PLANETA CANARIO
La Asociación Profesional de Guías de Turismo de Tenerife (APIT) ha entregado su premio anual a los activistas que durante 4 meses estuvieron acampados en el Puertito de Adeje en protesta contra la construcción del complejo turístico de Cuna del Alma, una urbanización de 400 residencias de lujo promovido por inversores belgas.
En palabras de Laura Bethencourt, presidenta de APIT, “gracias a la lucha ecologista se conservan los pocos espacios de costa que nos quedan, algo que nuestros turistas valoran muchísimo”.
Y es que, según se puso de manifiesto en la entrega del precio, es precisamente el atractivo que ofrece el patrimonio natural y cultural de la isla lo que atrae a los turistas a contratar este tipo de actividades guiadas. Se calcula que en Tenerife alrededor de unos 500.000 turistas realizan excursiones con profesionales de APIT.
En la entrega de premios, celebrada el pasado viernes 7 en el centro cultural de Los Cristianos, los activistas de la Acampada Stop Cuna del Alma pudieron intercambiar impresiones con los guías turísticos ahí presentes.

Según estos profesionales, cada vez son más comunes los comentarios negativos de turistas decepcionados con el alto nivel de degradación ambiental que sufre la isla y con la imagen negativa que da el urbanismo desmedido en los entornos costeros.
Del mismo modo, los activistas agradecieron el reconocimiento de APIT, remarcando la importancia de que desde dentro de la industria turística se valore la preservación del territorio y la necesidad de un desarrollo turístico sostenible real.

A día de hoy las obras del complejo Cuna del Alma siguen paralizadas por el Gobierno canario la espera de que la promotora urbanística solvente los condicionantes impuestos en las órdenes de paralización emitidas por la presencia de plantas protegidas.

Del mismo modo existe un proceso judicial abierto iniciado en Fiscalía en el cual se solicita la nulidad de la totalidad el plan urbanístico.
La promotora tiene también abierto un expediente de sanción por destrucción de restos guanches, lo que motivó que en su momento el Cabildo de Tenerife también paralizara los trabajos.
