las Cortes de la moción de censura presentada por Vox contra el presidente del Gobierno estatal, Pedro Sánchez, ha evidenciado lo que ya se sabía: la falta de apoyos del líder del partido verde, Santiago Abascal, para derrocar de esta manera al Ejecutivo de PSOE y Sí Podemos.
Sabido de antemano cuál es el resultado (falta, eso sí, saber cuál será el voto del PP, aunque previsiblemente no votará a favor), los diputados de izquierda y los nacionalistas han dejado claro su rechazo al discurso de Vox, que han identificado con el fascismo y la ultraderecha franquista, por lo que lo consideran un peligro para la democracia, mientras que Abascal ha insistido una y otra vez en que el peligro para la economía y para la unidad de España es el PSOE entregado a Podemos – al que identifica con el comunismo soviético y el chavismo- y los independentistas que apoyaron la investidura de Sánchez.
El PP no intervendrá hasta este jueves en el debate, aunque su secretario general , Teodoro García Egea, ha calificado la iniciativa de Vox como “una tomadura de pelo».
Inés Arrimadas (de Ciudadanos) calificó de «tóxico» el debate porque solo persigue el enfrentamiento político en un momento de crisis sanitaria, y no es constructivo, pues la moción de censura se presenta a sabiendas de que Abascal no concita apoyos suficientes para que prospere.
Durante el debate de este miércoles, se habló de Canarias, cuando el líder de Vox contestó a la diputada Ana Oramas (CC), que le había reprochado contribuir a que España se haya convertido en «un país de fanáticos», su discurso del odio contra los inmigrantes llegados en pateras desde África y su deseo de acabar con las autonomías, por lo que deseó que no gobernara nunca España.
«La inmigración es un drama humano. Ustedes dicen que los inmigrantes vienen a contaminarnos; es mentira, se les hace los PCR cuando llegan. No vienen a quitar el trabajo, vienen huyendo de la guerra», manifestó la diputada tinerfeña.
Abascal le repuso que Canarias se ha convertido «la nueva Lampedusa» y se extrañó de que Oramas «no defienda a unos canarios preocupados por el hundimiento de su economía» y que tienen que «salir» de su tierra para «encontrar trabajo fuera».
El líder de Vox negó que sea un partido «racista» y aseguró que cuando hablan de controlar la inmigración ilegal no lo hace «con planteamientos de discriminación racial» sino con el «sentido común y la lógica que comparte la mayoría de Canarios».
Oramas trató de ser equidistante de Podemos (a los que tachó de «extremistas» y de «izquierda radical») y de Vox, pues, a su juicio, «de un lado y de otros todos se parecen en que quieren exterminar a los que nos piensan como ellos».
Pero dejó patente que votará en contra de la moción de censura este jueves: «Me insultaron desde la izquierda radical por no apoyar en su día un gobierno de izquierdas y ahora me insultan por no apoyar esta moción de censura; y esto pasa porque hemos convertido este país en una tierra de fanáticos».
«Nos enfrentamos a una de las mayores crisis de la historia de Europa y no hacemos nada; sino suicidarnos como países, debilitarnos como sociedad y traicionando a nuestros hijos y nietos; el escaso talento político se dedica a la destrucción y la manipulación; esta moción de censura es puro teatro», enfatizó la diputada de CC.
Durante la sesión vespertina, Abascal dedicó media hora de uno de sus turnos de intervención a leer el nombre de las más de 800 víctimas mortales de ETA como réplica a la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, con todos los diputados de Vox en pie.