NOÉ RAMÓN
Grababa a los clientes de un burdel situado en el barrio de La Gallega y luego a través del teléfono de un amigo los chantajeaba con difundir las imágenes y hacérselas llegar a sus familiares si no le pagaban una cierta cantidad de dinero. De esta manera logró reunir 1.200 euros pero la trama ideada por José Daniel M. G. fue rápidamente descubierta y desmantelada por la policía. Hace algunos meses la Audiencia Provincial lo condenó a seis años y diez meses de cárcel por considerarlo autor de los delitos de chantaje y revelación de secretos y a devolver 600 euros, parte del dinero obtenido.
El acusado recurrió ante la sala de lo penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), con tan mala fortuna que no sólo no le da la razón sino que ha incrementado la pena en otros tres años más. Y es que en este ámbito judicial se considera que fueron siete, y no cuatro, las personas víctimas de estos delitos. Dos de ellos aceptaron pagar, uno se negó, otro optó por presentar una denuncia y los restantes también recibieron estas llamadas.
El condenado era pareja sentimental de la mujer transexual que estaba al frente del burdel y que en principio, junto con el dueño del teléfono, estuvieron imputados en la causa judicial. Pero finalmente la Fiscalía sólo mantuvo los cargos contra el ahora condenado y la acusación particular, integrada por uno de los chantajeados, los retiró a los tres.
El investigado accedía a los datos personales de los clientes y a continuación les enviaba mensajes amenazadores en los que pedía cantidades que oscilaban entre los 300 y los 5.000 euros. Uno de ellos realizó diversos pagos que sumaron en total 700 euros y que fueron ingresados en una cuenta.
Otro que tenía 79 años en aquel entonces entregó 500 euros en una gasolinera de La Cuesta después de recibir un mensaje del supuesto padre de una chica con la que se había acostado. Pero luego le llamó una mujer no identificada quien le exigió 5.000 euros para abortar.
A uno más el condenado le reclamó 500 euros, tras simular una voz femenina aunque la víctima se negó a pagar cantidad alguna. A otro le requirió 1.000 euros pero optó por presentar una denuncia ante la policía. De esta manera se procedió a la detención de José Daniel M. G. cuando acudió a la cita a las nueve de la mañana del 13 de diciembre de 2017 en el Muñeco de Nieve.
El titular del teléfono desde el que se realizaron las llamadas aseguró que el acusado lo utilizó sin que él lo supiera. Tras analizar el móvil pudieron acceder a los mensajes enviados y a sus destinatarios. El chantajeado que actuó como acusación particular rechazó que le devolvieran el dinero o reclamar algún tipo de indemnización. El juicio se celebró a puerta cerrada en dos sesiones a finales de noviembre y principios de diciembre y la sentencia emitida ahora es recurrible ante el Tribunal Supremo (TS).